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— ¡Aish...! ¡No puede ser! — Chille con frustración, apagando rápidamente la estufa de la cocina.
— Te dije que se te quemarían las palomitas — Comentó con cierta satisfacción al lograr tener la razón, mientras trataba de apretar sus labios para no estallar en una fuerte carcajada.
Definitivamente, Jimin descontrolaba mi mundo en tan solo segundos. ¡Ash...! ¡Él es tan agobiante y estresante...!
Esto no se quedaría así.
— ¡Por tu culpa! — Acuse molesta, señalando con mi dedo índice al rubio, el cual se encontraba tras la pantalla de mi teléfono.
— La verdad no te juzgo... No debe ser fácil concentrarse con esta bendición divina que tienes frente tus ojos. ¡Por Dios! Tan solo mírame. Que suerte te gastas mujer —Habló de manera jocosa y arrogante, sonriendo ladeado.
Gire mis ojos con fastidio, tomando el celular entre mis manos para cortar la llamada. 1, 2, 3, 4... Comenzó a sonar mi teléfono, mientras una sonrisa se formaba en mis labios al saber que era él.
— ¡¿Por qué cortas la llamada?! — Cuestionó de forma dramática, con cierto brillo de preocupación en sus ojos.
— Por idiota. — Respondí en un tono frió y seco, sin mirarlo, mientras tomaba una bandeja para colocar lo que comería.
— ¿Y ahora qué hice? — Inquirió nuevamente de manera inquieta.
— No lo se. Tu deberías saber — Dije tajante, tomando un vaso para servirme un poco de jugo.
— Pero no lo se... Por eso te pregunto — Canturreo sonando inocente y tierno para lograr llamar mi atención.
— Yo tampoco lo se. — Me encogí de hombros con indiferencia.
— ¿Que fecha es hoy? — Preguntó de repente con su ceño ligeramente fruncido.
— Creo que 14 o 15. No lo se... ¿Por qué? — Cuestione lo último algo confundida.
— No entiendo porque tu sensibilidad si no estas menstruando. Definitivamente lo amargado y sensible ya es cosa tuya — Su expresión era seria y su tono de voz era severo — Pero de todas maneras... ¿Puedes perdonarme? — Pidió en un tono dulce y arrepentido, frunciendo sus labios inconscientemente.
Quería reírme fuerte, pero debía seguir un poco mas con mi drama. Pero, mierda, se ve tan lindo y tierno así... Ay no, no. Yon, recuerda que se supone que estas molesta con él.
— Te quiero. Ya no estés molesta conmigo... Shi —Dijo lo últimoen un tono aniñado, mientras sonríe con ternura causando que sus ojos desaparezcan gracias a sus mejillas.
Asentí embobada al ver su hermosa sonrisa... No puede ser. Luego tendré que golpearme, pero ¿Cómo podría decirle que no? ¿Cómo podría seguir resistiéndome ante él?
