-Hola angelito, volvemos a vernos.
Dominic trató de mirar hacia la figura que acababa de hablar. La cabeza no paraba de darle vueltas, su visión se volvió borrosa y a duras penas pudo distinguir una cabellera azul a la distancia.
-Mierda...
La sonrisa de Keyla se volvió una mueca de rabia lentamente mientras se acercaba al chico. Le miró desde arriba con un odio intenso y, con una velocidad increíble, le asestó una patada en el abdomen, con tal fuerza, que salió disparado hasta uno de los árboles cercanos el cual estuvo cerca de troncharse debido al gran agujero que había abierto ahora en su tronco.
Eva y Rodrigo miraban aterrorizados aquella escena. Sabían que aquellos chicos no eran humanos, pero esa fuerza no podía ser posible. Con ella se podría matar a cualquiera con un solo toque.
-¿Es eso todo lo que tienes? Normal que haya podido engañarte y envenenarte tan fácilmente.
De entre los restos del árbol salió un Dominic cojeando, visiblemente mareado pero con una sonrisa en su rostro, aún mantenía su mano en el hombro donde le había cortado aquel proyectil. Keyla apretó sus puños con rabia, y le miró fijamente.
-Te aseguro que vas a pagar caro haber hecho eso.
Con su velocidad se acercó hasta estar justo delante del chico, casi cuerpo contra cuerpo. Se acercó a su oreja y susurró con una voz suave y, al mismo tiempo, letal.
-Ahora hazme un favor... y muere.
Sin contemplaciones, la chica le propinó un puñetazo en el lado derecho de la cara, haciendo que perdiera el equilibrio. Y en una milésima de segundo aprovechó para clavar su rodilla en el mismo lugar en el que anteriormente le había asestado la patada.
El ángel cayó al suelo y un fino hilo de sangre se escapaba de entre sus labios.
-¡Dominic! - chilló Eva tratando de zafarse de las cadenas.
Rodrigo miró a su amiga sin terminar de entender el por qué se preocupaba tanto por aquella cosa aunque, ciertamente, en aquella situación probablemente sería mejor estar con el ángel que con el demonio. Mientras se perdía en sus pensamientos su mirada se desvió hacia las cadenas que retenían a Eva. Algo extraño sucedía. Era como si aquel metal encantado fuera perdiendo energía lentamente mientras se producían algunas chispas.
-Mucho hablar, angelito, pero ni armas he necesitado para matarte - soltó Keyla mientras le escupía en la cara y se encaminaba hacia Eva y Rodrigo.
-Y yo que pensaba que eras imbécil, pero además resulta que eres estúpida también - comentó de forma graciosa una voz a su espalda. - Me decepcionas Keyla.
La nombrada se dio la vuelta rápidamente y vio como el ángel estaba sentado en el suelo mientras que la mano, que hasta entonces había mantenido sobre la herida de su hombro, ahora sostenía algún tipo de energía mágica en forma de esfera, en cuyo interior flotaba una sustancia morada negruzca. La demonio abrió mucho los ojos al entender lo que estaba pasando.
-Imposible... No deberías poder moverte.
-Es cierto que te engañé, pero no todo lo que dije fue mentira. Sí que soy muy hábil con la magia y tengo cierta afinidad con la de curación.
-Te has dejado golpear a propósito mientras te concentrabas en extraer el veneno de mi flecha.
-Chica lista y, ¿sabes qué? - la boca de Dominic se tornó en una sonrisa burlona. - He terminado.
Dicho esto, deshizo la burbuja que mantenía en su mano y el veneno que flotaba en su interior, cayó al suelo.
-Así que, ¿al final vas a darme guerra? - preguntó Keyla mientras se preparaba para atacar.
Como toda respuesta el chico soltó una pequeña risa antes de cerrar su puño con fuerza. Un círculo mágico de color blanco apareció sobre la demonio la cual sintió como si todo su cuerpo aumentara de peso. Cayó al suelo de rodillas sin poder levantarse, era como si la propia gravedad hubiera aumentado.
-Esto no parece esa magia... de curación de la que presumes - trató de decir Keyla con dificultad mientras soportaba todo aquel peso sobre ella.
-Nunca dije que ese fuera mi único poder. Y si aún puedes hablar, creo que debería aumentar el hechizo, ¿no crees?
Dominic llevó su mano libre y la puso encima de su puño cerrado mientras extendía sus brazos hacia ella. El círculo se hizo algo más grande y mucho más potente. Keyla trató de aguantar de rodillas todo lo que pudo pero terminó cayendo por aquella gravedad tremenda. No podía despegar la cabeza de suelo y ahí fue cuando vio que incluso el suelo debajo de ella también se estaba resquebrajando ante aquella magia.
-¿Tan poderoso es este tío? - pensó para sí misma mientras trataba de averiguar cómo escapar de allí.
-¿Qué te pasa Keyla? ¿No querías guerra?
-¡Eva!
El ángel dirigió su mirada hacia el origen de aquel grito. Rodrigo se encontraba mirando a su amiga la cual se encontraba tirada en el suelo, inconsciente. Las cadenas que la ataban dejaron de emitir energía y se desvanecieron. El chico se acercó más a su amiga para tratar de despertarla, pero cuando sus cadenas rozaron la piel de chica se produjo una pequeña explosión tras la cual sus cadenas también se desvanecieron. Rodrigo, aún sin entender nada, cogió a Eva entre sus brazos mientras la zarandeaba.
-¡Eva! ¿Qué te pasa? ¡Eva!
Dominic entendió en un segundo lo que pasaba con la chica y aquellas cadenas demoníacas.
-Mierda ...
En ese instante de distracción Keyla agarró a duras penas una pequeña roca del suelo y usó su magia para convertirla en un arma que pudiera ir lo suficientemente rápido para no verse atrapado en aquella magia. Con un esfuerzo sobrehumano consiguió lanzar aquella piedra directamente contra la cabeza de su adversario. Dominic casi ni pudo advertir aquel proyectil hasta que prácticamente iba a impactar contra su ojo derecho. En el último segundo consiguió moverse lo suficiente para que no le golpeara directamente, en su lugar la roca encantada rozó su piel a lo largo de su ceja abriendo un herida de un par de centímetros de largo. Aquel golpe obligó al chico a cerrar el ojo debido a la sangre que brotaba del corte y a que perdiera la concentración en el conjuro que estaba realizando. Y su oponente no iba a desperdiciar tal oportunidad. En cuanto sintió aquel momento de debilidad consiguió impulsarse lo suficiente como para obligar a su cuerpo a salir del área de efecto del círculo.
-¡Maldita seas! - exclamó Dom mientras se llevaba la mano al ojo derecho.
-¡El capullo eres tú! - contestó enfurecida, mientras invocaba sus pequeños cuchillos negros y los lanzaba uno tras otro hacia él.
Una barrera luminosa se interpuso en la trayectoria de estos, deteniendolos. Un par de hilos de sangre escapaban tanto de los labios de la demonio como de entre los dedos del ángel que tapaban su ojo herido.
-¡Muere de una vez! - gritaron rabiosos al mismo tiempo.
Dominic envolvió su mano libre en luz y lanzó un láser blanco contra ella, la cual lo esquivó con un rápido movimiento. El haz se estrelló un poco más allá contra un par de árboles. Keyla empezó a invocar cuchillos cuando una voz les interrumpió.
-¡Alto ahí! ¡No os mováis!
De entre las sombras una veintena de personas vestidas con armaduras de distintos colores y formas rodearon a los jóvenes mientras que otro par acudían en ayuda de Eva y Rodrigo.
-Según la Ley del Plano Humano, ambos estáis bajo arresto por el secuestro de dos seres humanos - empezó a decir el que parecía ser el capitán de los caballeros refiriéndose a los dos amigos que se encontraban un poco más allá. - Y seréis encarcelados y ejecutados. Ahora, ¡entregaros!
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Luz en la oscuridad
FantasyTodo el mundo piensa que los demonios son todos malos, que visten de rojo y viven en el infierno: un lugar en el que, supuestamente, hace tanto calor que el suelo es puro fuego. Y todo el mundo cree que los ángeles son buenos, seres de luz coronado...