Capítulo 13 | Verdad & Hallazgo

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Asomada por la ventana, admiro las gotas de lluvia deslizarse por el cristal de ésta

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Asomada por la ventana, admiro las gotas de lluvia deslizarse por el cristal de ésta. No esperaba que lloviese esta noche, no se veía nublado. Tal vez, de un momento a otro durante las tinieblas de la noche, las nubes grisáceas se apoderaron del cielo sin darme cuenta. Después de todo, hace ya desde algunos días amenazaba con haber una tormenta. Relámpagos, truenos, la llovizna parece querer convertirse en un diluvio. Las gotas caen como granizo, con violencia.

-¿Y bien, qué era esa cosa? -pregunto, observando la fuerte tempestad a través de la ventana empañada.

-Un demonio -responde Ariel, a mis espaldas.

-¿Mi padre? -inquiero, arqueando una ceja, a pesar de que el chico no pueda ver mi expresión tras yacer dándole la espalda.

-Sí -afirma.

Mi padre, mi padre. ¡Estupendo! ¿Qué quería, entonces? ¿Matarme y llevarse mi alma al infierno? Es probable, y mucho. Bien, ya sé que puedo encontrarlo en el bosque. Antes de que apareciera, escuché un fragmento de esa rima familiar en mi mente, susurrada. ¿Él lo habrá provocado? De ser así también tuvo que haber hecho lo mismo anteriores veces. Ahora que lo pienso bien... él debe ser la entidad del bosque.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo? -cambio de tema. De verdad, quiero saber dónde estuvo durante todos esos momento en los que la pasé sola con Brissa.

-Pensando, mucho -contesta el ángel, sin muchas fuerzas.

-Nunca te dije que me dejaras, pero aun así lo hiciste.

Él suspira.

-Me alteré cuando vi que no estabas consciente -explica, despacio y sin apuros. Escucho sus ligeros pasos volverse hacia mí, ahora teniéndolos a una aún más corta distancia, sólo sigo con mi erguido mirar hacia la ventana, viendo como los árboles se mesen frenéticamente, y se bañan en una potente lluvia-. Me repetía mil veces que era mi culpa, que por poco te pude haber matado. Me fui porque necesitaba pensar en, si es mejor que permanezca vigilándote desde la distancia, o estar cerca de ti siempre. No podría evitar lastimarte físicamente, si estoy a tu lado.

-Ariel, no es tu culpa... es mía, yo fui quien comenzó -digo con suavidad, en un tono consolador.

-Pero pude haberte alejado, mas no lo hice porque... -hace una pausa, y se relame los labios-. Porque me gustó tenerte entre mis brazos, pese a saber lo mucho que te estaba dañando.

Silencio. Fuertes declaraciones.

-Me siento culpable, por haber actuado en base a mis necesidades y no en lo que realmente te beneficiaba a ti -añade como punto y final.

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