Capítulo 4

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Quería decir que no estaba nervioso, quería engañarse y decir que aquel olor tan magnífico no lo estaba poniendo nervioso, pero no podía engañarse, no podía mentirse de esa forma.

Se miraban entre sí por cortos momentos, no sabían qué decir, así que continuaron de esa forma, sin decir ni una palabra, conformándose con estar cerca del otro y aspirando el delicioso aroma que el contrario desprendía. Harry aclaró su garganta después de unos agonizantes minutos y le sonrió de la forma más tranquila posible.

"Lamento incomodarte, quería quedarme para ayudarte a empacar tu ropa, si esto fue culpa mía, creo que lo más razonable es ayudarte con eso" Louis negó y miró sus pies, no sabía por qué se estaba portando de esa manera tan sumisa, no sabía por qué deseaba que ese alfa se quedara todo el día si era posible, no sabía ni entendía lo que sucedía, pero no le molestaba, si de algo estaba seguro, era de que la presencia de él, lo hacía sentir completo.

"Fue culpa de ambos, aunque al menos ya sabemos que no somos muy tolerantes al alcohol." Ambos sonrieron y en ese momento, Louis reaccionó en la forma en la que se encontraba vestido, con aquella playera varias tallas más grandes de la que debía usar, con su hombro descubierto y únicamente con un bóxer cubriendo sus glúteos, aunque la playera le tapara esa zona, evidentemente se sentía un tanto expuesto. Inconscientemente acarició su marca, sintiendo la forma en la que nuevamente ardía, pero simplemente miró al alfa y tragó saliva con dificultad. "Acompáñame, creo que si necesitaré ayuda" Harry se limitó a asentir y lo comenzó a seguir, pasando por un pasillo hasta llegar a a la recámara del menor.

Harry ocupó todo su control para poder evitar el emitir un gruñido de satisfacción al entrarar a la recámara del castaño, ya era demasiada tortura el tener que verlo casi denudo ante él, pero entrar a ese lugar, impregnado en cada rincón del afrodisíaco aroma de su hermoso omega lo estaba matando.

Notó su distracción cuando chocó ligeramente contra la espalda del curvilíneo castaño, haciéndolo tragar saliva. "Harry cálmate, solo es tu omega, que obviamente te está llamando con su aroma y además te está mirando de una forma muy coqueta y necesitada, pero cálmate, no es él, es la marca que me exige, cálmate, cálmate, cálmate" Pensaba el mayor, aferrándose todo lo posible a su lado razonable, siendo una tarea muy compleja pero nada imposible.

"Harry..." La suave voz que emitió el menor, lo hizo sentir un escalofrío por todo el cuerpo, sin embargo, solamente siguió mirándolo a los ojos en espera de alguna orden para ayudarlo a empacar y huir a toda prisa de las inmensas ganas de lamer el cuerpo frente a él, de besar aquella hermosa boca, de volver a clavar sus colmillos al blanquecino cuello y así no permitir que absolutamente a nadie se le ocurriera tocar a su omega, a su gran y único amor. "Puedes empezar con los cajones del lado derecho y yo con los del izquierdo, supongo que dejaré algunas cosas por cualquier caso inevitable..." Sus pensamientos se interrumpiron y un poco de preocupación  inundaron rápidamente su mente. Temía que algo "inevitable" sucediera y así perder a aquel ser de luz que lo veía con ese brillo en los ojos, temía porque eso no fue planeado, pero es algo que lo estaba haciendo sentir tan completo y feliz, que deseaba jamás perderlo.

"Claro, Lou" Louis miró a Harry con los ojos abiertos con exageración, nadie lo había llamado así en muchos años, no tenía hermanos, su madre normalmente lo llamaba "amor" y su padre desde que tenía memoria únicamente le decía "mi cachorro" o en caso de enojo por alguna maldad "pequeño Tomlinson" pero... "Lou", era tan extraño escucharlo de nuevo que solamente asintió y sonrío con nostalgia. Definitivamente ese alfa lo haría perder la cabeza, como siempre fue su costumbre.

Los minutos fueron avanzando con rapidez, exactamente tenían una maleta lista y otra en proceso, ambos se encontraban aturdidos por la asombrosa comodidad que sus almas y cuerpos sentían al estar juntos, pero prefirió callar y seguir en ello, hasta que miró a Harry, su cuerpo se tensó por completo cuando él abrió el último cajón de su lado del armario, lo había olvidado por completo, casi se podía sentir transpirar, estaba paralizado, así que no se movió ni un milímetro cuando el mayor tomó su pequeño dildo rosado entre sus manos y poniendo su atención es su plug anal parecido a una esponjosa cola pequeña de conejo, habían muchos juguetes más, sin embargo, Harry no tuvo más tiempo para seguir husmeando y explorando su curiosidad. Louis podía sentir que temblaba ligeramente, al igual que podía sentir su rostro caliente, seguramente por un justo sonrojo y no era el hecho de que tuviera esas cosas, sabía que era completamente normal, pero que el que era su alfa  lo viera, lo hacía sentir pequeño y nervioso, se acercó con rapidez y cerró el cajón de golpe, haciendo que Harry, quien se encontraba de rodillas en el suelo, perdiera un poco el equilibrio y cayera sentado.

"¡Lo siento Harry!"

"No pasa nada Lou, es lógico sentirse avergonzado... Aunque no deberías porque es algo completamente normal" Sonrió con gracia y una duda cruzó por su cabeza, no tenía idea de si era prudente preguntarlo, así que prefirió callarse hasta saber qué tanta confianza podía tener con Louis a sus veintitrés años. Así que alzó el pequeño dildo que aún seguía en su mano izquierda, inspeccionando un poco el juguete sexual de plástico por unos segundos hasta que el omega lo arrebató de su mano, abriendo el cajón donde estaba antes y así, guardarlo.

"Es normal, lo sé, pero no evita que son cosas privadas y que... Mi alfa lo vea es... un poco vergonzoso" "Mi alfa"  procesó el rizado  levantándose del frío suelo con ayuda del menor y dedicándole una sonrisa de agradecimiento.

"Me pregunto... ¿Cómo es posible que tu cuerpo, que ya está acostumbrado a ese tamaño, pudo soportarme toda una noche?"

No pudo evitar observar el rostro sonrojado de su omega, en realidad, era verdaderamente precioso, definitivamente Louis Tomlinson era la octava maravilla del mundo, su cebello tan suave, sus labios rosados, sus bellos ojos azules, su adorable y sensual cuerpo... Harry no pudo evitar tomar la pequeña cintura de Louis, notando que este no se asustó, simplemente soltó un jadeo ante las manos fuertes y grandes del rizado tomarlo con esa delicadaza.

Estaba distraído, era obvio que Louis estaba distraído, o tal vez, se sentía tan feliz de estar entre aquellos fuertes brazos, que decidió perderse en los ojos verdes que lo admiraban y lo veían con ese especial brillo en ellos, de repente, sintió la humedad y suavidad de la lengua de Harry en su cuello, específicamente en la marca. Inevitablemente soltó un gemido ante la excitante sensación, se sostuvo del cuello del alfa con debilidad, intentado no caer por culpa de su cuerpo, que justo en ese momento se sentía tan ligero que podía decir que en cualquier momento caería al suelo.

"Alfa" Jadeo con satisfacción. Styles enterró nuevamente sus colmillos en la marca y Louis no lo sintió, el dolor no se hizo presente, lo único que pudo detectar fue una intensa oleada de placer que lo hizo gemir con fuerza. "Oh, alfa..." La lengua del mayor comenzó a lamer nuevamente la marca ahora recién abierta, dándole las atenciones comunes después de un lazo concretado.

Con los ojos un tanto adormilados, Louis los abrió un poco, sintiendo espasmos por la excitancion fuerte recorrer cada parte de su cuerpo. Tomó a Harry, acercándose lo suficiente para poder lamer un poco su pequeña marca en el cuello de su alfa y así enterrar sus pequeños colmillos en la sensible piel, lo escuchó gruñir con placer y dejando que sus cuerpos cayeran a la cómoda cama del omega, permitiendo que la traviesa lengua del menor, curara su pequeña marca.

Ya con el placer un tanto reducido, el rizado buscó la delicada mano del castaño hasta conseguir entrelazar sus manos, pero para cuando se dio cuenta, Louis se había acomodado entre su cuello y hombro, soltando pequeños suspiros con una ligera y casi inexistente sonrisa plasmada en su rostro. Así que se limitó a depositar un beso en la frente de su omega y permitirse dormir también.

Era increíble la sensación de paz que en su pecho se instaló.










Holaaa.

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-Mara

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