ESPERANDO LA OPORTUNIDAD

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La neblina penetraba en todo el territorio oriental. El frio se filtraba en todas partes y Jeffrey no lo soportaba en absoluto menos con la mera camisa que tenía puesta. Había encontrado un lugar para esconderse, era una gran arboleda que estaba alrededor de la comunidad de casas. 

Estaba un poco retirado del lugar donde vivía Madeleine, pero pensó que era mejor porque allí se sentía más seguro. Aquel lugar le traía cierta confianza y creía que era apropiado para resguardarse de las autoridades, sabía que no pasarían con mucha frecuencia y eso le resultaba ventajoso, pero ¿qué le brindaba la certeza de que no lo encontrarían? o peor aún ¿que alguien no se diese cuenta de su presencia en aquel sitio? Por supuesto tenía claro eso, entonces no iba a permanecer mucho tiempo allí. 

Se había empecinado con la idea de raptar a Madeleine y ahora eso cambiaba las cosas si debía salir de aquel lugar se dijo que tenía que ser con aquella mujer que le fascinaba tanto. Pensaba en hacerle seguimiento aprovechar el momento justo para poder raptarla. Quería saber qué hacía durante el día, a qué horas salía y entraba a la casa y lo que más lo tenía pensativo saber en qué momentos su marido no estaba en casa porque eso facilitaría más las cosas. Debía mantener un sumo cuidado y actuar de forma inteligente si quería conseguir lo que quería.

Se levantó del pasto y estiró sus extremidades un poco, camino un poco para cerciorarse que todo andaba bien allí, sentía un poco de hambre y sacó de la bolsa lo poquito que le quedaba de alimento «me queda poco dinero»

―pensaba Jeffrey «lo necesario para subsistir estos días».

Entrada la tarde Madeleine y Thomas estaban en el comedor cenando, escuchaban los fuertes truenos que avecinaban una fuerte lluvia Jeffrey estaba tratando de espiar por medio de las ventanas pero no alcanzaba a ver nada, enseguida sintió que le empezaron a caer gotas de lluvia en la espalda y se apresuró a irse, sin embargó cuando llegó al lugar donde se escondía ya estaba empapado y a pesar de que los grandes arboles lo resguardaban en parte del agua no alcanzaban a cubrirlo del todo y tenía que soportarlo sin poder hacer nada en el momento. Pensó que debería buscar un mejor sitio para cuando tuviera que cubrirse de la lluvia. 

Jeffrey había ido a espiar la casa dos veces en el día mientras examinaba el terreno e iba cogiendo confianza, en ninguna de las veces pudo ver a la pareja no sabía si habían salido durante todo el día, o se habían quedado en casa, aquello lo hizo pensar en que debía ir buscando un sitio estratégico cerca de la casa que le permitiera vigilar mejor.

Jeffrey estaba congelándose del frio, corrió hacia otro árbol que lo cubría más de la lluvia, pero sentía que su cuerpo se estremecía se sentía demasiado incómodo y estaba fastidiado intentando sacudir el agua de su ropa.

Al siguiente día Jeffrey se mantuvo en su escondite, había tenido que soportar  la lluvia durante la noche y estaba demasiado agotado, su ropa estaba mojada y eso lo tenía irritable y malhumorado.

Horas después su ropa se secaba, la había tenido que colgar entre algunas ramas así eso fuera riesgoso porque ya no soportaba más usarla de la forma en que estaba antes. Se la colocó y después salió del lugar a comprar algo de comida al pueblo. El trayecto siempre era lejos pero ya conocía el camino muy bien y como mantenerse oculto, al llegar al pueblo tenía que buscar un establecimiento distinto para comprar e inmediatamente regresar a la comunidad. Compró panes para varios días, un jugo, un cigarrillo y el encendedor. La señora de edad que lo atendió no le inspiraba confianza le pareció que tenía una actitud muy desagradable.

De camino a las casas donde se escondía iba pensando todo el tiempo en la figura de Madeleine y en aquel momento cuando la tuviera de frente mirando sus ojos y expresándole su admiración.

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