Calurosa bienvenida

1.8K 83 21
                                    

Lo prometido es deuda. Les dije que estaba trabajando en una nueva historia y aquí está. Sin embargo, tengo que advertirles que me gusta mucho el drama, por lo que más de una vez querrán asesinarme.
Además, las actualizaciones serán dos veces a la semana (sábados y miércoles).
También tienen que tener en cuenta que estoy utilizando las tramas de la primera temporada, pero no están en orden cronológico.
Sin nada más que informar, ¡disfruten de la lectura!
——————————
Habían pasado casi tres meses desde la última vez que Paulina se había reunido con José María para discutir los asuntos del divorcio. Después de que José María le lanzara la bomba de su cambio de género, discutieron y follaron como nunca antes. Desde entonces, no habían vuelto a tener una conversación civilizada o un encuentro pasivo, ya que Paulina se encerró en su odio y aprovechaba cada oportunidad que tenía para sacarle en cara a José María las consecuencias que su nuevo yo iba a traer. Para ocultar la crisis por la cual estaban pasando, Paulina le dijo a su familia y a Bruno que José María tenía un caso sumamente importante en España y que tenía que irse. Todos se lo creyeron, menos Bruno. El día en que todo acabó entre ellos, Bruno no estaba en casa para presenciar los gritos de odio y luego de placer que hacían eco en la habitación, por lo que no sabía exactamente lo que estaba pasando. Sin embargo, no era tan ingenuo como sus padres pensaban y sabía que algo extraño había ocurrido en su ausencia. Paulina y José María acordaron que no le dirían nada a Bruno hasta que la misma Paulina pudiera aceptar la decisión de José María.

"¿Aló?" dijo Paulina, respondiendo su celular. Estaba tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera se fijó en quién la llamaba.

"Paulina, soy yo," José María respondió con toda la calma del mundo. Paulina cerró sus ojos. Por supuesto que era él. "¿Te parece si hoy nos reunimos para conversar? No me puedes seguir evadiendo," añadió, acusatoriamente. Paulina dejó escapar una pequeña risa. Algo dentro de su interior comenzaba a encenderse.

"No te estoy evadiendo, José María. Tengo cosas más importantes que hacer que es diferente," Paulina se defendió, enojada. Se levantó del sillón en el cual estaba sentada y comenzó a caminar por la casa. Estaba indignada.

"¿Por qué no respondes mis llamadas o mensajes entonces?" José María le preguntó de nuevo. Paulina lo estaba evadiendo y ambos lo sabían, pero era tan cabezota que lo negaría incluso si estuvieran discutiéndolo cara a cara. Paulina se tocó la frente con la mano.

"No tengo tiempo para estas estupideces. Nos vemos," Paulina dijo cortante y terminó la llamada sin siquiera darle tiempo a José María para responder. Miró el teléfono y lo lanzó al sofá. Estaba furiosa. ¿Cómo se atrevía a insinuar que lo estaba evadiendo? Tenía que hacerse cargo de la florería, de su familia y de su hijo mientras él estaba ausente poniéndose las tetas. Paulina respiró profundamente para calmarse. No eran ni las 12 del día y ya estaba de malhumor.

"¿Mamá?" Bruno dijo, bajando las escaleras casi corriendo. Paulina se dio la vuelta para ver a su niño con cara de no muy buenos amigos. "¿Dónde está mi celular?" le preguntó, ignorando su mala cara. Paulina bufó.

"¿Cuántas veces te he dicho que no corras por las escaleras, Brunito?" Paulina le reprimió, poniéndose las manos en la cadera. Bruno rodó los ojos. "No me hagas ese gesto con los ojos, niño. No estoy de humor para tus chiquilladas," Paulina dijo, seria. Bruno abrió sus ojos en sorpresa. En la mañana se había levantado de buen humor y ahora estaba de malas. ¿Quién la entendía?.

"Ya, perdona. ¿Has visto mi celular?" volvió a insistir el muchacho de once años. Paulina miró el suelo en forma de molestia. Bruno suspiró y comenzó a buscarlo con la mirada. Paulina cogió su celular que seguía en el sillón y se apresuró a tomar su bolso.

Punto y coma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora