Caía la tarde; el viento soplaba fuerte y pronto se acercaba el anochecer. El batallón de infantería de marina formaba en sus amplias instalaciones en las costas de Cartagena; los oficiales superiores estaban al frente de la formación, entre ellos el coronel Thomas.
El general de la unidad se dirigía hacia todos:
—¡buenas tardes !—habló fuertemente
—¡buenas tardes mi general! —respondió el pelotón en coro
—El motivo de esta formación es debido al fallecimiento de nuestros cuatro compañeros retomó el general—, ayer, como algunos ya saben para otros es noticia; en las horas de la mañana se ahogaron, mientras hacían ronda en las costas marítimas. Hubo unas fuertes olas que irrumpieron la lancha donde iban navegando, el resto del grupo de la otra lancha no logró salvarse ya que las olas se propagaron con más fuerza y tuvieron que salir de allí prontamente.
Hasta el momento hemos encontrado solo un cuerpo, pero seguimos trabajando para hallar los otros tres, les haremos honor junto con su familia. El general tomo una postura más erguida y dijo.
—A continuación, escucharan unas palabras del coronel Thomas. Todas las miradas de los infantes se posaron sobre el coronel que caminaba a pocos metros en dirección al general.
—compañeros, tengan muy buena tarde —empezó Thomas— se realizará un homenaje con las familias una vez hallado el total de los cuerpos. Escogeré a diez suboficiales de los principales cuarteles que irán a la marcha de honor de los infantes fallecidos ¿entendido? —dijo Thomas con tono más fuerte.
—¡sí señor, mi coronel! —se escucharon los infantes
Madeleine y Jenny hablaban por teléfono:
— ¿Hola Madeleine, has encontrado la dirección?
—sí, dame un momento, alguien toca a la puerta
Madeleine abre la puerta y recibe el pedido.
—me comuniqué con el organizador y me explicó cómo llegar
― ¡perfecto! ¿dónde nos encontraremos? ―preguntó Jenny
—yo paso por tu casa, te parece?
—claro, perfecto, entonces hablaré con Isabel ―terminó diciendo Jenny
Madeleine terminaba de maquillarse y peinar su largo cabello castaño, tenía ojos verdes, color de piel canela y lucía un vestido rojo vivo que le marcaba la figura de su cuerpo. Se veía a través del espejo de su tocador, contemplando su belleza. Llevaba viviendo más de tres años con su esposo Thomas.
Madeleine era diseñadora de moda y dueña de un almacén de ropa, el cual administraba entre semana. Isabel se movía de un lado hacia otro, desesperada por hallar un taxi, tenía más de veinte minutos de estar esperando y el tráfico no le favorecía, debía estar en el lugar de la fiesta pronto para encontrarse con sus amigas; Madeleine y Jenny —¡que aparezca un taxi por Dios! —murmuro Isabel, y al instante como si le hubieran escuchado apareció un taxi disponible frente a ella, abrió la puerta y se introdujo en el auto —por favor a esta dirección señor.
—¡Claro! —el taxista recibió el papel, esbozando una sonrisa
Madeleine se disponía a salir. Se puso su abrigo y se colgó su bolso en el hombro. El cielo estaba despejado.
Era una noche tranquila y placida. El taxista detuvo el auto ante el semáforo que indicaba rojo; Madeleine miró el reloj, le quedaban quince minutos para llegar a la casa de su amiga Jenny. Vio a un hombre que peleaba con una mujer al otro lado de la cera y estaba muy enojado; observo que la mujer gritaba, pero no se alcanzaba a entender que decía, el hombre la cogía por los cabellos y la jalaba a su paso.
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OBSESIÓN
Mystery / ThrillerUn fugitivo criminal y psicopata pasa por una serie de paradigmas y controversias tras conocer a una mujer. Descubre sentimientos que jamas había experimentado y esto lo lleva a realizar un juicio sobre su conciencia.