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— ¿Youngmi, crees que me veo bien? — Pregunte algo dudosa, buscando la mirada de la pelinegra.
Todas las chicas que se encontraban a mis alrededores se ven tan hermosas con aquellos vestidos. Parecen sacados de las mejores revistas de modas. Tanto así que me hacen sentir tan nerviosa e insegura de mí.
— Ya vas a comenzar con tus problemas existenciales — Respondió mirándome con desaprobación por mi actitud.
La pelinegra no se quedaba atrás... Está utiliza un hermoso vestido de color rojo largo, elegante, sin mangas, el cual se ciñe perfectamente a su cuerpo y hace resaltar el pálido color de su piel. Mientras que su cabello está suelto y perfectamente arreglado y si hablaba de su maquillaje solo podía describirlo como perfecto.
— Yon, pareces una princesa con ese vestido... Amiga te ves muy hermosa — Añadió tomando mis mejillas, mientras sonríe al decirlo.
Una sonrisa se formo en mis labios al escuchar sus dulces palabras, las cuales me hicieron sentir mejor rápidamente.
Por otra parte yo utilizo un vestido de color champagne, con hombros descubiertos, y un encaje de color oro, con algunos apliques de tul suave. Mientras que mi cabello esta suelto y algo desordenado. Mi maquillaje es totalmente sencillo y básico.
— Hoy es nuestra fiesta de graduación, así que tenemos que disfrutar. Ven, vamos a bailar— Continuo mientras tomaba mi muñeca para adentrarnos entre el tumulto de personas.
El lugar está muy bien decorado, en el hay luces de colores y efectos de movimiento por todas partes. Aunque la pista de baile es muy amplia está llena de muchas parejas o pequeños grupos de amigos que bailan al ritmo de la música.
Ash... Las parejas. Verlas me hacían recordarlo... ¿Por qué era tan difícil dejar de pensar en él? Quizás mientras él disfruta con sus amigos yo estoy aquí sin poder sacarlo de mi cabeza. Necesitaba distraerme para sacarlo de mi mente y no sentirme mal por no tenerlo aquí conmigo.
Youngmi y yo bailamos al fuerte ritmo de la música, la cual parece vibrar por todo mi cuerpo, mientras reímos como psicópatas por cualquier estupidez. Por un momento la pelinegra se detuvo, mientras miraba algo asombrado entre el mar de personas, causando que mi ceño se frunciera por su extraño acto.
— ¿Qué sucede? — Cuestione de repente, mientras alzaba una ceja.
— Mm... — Masculló algo nerviosa.
Estaba a punto de girarme para mirar lo que la pelinegra observaba con tanta sorpresa, pero me tense de repente al sentir cómo las manos de alguien tomaron mi cintura. De inmediato me di la vuelta quedando frente aquella persona. Al verlo supe que era un chico, pero este utiliza un antifaz negro y era como... ¿El del zorro?
Aunque aquel antifaz cubre parte de su cara no pude evitar fijarme en sus ojos, los cuales tienen cierto brillo en ellos, al sonreír sus ojos desaparecen y un leve color rosa en ellas se hace presente... Puedo jurar conocer esa mirada y esa sonrisa era indiferenciable... Pero él no podía ser.
