Gironet ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

Dix

El amanecer se sintió un tanto dulce, o al menos así lo sentía mientras los brazos del de cabellos oscuros lo rodeaban. Se estaba volviendo una especie de rutina amanecer en ese tipo de posiciones, donde el contrario parecía defenderle con su cuerpo y como si su alfa, quizá indirectamente, clamaba como suyo a su omega.

¿Podría pasar con algo como enamoramiento?

Sabía que no era bueno darle muchas vueltas a aquello, que solo debía dejarse llevar como el mayor parecía hacerlo. Disfrutando de lo que era su matrimonio, porque así lo consideró de pronto y no solo como cosas separadas.

—JungKook—escuchó una voz cerca de su oído, logrando estremecerlo—. Buenos días, ¿en qué tanto estás pensando?

—Nada en particular, no preocupes.

—Bueno, haré como que creo en tus palabras—se estiró un poco, para mirar a la cuna que estaba cerca y ver cómo JunKyu seguía dormido—. A propósito, ¿vas a querer que vayamos hoy a ese lugar especial con este pequeñín dormilón?

El menor ladeó la cabeza, pensando en si aquello sería una buena idea debido a los acontecimientos y los sentimientos de la noche pasada; realmente el mayor quería aún seguir con todo aquello y actuar como si no pasara nada malo o no hubiera una pelea previa, que en realidad no había sido una pelea con él sino una más bien interna, pasado entre los dos.

—Sí me gustaría ir el día de hoy—aseguró con firmeza, para luego mostrar en su rostro un poco de duda y quizá un poco de tristeza—. Pero me preocupa un poco cómo está JiMin.

—Tienes razón, aunque me dijiste que ayer se habían calmado un poco las cosas y de cierta manera ustedes empezaron a llevarse un poco mejor con mi primo... lo cual me deja sinceramente sorprendido y feliz.

Se levantó de la cama para encaminarse al baño y lavar su rostro, luego sus dientes, se dirigió a donde habían colocado la ropa y se arregló demasiado rápido, para mirar hacia la cuna acercándose, pues había escuchado unos ruiditos que indicaban que se había despertado JunKyu.

—Parece ser que vamos a tener un día ocupado pequeño, papi nos va a llevar a un sitio especial del cual, ni siquiera yo tenía idea que existía para él.

—No es como si se lo dijera a todos, ya que como te he dicho es especial—se levantó finalmente de la cama y se acercó hacia él mayor y a su hijo sonriéndole a este último con el infinito amor que le tenía—. Ahora lo voy a compartir con mi tesorito y pues contigo.

—Gracias por lo que me toca—se burló.

—No, no es eso...—aclaró rápidamente, a lo que el contrario le miraba más inquisitivo—. Quiero decir, es obvio que sería también contigo... pero ya sabes, JunKyu....

—No temas en pensar lo que quieras JungKook, no estás obligado a nada—acarició su cabeza, para luego tomar entre sus brazos al pequeño—. Ve a prepararte primero, yo iré al comedor del hostal a preparar el biberón del pequeño, te veo abajo.