¡Holu! Espero que les guste, esta vez Tristan dirá cómo se siente y como esta Alex. Ambos.
Uh, uh, uh, ¡se me olvidaba! Alex no le gusta Brave, solo le tiene un gran aprecio o algo así.
Bueeeno, ¡disfruten!
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Pase mis manos por mi cabello, llevábamos 3 días (incluyendo el de hoy) sin saber de Brave y me moría por saber. Arrugue mis cejas, frote mis manos entre sí y suspire.
──Ya, Tris, deja de torturar tu alma.─me reprendió Alex.
──No puedo.─me defendí.─Si hubiera venido ese día esto nunca hubiera pasado.
──El hubiera no existe, Tristan.─me sonrió.
──¿Como puedes estar tan calmado?─le cuestione irritado por su tranquilidad.
──Tengo fe y eso me calma.─encogio sus hombros, rodé los ojos y seguí mirando la puerta de su habitación.
──Sí piensas de más todo será peor.─me aconsejo.
──Dime algo que ayude, Alex.─pedí.
──No se, Tristan. El doctor vendrá y nos dirá cuando sea el momento, si para eso hay que esperar una semana. Una semana será. No podemos hacer nada por ella.─explicó tranquilo.
──Te odio.
──No me odias. Simplemente, te irrita el hecho que yo este mas calmado y sepa como manejar la situación.─volvió a decir. Gruñí y lo empujé para que me diera espacio, el se encogio de hombros y camino hacia no se donde.
PDV de Alex.
Suspire frustado.
──Señorita, ¿me podría decir quien es el encargado de Brave Williams?─pregunté amablemente, ella asintió y me señaló una puerta.
──Ahí debe estar. El doctor Hollander debe estar en su oficina, sí no le molesta. ¿Me podría su nombre?
──Alex Yamato.─respondí.
──Puede pasar.
Asentí y le agradecí con una sonrisa. Tristan pensaba que estaba calmado pero no, estaba apuntó de tener un colapso nervioso y entraría en la ansiedad de nuevo después de tantos años de evitar eso. Había construido una enorma barrera de anti-nervios y funcionaba, me mantenía con serenidad pero algo fallo. Una pequeña intrusa destruyó todo y ahora me tenia aquí, perdiendo mi cordura por ella y solo por ella.
Brave Williams había sido mi intrusa. Mi enemigo. Mi mejor amiga. No podía negarme a mi mismo que lamentaba eso, para nada. Ella y mi familia son lo mejor que me ha pasado en la vida.
──¿Señorito Yamato va a pasar?─la áspera voz del doctor me saco de mis pensamientos y me centré en el. Entre en su despacho, tome lugar y espere a que el hiciera lo mismo.
──Creí que se quedaría ahí para siempre.─bromeo, le sonríe de forma forzada.
──Doc. ¿Que tiene la señorita Williams?
──Esta bien. Solo queremos mantener su estado en paz y tranquilidad.─informó.
──Reposo... eh...─me susurre.
──Cuando podré volver a verla?─susurre algo desesperado.
Me mostro una sonrisa calmada.──Mañana, hoy termina su reposo. Ha mostrado mejorías y no ha tenido ningún decaimiento. Esta en muy condiciones.
──Gracias, doctor.─agradecí, me levante y salí por la puerta. Me sonreí a mi mismo y dejé que mi cuerpo se relajara.
Te extraño, Brave pero mañana volverás a mi vida.