PRETTY GIRL||. g. blythe

-TWO!

CAPÍTULO DOS;
(PRIMER DÍA ATRASADO)

SU HERMANO SE HABÍA ADELANTADO EN SALIR ya que su madre se había olvidado algo en la casa de los Blythe, y lo obligó a ir por el. Obligando a Marianne a ir sola junto con su hermana menor, la cual no paraba de hablar a cerca de Lo emocionada que estaba por su primer día. Cosa que la hartaba, ya que llevaba desde hacía una semana, -desde que se enteró que volverían a Green Gables.- hablando a cerca de cómo lo volvería inolvidable.

Marianne no estaba tan contenta, tendría que ver a Gilbert todos los días de la semana, y esa idea parecía agotadora. Ver la horrible sonrisa orgullosa de Gilbert Blythe cada vez que me equivoque es mi más grande sueño. Le había dicho la noche anterior a su hermanastro. Y su respuesta la había dado después de eso: "Pues ninguno de los dos parecía querer lo mismo ayer, digo se veían con nostalgia no con odio"

— ¿Quien es ella? —señaló la rubia a una chica pelirroja, la cual estaba junto con una Ruby llorando y todo el grupo de amiga detrás de ella.— ¿Es la huérfana? Pobrecita.

— Vete a clases, Juliette. —dijo antes de darle un pequeño beso en la frente y empujarla en dirección a su clase.— ¡Hola!

La voz de la castaña pareció asustar a la pelirroja, ya que ella se sobresaltó. Haciéndola reír, era divertido cuando no le pasaba a uno.— Soy Marianne. —dijo ella extendiendo su mano en dirección a la colorada. Y ella la tomo extrañada, nadie le había dicho que vendría una chica nueva.

— Yo soy Anne, con una e al final. —sonrió la pelirroja. Y antes de que pudieran continuar la conversación la campana que indicaba el inicio de las clases sonó.

La castaña tomó asiento detrás de la pelirroja, cómo solía hacerlo. Extrañando a todos por la llegada repentina de la castaña, su madre le había dicho que no necesitaba enviarle una carta a todos, que su abuela se encargaría.

— ¡Marianne! —dijo Ruby, llamando la atención de todos los presentes. Incluyendo la de Gilbert, quien la miraba de una manera extraña.— Me sentaré contigo, a Josie no le importará sentarse junto con Pirssy, ¿Verdad?

— No me importa. —dijo con una sonrisa bastante falsa.— mientras nos cuentes tu viaje por Europa en el almuerzo.

— ¡Que día tan lindo! —susurró Ruby mientras se sentaba detrás de Diana.— Gilbert volvió, hay un chico nuevo, y volvió una de mis mejores amigas.

— Que Tom y yo estemos aquí es lo único bueno. —dijo viendo al castaño, que seguía con sus ojos en ella.— Gilbert se podía haber quedado donde estaba.

— ¡No digas eso! —dijo la de rosado mirando al castaño con anhelo, que ahora había empezado a hablar con el otro nuevo.

— Abran sus libros en la página treinta y dos. —dijo el profesor, haciendo que ambas amigas dejen de hablar.— Leeremos en voz alta el poema de Barry Cornwall, "El pescador" —todos en la sala le hicieron caso.— Diana Barry, de pie, comienza.

— "Una vida peligrosa, triste cómo la vida misma... —empezó Diana con dificultad.— ...tiene el pescador solitario en el solitario mar..."

— En verdad peligrosa, siéntate. —la interrumpió el profesor.

— Niña nueva. —Anne volvió a ver hacia atrás, pensando que era hacia la castaña.— No estoy hablando con la señorita Blossom. Ahora, de pie. Continúa.

— "Sobre las aguas salvajes trabajando lejos de casa, —empezó Anne, cómo si fuera una obra de teatro. Haciendo que Marianne suelte una pequeña risa.— por una desalentadora miseria siempre obligando a vagar. Pocos corazones lo alientan en su vida peligrosa, y nadie lo ayuda en su vida tormentosa. Con la compañía del mar y el aire silencioso, el pescador solitario no se rendirá. —Marianne puso sus ojos en su hermanastro, que la veía con los mismos ojos que la estaba viendo Gilbert hacia unos minutos. Debe estarse burlando de ella. Pensó.

Después de que el profesor la callara, y junto a ella las risas que la mayoría del aula había soltado. Marianne decidió que la clase no era tan entretenida,  así que se dedicó a leer ella en voz baja. No podía prestar atención ya que sentía algo en su interior al ver las miradas que le proporcionaba Gilbert a la pelirroja que había conocido afuera del colegio, ¿era esa la razón por la que Ruby se encontraba llorando hacia unos minutos? Pensó la castaña.

Después de unos minutos las miradas dejaron de ser solo miradas, ya que ahora el masculino había optado por tirarle cosas que la castaña no podía distinguir. Después, en el momento que el profesor estaba más distraído que antes el castaño optó por levantarse y dirigirse hacia la pelirroja.

Y después de eso todo pasó en cuestión de segundos, los cuales Marianne hubiera deseado captar en algún aparato para verlo diariamente.— Te dije que no te iba a hablar. —dijo la pelirroja alzando su pizarra en dirección al castaño.

Dándole en la mejilla, sin embargo el solo le dedicó su sonrisa burlona.— Lo acabas de hacer. —dijo antes de que el profesor empezara a reprender a la pelirroja.