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La tarde se les fue en un suspiro. Al mirar por el ventanal del departamento se percataron de que era tarde, las cosas estaban calmadas y sus latidos no hacían mas que poner un ambiente relajante, tanto así como escuchar a Lana Del Rey cantar una de sus canciones.

Ambos estaban acurrucados en aquel sofá rojo y aunque estaba en contra de su naturaleza, Cristal volteo en un instinto desesperado y tomo la boca de Nathan de un movimiento a otro, este correspondió a semejante beso, por que no cualquiera besaba a Cristal y el no se negaría al vago placer de disfrutar de sus labios.

De un momento a otro, Cristal estaba abajo de el y Nathan se recargaba por los codos para no poner su peso encima, mientras sus labios jugaban una guerra sin tregua, al igual que sus manos y sus lenguas. Las cosas fueron subiendo de tono y todo indicaba que el sofá no iba a superar las expectativas que ellos tenían en ese momento.

Se levantaron, Cristal enrollada en la cadera de Nathan y caminaron hacia la habitación del chico, los besos siguieron en su mismo tono y al mirar a Cristal ella reflejaba Pasión y sus ojos gritaban Locura, ambos estaban deseando demasiado la cercanía de sus cuerpos, así que lo demás no fue trabajo duro, pero en el momento en el que Nathan quiso bajar los pantalones de Cristal, ella lo detuvo.

—Nathan, no puedo hacer esto— Bajo la mano de Nathan que se dirigía al botón y lo miro buscando las palabras con las cuales explicarle

—De que hablas?— El estaba anonadado

—No quiero que me veas, es asqueroso tener sexo con una anoréxica—Las palabras de Cristal se convirtieron en lágrimas y sollozos y a Nathan le cayeron como agua fría en pleno Diciembre.

—¡Que carajos dices! Cariño, no eres asquerosa, he deseado estar contigo desde hace mucho, he deseado recorrer tu cuerpo con mis manos, siendo o no anoréxica, tienes un cuerpo hermoso, un tanto delgado pero hermoso, todo este tiempo a tu lado me ha ayudado a entender tu sufrimiento y me ha dado ganas de ayudarte a salir adelante, eres hermosa y enserio, Todos querrían tenerte como yo te tengo en este momento— Dicho esto limpio las lágrimas de la chica y la beso con tal dulzura, que un diabético saldría corriendo de un ataque.

A Cristal se le olvidaron los complejos que tenia cuando Nathan se puso su camiseta y la beso con ternura, mientras tomaba sus manos y las besaba, e iba a traer una manta para enrollarla en ella.

Al final de cuentas, tal vez la unión de sus cuerpos seria después...

 Cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora