Deseo Cuatro

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Desperté con un terrible dolor de espalda, estiré el brazo para tomar una almohada pero algo, o quizás alguien me lo impedía. Abrí los ojos y me encontré con los azules ojos de Maycee observando fijamente los míos. Volteé a todos lado, estábamos acostados en una banca de un pequeño parque ubicado en medio de un monto de casa residenciales. Ella estaba entre mis brazos, vestidos igual que la tarde anterior. Talle mis ojos para desperazarme y me estire un poco, me pare intentando moverla lo mínimo posible

-¿Dónde estamos? -pregunté confundido.

-La casa de mis padres -contestó señalando la casa que se encontraba frente a nosotros, una enorme casa blanca.

-Vamos -dije tomándole la mano pero ella se soltó.

-No puedo, Lucas. Esta prohibido que un ángel se acerque a la que sería su familia, me podrían reconocer -suspiró.

-¿Qué? Pero si nunca te vieron.

-Si, pero ellos lo van a sentir. Es como los bebes, ellos no reconocen a nadie cuando son pequeños, entonces ¿cómo reconocen a sus padres? Lo sienten, es un don que Dios te otorga cuando naces.

-Bien.

Toqué la gran puerta de madera y unos segundos más tarde me abrió una señora, más bien una muchacha, no tendría más del doble de mi edad.

-¿Necesitas algo? -preguntó.

-Disculpe, solo quiero saber ¿cuál es su nombre? -pregunté.

-Eleanor Williams, para lo que gustes.

-Quisiera hablar con usted y su esposo - contesté.

-Mami, quiero mas leche -gritó un niño corriendo a los brazos de la señora.

Abrí la boca, mientras la rabia invadía poco a poco mi cuerpo ¿había abortado a Maycee para luego tener mas hijos? ¡Que clase de persona tan estúpida era esta señora! Me tranquilicé, quizás había sido por otras razones.

-¿Cómo tuvo el valor para hacerlo? - escupí explotando de la rabia mientras ella bajaba al niño ordenandole que fuera a su habitación. Sonreí amargadamente.

-Tranquilizate por favor, ¿de que hablas? -el semblante de la rubia era serio a diferencia de la amable sonrisa que había tenido momentos antes.

-¡Aborto a su hija! ¡ella no se lo merecía! -me imagine a Maycee, pero no como ahora, su pequeño cuerpo, su pequeño cuerpo muerto, de cuando era niña.

-¡No tenia opción! ¡no quería que sea deforme!

-¿De que estas hablando? -le pregunté confundido.

-Mi pequeña Maycee, ella no iba a tener alguna extremidad de su cuerpo. ¡Fui estúpida al tomar ácido fólico! -gritó ella, sus ojos azules idénticos a los de Maycee estaban repletos de lágrimas.

-Que gran excusa -dije secandome las lágrimas que comenzaron a salir de mis ojos.

«Tranquilo, Lucas» Su hermosa voz me hablo en mi mente.

-La mató, por su culpa a sido infeliz -exclame pensando en las veces que me había dicho lo mucho que deseaba ser humana, vivir. Después de dedicarle una mirada de odio, salí furioso de esa casa y me encontré con mi auto enfrente de ahí, supuse que lo trajo Maycee. Subí y arranqué.

-Tranquilo, Lucas -repitió ella observando desde el asiento de co-piloto como la flecha de velocidad subía y subía. La furia me controlaba -. ¡Lucas! -solo alcance a escuchar su grito y vi una cegadora luz frente a mi.








(...)








-¿Hermanito? -la dulce voz de Sophie inundó mis oídos, sentí un beso de ella en mi mejilla y abracé a mi pequeña hermana. Abrí mis ojos pero al instante lo volví a cerrar.

Cuando los volví a abrir me di cuenta que estaba en una camilla de hospital, Maycee estaba en un sillón delante mío, y en otro mueble a la derecha de la camilla Cory, Kat y Cameron dormidos.

Recordé todo lo que había pasado, había chocado por haber pasado un alto, a Maycee no le había pasado nada por obvias razones, y yo seguía vivo. Pero ¿que había sido del conductor del otro auto? Mierda arruine todo por un estúpido ataque de furia.

-Chocaste, Lucas -murmuró Maycee, acercándose a mi-. Era una familia.

Esto no estaba bien.

-Sobrevivió el hijo, un niño pequeño -término con los ojos llorosos.

La historia se repetía, no lo iba a permitir. No iba a permitir que otro niño sufriera lo mismo que yo estaba sufriendo por mi culpa.

- No..

Maycee se acercó a mi y me abrazo, Sophie corrió a sentarse donde segundos antes Maycee había estado. Y yo le correspondi al abrazo.

-¿Por qué querías ver a mi familia? - preguntó al separarse.



-Quería que mi cuarto deseo fuera que regresaras con tu familia, pero antes debía saber que tu mamá no era una asesina o algo así, me di cuenta que si lo es - explique tranquilo, no me iba a provocar un dolor de cabeza por esa señora.

-. Gracias -susurró.

L

a observé, su cabello rubio caía por sus hombros y sus ojos se veía de un celeste hermoso con unas no tan marcadas ojeras debajo.



-¿Te he dicho que eres hermosa? -hablé.

-No -dijo en tono casi audible, con un leve sonrojo en sus mejillas. Viéndose aún más linda.



-Pues lo eres- sonreí.

Mi sonrisa se borro tras ver un niño pequeño corriendo mientras lloraba por la ventana. Suspiré, mis deseos se agotaban.



-Deseo que el niño recupere a su familia -dije-. No quiero que sufra lo mismo que yo, ese es mi cuarto deseo.









«editado»

@-stupidmiss | 2O2O

SIETE DESEOS ━━lucas j. zumann Donde viven las historias. Descúbrelo ahora