Capítulo.2

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*Narrador omnisciente*

En las calles de Barnet, en una casa de ladrillos rojos, el techo gris, el balncon y las ventanas de color blanco. Vive la señora Amelia de Davis, quién extraña mucho a su familia, primero la muerte de su esposo, después sus dos hijos mayores quienes descieron ya no saber nada de ella y por último su hija quien ahora está en Narnia.

Es la quién extraña más, no es porque sea la consentida no porque que es su única hija mujer, si no le recuerda mucho a su esposo y ademas fue la que estubo ahí cuando más la necesitaba. La señora Amelia o como ella que le gusta la llamen Amelia hasta le pidió a los cuatro reyes que la llamarán de esa manera, Peter, Edmud y Lucy la llaman así mientras Susan le dice Señora Amelia ya que es una falta de respeto a llamar así a un adulto.

Amelia desaria por última vez ver a su hija, abrazarla darle un efecto de madre y decirle adiós es lo único que quiere.

Amelia esta en la cocina lista para cocinar cuando saco sus comprás de la bolsa, el grifo de llave salió volando, el agua empezó salir muy rápido, Amelia se acercó rápido al lavabo de cocina, intentado abrir la puerta de madera donde estaba la tubería para poder impedir el paso de agua. Mientras lo hacía su cocina se idundaba a ver qué no podía abrir la puerta, salió de la cocina pero a salir su casa estaba infundado, va a la puerta de la entrada de su casa pero la mitad del camino resbaló, empezó a nadar hacia la superficie pero al salir del agua se dió cuenta que ya no estaba en Londres, si no estaba a la mitad de un gran océano, vió que tres jóvenes salieron del agua.

- ¡Lucy! —la llamo, la Reina Lucy voltea verla.

- Amelia —dijo Lucy.

Y entonces el barco que estaba antes en la pintura de la habitación de Lucy empezó acercase a ellos.

- ¡Naden! ¡Naden! —gritó Edmud.

- ¡Qué alguien me diga que está pasando! —Gritó Eustace.

Los tres hicieron caso omiso a Eustace y nadaron. Del barco, saltaron 4 marianos que los ayudaron a subir.

- Tranquila, ya te tengo —dijo una voz masculina muy familiar para Lucy.  ¡Caspian!

- Hola Lucy —dijo él sonriente.

- ¡Edmud es Caspian! —grito la chica a su hermano.

- ¡Tranquilos todos, ya están a salvó! —dijo Caspian.

- ¿Estamos en Narnia? —pregunto Amelia.

- Así es, bienvenida a Narnia—dijo Caspian a Amelia sin quitar su sonrisa.

- ¡No quiero estar aquí —griyo Eustace —¡Quiero volver a Inglaterra! ¡Llevenme a Inglaterra!

- Sostente —le dijo Caspian a Lucy, fueron los primeros en subir.

Ambos subieron a una tabla que los llevo directo a la cubierta del barco. Los marinos que ayudaban a Edmud, Amelia y Eustace hicieron lo mismo.

—fue emocionante —digo Lucy

Capasian toma dos toallas, una se la pone en la espalda de Lucy y la otra se la pone por los hombros.

- ¿Y qué los trae por aquí? —pregunto Caspian a Lucy.

- No tengo idea —respondio La Valiente.

- ¡Caspian! me alegro de verte —dijo Edmud al abrazar a Caspian.

- A mí igual —dijo Caspian correspondiendo el abrazo, para después separarse.

- ¿Entonces tú no nos llamaste esta vez —le preguntó Lucy a Caspian.

Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del AlbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora