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Goku y Vegeta sonrieron al ver a la niña.

Ella estaba tan emocionada que sus saltitos hacían más ruido que la misma puerta abriéndose.

Veku exclamó por la sorpresa al ver el cielo azul de frente a ella y corrió hasta estar fuera de la galería que cubría la puerta de la habitación del tiempo.

-¡Veta, Veta!- llamó la pequeña a Vegeta, pues la habían acostumbrado a llamarlos por su nombre hasta que pudieran explicarle quiénes eran en realidad- ¿Qué e eso?- dijo emocionada con su voz dulce y tierna, señalando al cielo a su alrededor.

-Es el cielo, Veku- contestó Vegeta.

Vegeta sintió algo de orgullo, ver a su pequeña tan feliz con algo tan simple le llenaba de una felicidad que no sabía cómo manejar.

Veku ya aparentaba la edad de 5 años, y era más fluida al hablar.

-¡E enome! ¡Y dindo!- gritó con su vocecita.

-Así es...

-¿Somo lo único aquí tabién?

-No, Mr. Popo y Dende deben estar por aquí- dijo Goku caminando hasta ella-. ¿Por qué no los buscas?- sonrió él poniéndose a su altura.

Ella sonrió grande y levantó las manitos mientras empezaba a correr.

-¡Siiii!

-¡No te vayas a caer, niña! Agh... En ese aspecto se parece a ti...- dijo Vegeta frunciendo el ceño.

-Jajaja, supongo que lo siento- dijo rascando su nuca.

-Hmm... Puedo perdonar eso- dijo en tono coqueto y sonrió de lado.
Se acercó a Goku, dispuesto a robarle un beso como muchas veces cuando estaban a solas en la habitación del tiempo, pero se detuvo.

Se giró hacia un lado, tratando de ignorar la expresión de confusión en Goku, que se sabía de memoria el jugueteo de Vegeta.

-¿Veggi?

-Vamos por Veku- dijo yendo en dirección a donde fue la niña.

De pronto sintieron el ki de Veku aumentar y bajar de golpe. 

Se paralizaron un segundo y empezaron a correr, pero se detuvieron en seco al verla.

-¡Ah!

-Us...tedes...

-Vaya que sí ha crecido su hija. Apenas hace unos días usaba pañales.

Goku y Vegeta se quedaron helados -a pesar de la sonrisa que les dedicaba Dende mientras hablaba-, ya que quien se había encontrado primero con la niña era Picoro, y la había levantado en el aire desde su ropa para observarla mejor. 

-¿Y quién eres tú, pequeña sabandija?- dijo el nameku, sin haber oído lo que Dende acababa de decir a sólo unos metros de él. 

Goku sonrió de lado, un poco incómodo por la escena, mientras que Vegeta empezaba a echar humo por la manera tan descuidada en que Picoro estaba sujetando a su bebé. 

Por su parte Veku miraba al mayor con ojos brillantes y sorprendidos. 

-¡Oye! ¡Te pregunté quién eres!- volvió a repetirle Picoro, pero ella sólo sonrió más.

-¿Cómo te llama?- contestó ella como si nunca lo hubiera oído- ¿Tienes nombe? ¿Podemo juga juntos?

-¿Jugar?- repitió Picoro, tal vez alertado por su instinto de niñero,  pero rápidamente sacudió su cabeza y la miró de una manera más amenazante que antes. -¿De dónde saliste?

Embaracé a Vegeta 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora