Una luz cegadora me hizo abrir los ojos poco a poco, tapando con mi mano los rayos de aquella luz. Me incorporé y me di cuenta que estaba a los pies de un árbol. Acabé sentado sobre un suelo lleno de hierba mientras mis ojos se acostumbraban a tanta luz
???: Al fin despiertas dormilón.
Una voz calmada vino desde mi lado izquierdo. Aún con los ojos entrecerrados trataba de ver quien era aquella persona.
Klaus: *¿Quién?*
Pude ver a una mujer joven de unos 20 años, rubia, con el pelo largo, de ojos marrones, con un vestido blanco que tenía estampadas numerosas flores de color rosa. Verla hizo que todo a mi alrededor se detuviese.
Klaus: *¿Cómo? ¿Cómo he podido olvidarme de la persona que más amo?*
La chica sonrió y se acomodó el pelo tras su oreja antes de acariciar el mío. Comencé a recordar todo sobre la persona que más amaba en la vida, mi amada Beatriz.
Tras la Guerra que libre junto a Mamá, ella se desvaneció y yo continué con mi vida. Busqué un trabajo y tras un tiempo me encontré con Bea, la primera vez que la vi fue en un bar, dándoles una paliza a varios hombres que habían tratado de hacer trampas mientras jugaban a las cartas contra ella.
Me pareció hermosa la manera en la que acababa con ellos, lanzando a uno por la ventana, otro estampado contra una mesa, pero su número aumentó y esta vez llevaban armas consigo.
No pude evitar defenderla, espantándolos de allí. Seguramente habría podido con ellos, pero tuve la necesidad de interponerme. Lo siguiente que supe es que estábamos tomando cerveza juntos en una de las mesas del bar, riéndonos y charlando alegremente.
Después de aquello seguimos quedando, y cuando me quise dar cuenta me tenía engatusado. Estaba enamorada de ella y lo sabía, puesto que se me notaba mucho. Así que decidí pedirle que fuera mi novia y aceptó.
El tiempo pasaba y nos volvimos más y más cercanos, nos fuimos a vivir juntos a una casa en un pueblo cercano a la ciudad, cambiamos de trabajo como mercenarios honrados y vivíamos felices nuestros días.
Aquel día en el prado habíamos preparado un picnic en nuestro lugar favorito, la sombra de un viejo alcornoque que se encontraba casi en mitad de la nada. Debido al último encargo que había tenido en el trabajo, estaba bastante cansado y me acabé quedando dormido nada más llegar a aquel pacífico lugar que calmaba tanto nuestras almas.
Klaus: Lo siento Bea, estaba realmente cansado.
Me disculpé con la contraria, estiré los brazos y las piernas una vez ya estuve descansado y mi amada abrió las dos cestas de mimbre que trajimos con nosotros.
Bea: Tranquilo Klaus, sé lo duro que está siendo el trabajo últimamente. Estamos siendo solicitados un gran número de veces y casi no tenemos tiempo para hacer una salida como esta y disfrutar de la naturaleza.
Klaus: Cierto, aunque yo prefiero disfrutar de otras cosas.
Me abalancé sobre ella, sorprendiéndola, quedando encima suya con mis manos a cada lado de su cabeza y la miré directamente a los ojos.
Klaus: Disfruto más con tu gran belleza iluminando todo a tu alrededor.
Bea: Oh, venga ya, cállate Klaus.
Escondió su cara para que no viese que se acababa de sonrojar y me empujó levemente para que me quitara de encima. Aparte sus manos delicadamente para ver su rostro y acerqué mis labios a los suyos poco a poco para terminar juntándolos en un dulce beso.
Sin embargo, la felicidad no duró mucho, mi móvil comenzó a vibrar una y otra vez. Lo revisé y era un nuevo trabajo:
"Rescate y escolta de la persona X secuestrada. Los detalles se adjuntan en el siguiente archivo."
En el archivo como bien decía se detallaba donde estaba aquella persona, los planos del lugar y la ubicación de algunos enemigos. Recogimos todo rápidamente y nos dirigimos lo antes posible a la misión.
Bea no puso ninguna pega y nos arreglamos para salir, con nuestros chalecos antibalas y nuestras armas.
Llegamos de noche a un muelle cerca de la ubicación de nuestro objetivo. Como siempre revisamos desde lejos el lugar y comenzamos la misión una vez teníamos asegurada la ruta de entrada y salida.
Con gran sigilo nos adentramos en el lugar deshaciéndonos de todos los guardias posibles hasta llegar al almacén donde estaba nuestro objetivo, pero no encontramos a nadie; al contrario, lo que tuvimos fue una emboscada por parte de los que nos habían contratado. Querían quitarnos del medio porque eramos buenos en nuestro medio.
En un momento mi única preocupación fue que Bea saliese con vida de allí. Le djie que corriese y yo me lancé hacia el grupo de enemigos para atacarles con mi espada.
El lugar se llenó en un momento del sonido de las balas siendo disparadas hacia mí. Acabé primero con los que portaban pistolas, atacando a la mano que sujetaba el arma para después apuñarlarles.
Me movía entre los presentes para que recibieran los impactos de aquellos que tenían metralletas y continué matando a todos los que podía, pero comencé a recibir disparos. La mayoría solo me rozaban, pero comenzaron a acertar.
Acabé por esconderme para darme un tiempo a asimilar el dolor e inspeccionar cuantos enemigos quedaban.
Klaus: *Espero que Bea esté bien...*
Pensé mientras me hacía un torniquete en el brazo izquierdo para que dejara de salir sangre del agujero que tenía producido por alguna bala.
Me puse en pie, pisando con fuerza y determinación a pesar de tener una bala en el muslo derecho y me dirigí hacia el grupo restante de enemigos.
Una vez acabé con todos, clavé a Cenibel en suelo para apoyarme y no caerme. Estaba cubierto de sangre de aquellos que había matado y mía. Tenía el abdomen perforado y no dejaba de salir sangre, al igual que de mi pierna derecha y de la cabeza, producto de haber esquivado una bala que estuvo a punto de matarme.
Me estaba quedando sin fuerzas y me iba a caer al suelo inmediatamente, pero de repente alguien me sujetó y me llevó cerca de una pared donde me dejó sentado en el suelo.
Cuando me fije bien pude ver que era Bea y que traía un botiquín consigo para curar mis heridas, o al menos hacer un apaño mientras salíamos de allí.
Klaus: No deberías estar aquí.
Bea: Cállate y déjame curar tus heridas.
Me ayudó a levantarme y tratamos de salir de aquel lugar. Con las fuerzas que me quedaban empuñé nuevamente mi arma y comenzamos nuestra huída.
La rubia le disparaba a cualquier enemigo que llegaba a ver y yo cortaba las cabezas de todo aquel que se me cruzaba en frente, pero... aquello no acabó bien.
El proyectil de una pistola iba directo a mí, solo que mi amada me empujó, recibiendo ella el tiro, en nada más y nada menos que el corazón.
Klaus: ¡¡¡BEAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
Rápidamente solté mi arma y me dirigí hacia el débil cuerpo que yacía en el suelo. Agarré fuertemente la mano de mi persona más querida, pero ya era tarde; el disparo había sido fulminante.
Las lágrimas recorrían mis mejillas mientras apretaba su mano entre las mías y luego la llevaba a mi pecho.
Klaus: ¡¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!! ¡¡¡¡BEAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!
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Fate/Zero: Otra Cruenta Guerra
AksiContinuación de "Fate/Stay Night: Un Nuevo Servant" Klaus es invocado de nuevo para pelear por el Santo Grial, pero, ¿qué es esto? ¿Está en el pasado? ¿Arturia? ¿Gilgamesh? - "No entiendo que sucede, pero si quiero cumplir mi deseo lucharé contra qu...