AMOR PROHIBIDO

CAPÍTULO 8: AL CALOR DE UNAS COPAS

Cristian tomó fuertemente el brazo de Valeria y Rafael se acercó para defenderla.

¿Es verdad lo que está diciendo Rafael?- dijo Cristian gritando delante de todos en la empresa.

Si- dijo Valeria llorando de la vergüenza que sentía que todos los estaban viendo.

Espera Cristian, no pienses mal ni humilles de esa forma a Valeria. Yo me la encontré ayer bajo la lluvia, ella había tenido un accidente con el pie la lleve a su casa y había perdido la llave, te llamamos a ti y no nos contestaste y Paloma no tenemos su numero por que a Valeria se le acabó la pila del teléfono- dijo Rafael muy enojado pero tranquilo al mismo tiempo.

Cristian miró a Valeria y a toda la gente que los estaba mirando, así que la soltó y se fue directo a su oficina sin decir ninguna palabra. Valeria se volteó a ver a Cristian y Rafael se acercó por detrás.

Ya puedes seguir siendo feliz con tu marido- dijo Rafael.

Valeria se tensó y comenzó a caminar directo a su oficina, mientras tanto Rafael se quedó parado ahí mirando como ella se alejaba.

No tienes idea de como te amo Valeria- dijo Rafael mirándola.

Valeria iba caminando hacia su oficina y vio que Cristian la estaba esperando, ella apresuró su camino; pudo escuchar que él algo le dijo pero no le tomó importancia solo entró a su oficina y se encerró. Se sentó en el mueble y lloró simplemente hasta que se quedó dormida.

Era de noche cuando Paloma se encontraba arreglando los últimos detalles de la cena familiar que tendría junto con Rafael, Cristian por su parte ya había tomado sus cosas y se acercó hacia la oficina de su mujer preguntando por ella a su secretaría pero esta le informó que Valeria se encontraba en una llamada de trabajo y que la disculparan pero no podría asistir a la cena.

Paloma estaba sentada en la sala cuando el timbre sonó, así que ella rápidamente se arregló y abrió la puerta encontrándose con Rafael muy sonriente y con un ramo de rosas azules como a ella le gustaba.

Rafa bienvenido, pasa- dijo Paloma haciéndolo entrar a la casa.

Gracias- dijo Rafael besando su mejilla y entrando a la casa.

Ambos se habían sentado a comer la entrada de la cena en lo que llegaban los padres de Paloma, pronto se abrió la puerta y dejó verse a Cristian, él se acercó a saludar.

Buenas noches, provecho- dijo Cristian saludandolos.

Buenas noches Cristian- dijo Rafael.

Papi, ¿Y mi mamá?- preguntó Paloma.

Se quedó en la oficina por que tenía una llamada importante del trabajo, me dijo que la disculparan y también me van a tener que disculpar a mi he tenido un día difícil con permiso y buenas noches- dijo Cristian llendose a su oficina.

Las horas pasaban y la cena iba avanzando, ellos estaban muy a gusto.

No puedo creer que te acuerdes de eso Paloma- decía Rafael riendo a carcajadas.

Te juro que lo recuerdo como si hubiera sido ayer- dijo Paloma riendo de sus ocurrencias.

Hay dios mio, me duele la panza de tanto reír- dijo Rafael quitándose las lagrimas de sus ojos.

Perdón por lo que voy a hacer- dijo Paloma para luego acercarse y besar apasionadamente a Rafael quien respondió a ese beso.

Pero después de unos minutos Rafael salió del trance y se alejó, se disculpó con Paloma y salió de la casa dejando a Paloma confundida por actuar de esa forma.

Valeria iba despertando cuando notó que era de noche y que todos los empleados se habían ido quedando ella sola en las oficinas, de pronto recordó que debía enviar algunos email y se levantó a hacer eso. Mientras Valeria iba enviando los correos, escuchó que tocaban la puerta por lo que decidió invitarlo a pasar y cuando la puerta se abrió notó la silueta de Rafael quien traía dos copas, una pizza grande y una botella de vino. Ella pronto se levantó con una sonrisa en los labios y lo ayudó.

Que rico- dijo Valeria mirando la pizza.

Toma un pedazo, se nota que has estado llorando- dijo Rafael mirándola.

Me quedé dormida y apenas me despierto- dijo Valeria sonriendo.

Bueno entonces disfrutemos de este manjar- dijo Rafael sonriendo y sirviendo las copas de vino.

¿Y la cena?- preguntó Valeria preocupada.

Ya terminó- dijo Rafael sonriendo.

¿Y aún tienes hambre?- preguntó Valeria de forma pícara.

Obvio. siempre hay espacio para una pizza- dijo Rafael sonriendo.

Mientras comían iban recordando el pasado, como les había ido a lo largo de esos años que habían pasado, mientras bebían la copa de vino Rafael se acercó a Valeria sin quitarle la mirada de encima pero no esperó que Valeria también se acercara a él. Rafael posó sus dedos suavemente por el golpe de Valeria.

¿Aún duele?- preguntó Rafael.

Valeria asintió con la cabeza con los ojos llorosos, ambos se miraron profundamente como ese día bajo la lluvia y no resistieron se besaron apasionadamente, Rafael se posó entre las piernas de Valeria y la fue recostando poco a poco en el mueble sin quitar sus labios de ella, ella lo tomó del cuello para hacer el beso más pasional.

Rafael comenzó a quitarse la ropa y fue cuando Valeria se posó encima de él para sobar su cuerpo por encima del miembro de él, fue cuando ella decidió quitarse la camisa y luego el pantalón mientras él besaba su cuello y tocaba su cuerpo por completo.

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