Corazón Frio [Sasusaku] +18 ✔

Fin del trato.

Sasuke

Esto de estar en clases es estresante, veo como el profesor se pasea frente a la pizarra explicando cosas que no me interesan. Como desearía estudiar arte.

La hora termina y salimos, Naruto va a mi lado con su celular.

—Necesito hablar contigo. —digo de pronto.

—¿De que?.—dice el sin dejar el celular.

—Del trato. —confieso.

—¿Ya te diste por vencido?. —sonríe.

Ruedo los ojos y lo miro, el sigue con su celular.

—No, ya no necesito seguir con eso, no es justo. —lo miro pero sigue igual y eso me cabrea.

—Vaya, entonces déjame cortejar a Sakura para que pueda salir conmigo.—se encoge de hombros.

—No lo creo.—él me miró arqueando una ceja y sonrió. Seguimos caminando y llegamos al estacionamiento, miré a los amigos de mi hermano venir en nuestra dirección.

—Hola chicos.—nos saluda Itachi y los demás.

—Hola ¿adonde van?.—les pregunto, ya que están casi todos, mi hermano, mi primo, Neji, Yahiko, Konan y Sasori.

—A mi casa, a surfear un rato ¿no vienes? a mi hermana le gustaría verte.—Sosori dice.

Los demás lo miraron confundidos y yo tragué saliva.

—De hecho la iré a recoger a su colegio. —digo.

Él asintió y miré a Obito y a Itachi sonreír divertidos ¿que les hace gracia?

—Bueno nosotros nos vamos, si vas a la casa Senju no te vayas sin mí, hermanito. —bromea Itachi.

—Tsk, no soy tu niñera. —hago un puchero.

—Pero si mi auto.

Me sonrió y entró al auto de Obito junto con Konan y Yahiko.

Se marcharon del estacionamiento y miré a Naruto quien me observaba con sus ojos entrecerrados.

—¿Que?. —digo astiado.

—¿Le gustará verte?. —eleva su ceja.

—Eso mismo quiero hablar contigo, pero aquí no. —no estoy de humor ahora.

—Vamos a mi casa.

Dicho esto entramos a la camioneta y maneje a Santa Mónica, específicamente a casa de Naruto.

Llegamos y me estacione frente a la mansión. Bajamos y entramos a la casa.

Entré a esta casa como dos o tres veces cuando me acosté con Karin, espero que no esté en casa, no quiero verla.

Nos salimos al patio trasero, Naruto me dio una cerveza y nos sentamos en los sillas de playa frente a la piscina.

—Bueno, explícame que fue todo eso. —su curiosidad era notable.

—Primero lo primero, ya no quiero seguir con el trato. —corto de una vez.

—¿Por qué?. —pregunta.

—Porqué apostar por el amor de Sakura sólo para utilizarla no va conmigo. —confieso.

—O sea que ya lo hiciste. —dice arqueando su ceja.

—Si, ya me acosté con ella. —sonreí al recordarla.

—Vaya, que rápido vaquero.

Él rió y le dio un trago a su cerveza. Luego me miró.