Capítulo 7 | Misterio Desbloqueado

127 46 44
                                    

Mini botiquín, listo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mini botiquín, listo.

Peineta, lista.

Celular, listo.

Agua, lista.

Comida... ¡¿y la comida?!

Entro en desesperación al no encontrar los emparedados de pavo que había preparado en mi piso, hurgo en mi bolso nuevamente con la esperanza de encontrarlos; aun así, no hay nada. Juro haberlos puesto dentro de mi mochila. Diez sándwiches desperdiciados, ahora moriré de hambre, quién sabe qué tiempo demoraré en el bosque o si me darán de comer en la otra dimensión -si logro entrar-, tal vez los habitantes en ese otro mundo no se alimentan con comida.

Sintiéndome rendida al no encontrar los sándwiches cierro la cremallera de mi mochila y la coloco sobre mis hombros para luego proceder a seguir caminando. ¿Dónde están las voces mágicas cuando las necesito? Estoy perdida en el colosal bosque y tal parece que camino en círculos. Árboles, troncos, monte y más árboles hay a mis alrededores, para empeorar hace un frío aterrador ya que aún es invierno.

Al parecer el universo está conspirando en mi contra. Cuando por fin decido ir hasta el árbol interdimensional por mi cuenta, me pierdo en el bosque. Y cuando no quiero, esas malditas
voces surrealistas me obligan, ¿serán parte de mi imaginación, o realmente son verdaderas? Ya no estoy segura de lo que es real o no.

Exhausta me siento en una enorme roca ubicada frente a un árbol, alzo mi mirada al cielo y veo como atardece. Debería irme ya, antes de que anochezca, llevo tres horas aquí sin encontrar rastro alguno de ese árbol.

Al levantarme de la roca empiezo a caminar en busca de una salida, saco mi celular guardado en la mochila para ver mi ubicación. Sin embargo, no tengo batería.

¡Estupendo! Hoy es mi día de suerte.

¿Dónde consigo un tomacorriente en pleno bosque? Ah cierto, no hay.

Ahora me encuentro frustrada, enojada y con ganas de patearlo todo, al parecer todo puede evitar que cumpla mi plan. Creo que ahora debo buscar ramas y hojas para construirme una cama.

Camino, camino y sigo caminando en círculos.

Está oscureciendo. Tengo miedo, algo tonto, lo sé.

Me detengo en seco al escucharlo, oigo unos ruidos a lo lejos, unos cuchicheos al parecer, una conversación entre dos personas. Camino hacia el lugar de donde provienen aquellas voces con la esperanza de encontrarme a alguien que pueda ayudarme a salir de aquí.

Veo dos siluetas, una más visible y la otra no se puede contemplar bien ya que le cubre un árbol, no puedo reconocer quiénes son. Me acerco un poco más con discreción, me oculto detrás de un árbol y me asomo disimuladamente para averiguar un poco, sé que no está bien espiar conversaciones ajenas, no es de mi incumbencia, pero debo descubrir la identidad de estas personas antes de hablarles, podrían ser peligrosos. Uno puede toparse con cualquier loco en un bosque desolado.

FORÁNEO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora