La Dulzura En Lo Amargo

Aria: Hoy Será Un Buen Día... O No

Me sorprende lo obstinada que puedo llegar a ser, no sé si es una virtud o no, pero aquí estoy por encima vez en éste mes, en este lugar que ya no puedo apreciar sin notar la falta que le hace su precencia, suspirando con la idea de que llegue y me cargue en sus fuertes brazo y me de uno de esos besos que me vuelven totalmente loca.

Ya ni si quiera se lo que digo..., han pasado 30 días, días en los que no he dejado de venir para verle, días en que me devuelvo a mi casa desilusionada, días en los que me recuerdo por que antes no había querido involucrarme con chicos.

No hay noche en que no sueñe con el, con sus canelas y sus besos, y sus caricias, eh experimentado en este mes sensaciones desconocidas que han llegado a asustarme, Nancy dice que es normal cuando una está enamorada, pero que voy a saber yo de eso, nunca había sentido esto antes, como puedo extrañar tanto a una persona que apenas lo conocí 2 días.

—diooooosss— grito en voz alta— como me pude enamorar del primer hombre que me besó y que además es un desconocido— si, porque es lo que Zyan es, no se nada de él más que las que me contó mi madre, y no son precisamente de él, sino más bien de su familia.

No puedo evitar preocuparme, cuando nos despedimos la lluvia no hizo más que incrementar, y prefiero pensar en que no me quiere que pensar que pudo pasarle algo, no soy tan egoísta como para pensar solo en mi.

Quiero llorar, se que si lo veo lo golpeare tan fuerte y luego lo besaré, aunque podría besarlo y luego golpearlo, no sé, ya perdí el hilo de mis pensamientos, es obvio que yo no soy más que una niña para el, es obvio que me besó por lastima, el es un hombre que seguro se siente atraído por mujeres de su edad, no por niñas puritanas como yo.

Como pude pensar que podría atraer a semejante hombre, yo una niña que ni siquiera ah empezado la universidad, como pude pensar que podría gustarle a alguien como el, un hombre hecho y derecho, solo a mi se me ocurre ilusionarme, enamorarme.

Me paro de mi lugar, resignada, lugar que ya perdió su brillo sin su precencia, camino por el sendero que conozco a la perfección, salto la baya y sigo mi camino hacia mi casa.

Vienen a mi memoria los recuerdos de esos últimos momentos juntos, de esas últimas palabras que me dijo, esas malditas últimas palabras, y el sermón de mi madre, y las lágrimas que vinieron después, como es que puede hacerme experimentar el cielo para después decirme que no lo merezco y dejarme condenada en el purgatorio, porque si me lo preguntan así es cómo me siento.

Llego a mi casa sin darme cuenta y una Yulia enojada me recibe—normal—dice la de los cachitos, paso de ella y me cierro en mi cuarto, en casa solo estamos nosotras y supongo que Dino está con mi madre, hoy es día libre y madre aprovecha para llevarlo al parque, solíamos ir todos pero Yulia está en exámenes y yo no tengo cabeza más que para pensar en mi verdugo.

Hace una semana que me llegó la carta de aceptación de la universidad estatal, no quise ir muy lejos de mi familia, es una universidad pequeña pero es reconocida en todo el país así que con eso me basta, además de que es donde Nana estudia y por ese simple hecho es perfecta para mi, Nancy había dejado su carrera de psicología industrial temporalmente, para tomarse un año sabático y decidió retomarla conmigo para que no me sintiera sola, según ella yo la necesito, al parecer en la universidad hay monstruos que me pueden comer si me ven indefensa— esas fueron sus palabras textualmente.

La estadía en el trabajo ha sido tan monótona y superficial que una noche al momento de sacar las cuentas me salió un error, cabe destacar que nunca me había pasado y el señor Juan se quedó tan sorprendido que pensó que estaba enferma y me dijo que al siguiente día me lo tomara libre, lo que obviamente no acepté, necesito tener mi mente ocupada, ese pequeño incidente fue la excusa que Nana utilizo durante una semana para molestarme, cosa que le agradezco en el alma.