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Ambos jóvenes corrieron y corrieron por varios minutos

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Ambos jóvenes corrieron y corrieron por varios minutos...bueno, más bien el menor corría y el mayor se aferraba al cuello del pelirosa, haciendo su mayor intento de no caerse.

Se sentía débil y mareado, lo cual no entendía si era por la gran cantidad de sangre que había perdido hace menos de unas horas o su día lleno de emociones cambiantes que apretaban su corazon con fuerza y lo hacían sentir sumamente extraño.

¿Que estaba haciendo?

¿Por qué le tenia tanta confianza a Jimin?

¿Por qué se sentia tan seguro cuando el menor estaba cerca?

...

¿Tan bajo había caído como para refugiarse inconscientemente en un pandillero?

Cuando menos lo pensó, sintió como el menor se agachaba y lo dejaba en una superficie que identificó inmediatamente como un colchón viejo.

Escuchó además la algo agitada respiración del contrario, sintiéndose entre culpable y agradecido, pues se había tomado demasiadas molestias para "rescatarlo", y entre esas molestias estaba el hecho de que puso su propia vida en riesgo al enfrentar a aquellos hombres armados con peligrosas cuchillas.

Quiso agradecerle y mostrarle un poco de gratitud por haber hecho eso último, pues estaba seguro que si él no hubiera aparecido, el ahora mismo estaría desmayado o...muerto.

Sin embargo, cuando quiso hablar, vio como el pelirosa traía entre sus manos una cobija amarilla y la ponía con tanta tranquilidad, cuidado y parsimonia, que por un solo instante se sintió en paz y protegido.

Suspiró complacido al sentir la calidez que aquella manta le ofrecía. Miró al menor nuevamente y vio que en su otra mano traía un pequeño botiquín de primeros auxilios.

—Malditos hijos de puta...—murmuró con un tono seco y lleno de enojo—su jefe me la va a pagar muy caro.—murmuró nuevamente, atrapando la atención del mayor inmediatamente al ver como este sacaba del botiquín un algodón y una botella de alcohol, haciendolo tragar pesadamente por el anticipado dolor que ya estaba sintiendo al imaginar el ardor que le produciría a su herida al tener contacto con el alcohol—.

Tensó su cuerpo con algo de miedo, alarmando un poco al menor y llamando su atención...

—¿Le tienes miedo al alcohol?—se atrevió a preguntar al demacrado pelinegro, quien arrugó su nariz en una señal de completo disgusto—.

—Dolerá mucho...—murmuró en lo bajo, sin embargo el menor logro escucharlo perfectamente, haciéndole escapar una sonrisa que fue captada por el mayor al instante—no te rías, es en serio...

El menor se acomodó en el suelo y se colocó en posición de indio, acercando aún más su cuerpo al del mayor.

—Pues no es una opción no curarte la herida...—mencionó con voz calma—podría infectarse y las consecuencias luegos serían más dolorosas que aguantar unos segundos el alcohol—sonrió suave, acercándose un poco más al mayor—hagamos algo...

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2021 ⏰

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