Yoongi no entendía cómo la inocencia podía estar tan bien representada en aquel pequeño demonio...
...
Solo sabía que Jimin no
era lo que los demás creían...la
oscuridad y travesura de su
mirada era la prueba
contundente de eso.
Pero...¿Qué pasara c...
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Los golpes en la puerta se escuchaban con fuerza en todo el departamento, haciendo fruncir el ceño del pelinegro, quien gruñia en silencio por no poder escuchar claramente la serie que se estaba reproduciendo en su televisión.
-¡Yoongi, abre la maldita puerta!-Gritó Taehyung desde el otro lado, golpeando con fuerza y insistencia-¡No puedes estar enojado con nosotros toda la vida!
-¡Vamos Yoongi, abre la puerta!-Gritó esta vez Hoseok, dando pequeños y muy irritantes golpecitos en la dura superficie, apoyando a su peliazul amigo-¡compre helado de chocolate y tus hamburguesas favoritas!
El mayor desapego por primera vez su vista de su televisión, siendo llamado altamente por el interes al escuchar las palabras de Hoseok.
Sin más remedio, paciencia y comida en su alacena se levanto perezozamente, afilando su mirada y poniendo su peor expresión antes de quitar el seguro de la puerta y por fin ver a ambos chicos, quienes sonrieron nerviosamente ante la intimidante mirada del pelinegro.
-¿Nos perdonas?-habló Hoseok con la cabeza baja, pero aún pudiendo ver al mayor a los ojos con aquel brillo arrepentido y típico de un cachorro triste-.
Yoongi fingió pensarlo seriamente, poniendo una mano en su barbilla y mirando al cielo en busca de una respuesta divina.
Vio de nuevo a sus amigos, los cuales aún conservan aquella expresión de miedo a no ser perdonados y además echados.
Sonrió internamente, disfrutando del sufrimiento de los dos menores, pensando que el helado y las hamburguesas eran innecesarias para su perdón, ya que no pensaba quedarse tanto tiempo enojado con las personas y vivió y amo toda su vida, menos perder su amistad por un Malentendido con un mocoso mentiroso.
Pero ya que se trataba de las hamburguesas especiales que se vendía en aquella hamburguesería estilo occidental debía aprovechar al máximo...
-¿Doble carne?-Interrogó, viendo la bolsa con tanta suspicacia que hizo tragar duramente a ambos menores, quienes asintieron al mismo tiempo, conociendo tan bien los gustos del mayor-.
-Y triple queso cheddar con un poco de salsa especial...-Agregó de manera lenta, por un momento pensando que su memoria le había hecho una mala jugada y se había equivocado con los gustos de su mayor-.
-Si los dejo pasar es porque no tengo nada más de comida en mi alacena y porque nunca me negaría a una hamburguesa como esta-Dijo para luego tomar la bolsa de hamburguesas y abrirla con emoción, tal y como un niño pequeño abriendo su juguete más esperado.
Yoongi definitivamente era un niño que nadie comprendía, uno asustado y obligado a aparentar algo que no era...
Ambos menores suspiraron con alivio, viendo con ternura como el mayor sacaba la hamburguesa de su empaque con una sonrisa de bonitas de rosas encías y se la llevaba a la boca, manchandose un poco la comisura de los labios con salsa.
