Fithpo: Fight The Power (Green Land)

Ian en Royal Loyal Town

Interesado por su situación, el joven escuchó a Markus contar sus negocios con Ohsu.

-Yo vengo de White Land, concretamente una ciudad llamada Nauka. Es un lugar famoso por la cantidad de organizaciones criminales que tienen sus laboratorios allí. Me crié entre drogas y narcotráfico, pero a mí eso me daba igual, estaba interesado en medicinas y venenos. Cuando llegué a Green Land estuve trabajando para algunas organizaciones, y al final acabé con Ohsu. Pero esos bastardos no saben hacer nada bien, el único miembro con dos neuronas en Joe Genovese. El caso es que me deben un par de cosas, pero como son un desastre aún no hacen nada.- Contó Markus.

-Entonces, ¿eres un criminal?

-¿Eso es todo lo que has sacado de esta historia? Aunque bueno, sí lo soy. Estoy en busca y captura por todo el continente de White Land, y mira, he acabado en la cárcel aquí contigo.

-Es verdad, ¿por qué te han encerrado aquí?

-¿Y a tí?

-Fui a atacar a Joe Genovese para ayudar un amigo, pero me tendieron una trampa. ¡De hecho, hubiera podido ganar si no me hubieras envenenado!

-Creo que ambos salimos perdiendo de ese incidente del paralizante que te inyecté. Una maldita chica hizo que me detuvieran.

Vert se sentó en el banco de la celda y se encerró en sus propios pensamientos.

-Van a atacar esta ciudad.- Dijo el joven finalmente.

-¿Van a atacar Royal Loyal Town? Me sorprende que haya alguien que tenga interés en este estercolero. 

-Sí. Una secta que se hace llamar el Ejército del Mago Oscuro. Han destruido toda la región de Tall Trees Woods de donde vengo, y ahora parece que van a atacar esta ciudad.

-Uhmm... Ya veo. ¿Has alertado a las autoridades?

-Mi compañero fue a advertirles, pero no sé qué hará ahora.

El silencio volvió a reinar en la celda.

ESE DÍA
IAN

Cuando Ian y Vert se separaron esa mañana, Ian comenzó su propia búsqueda del cuartel de la guardia.

-Disculpe, ¿sabe usted dónde se encuentra el cuartel de la guardia?- Preguntó Ian a una mujer que pasaba por allí.

-Sí, se encuentra en aquella dirección.

Entre las concurridas calles de la ciudad Ian no destacaba especialmente, aunque la gente parecía asustada de que llevase una espada. Continuó el camino que la mujer le señaló, hasta que se encontró a sí mismo en una oscura calle que estaba alejada del centro. Finalmente llegó hasta lo que parecía el edificio de los soldados, y entró.

-¡Eh, qué haces con esa espada en la calle!- Advirtió uno de los guardias.

-¿Eh? ¿Esto? Soy un espadachín.- Respondió con tranquilidad.

-¡No puedes ir con un arma a la vista por la ciudad tan tranquilo!

-Pero no tengo pensado herir a nadie.

-Pero... Bueno, mientras no causes problemas, solo ten cuidado.

-Lo tendré.

-Oh, ¿y por qué has venido aquí? Cualquier problema debe ser informado a la comisaría de su barrio.

-Es que vengo... Por una causa externa. Verá, se dirige hacia aquí un ejército. Vienen a atacar la ciudad.