Aria: Perder Para Encontrar - 2

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Doy un respingo y grito asustada al escuchar esa voz, me giro y me tenso, no se que mas hacer.

—Yo... Yo... Disculpa, es que...estaba buscando.. Se me quedó..—creo que mejor me callo, mi madre me matará.

Delante de mis ojos está probablemente el hombre más hermoso que he visto en mi vida, es alto, muy alto, castaño y fornido, seguro que lleva dieta y hace ejercicio, está enfundado en un traje azul royal a la medida, se ve que cuesta más de lo que mi madre y yo podemos ganar en seis meses, tiene unas hermosas facciones y unos canela pasión demasiado intensos, — canela pasión!! de verdad acabo de decir eso, la verdad es que casi me pierdo en ellos.

—Tampoco les enseñan ha hablar— dice en tono burlón al verme tartamuda— lo que sí les enseñan es a como comerse a una persona con los ojos —no puedo evitar sonrojarme aunque no creo que se note, mi piel no es tan clara y gracias a Dios por eso—me dirás o no lo que haces aquí.

Salgo de mi trance y me armo de valor para responder—Yo... Yo estaba buscado un cojincito que se me quedó ayer aquí.

—Entonces no niegas Invadir mi propiedad..., —no digo nada, pero es que podría yo decir, es verdad —bueno tendré que llamar a la policía— pongo los ojos como platos y mi corazón amenaza con salir de mi pecho.

—No!! por favor tengo familia, yo tengo hermanos, no volverá a pasar se lo juro— escucho como suelta una carcajada cargada de diversión, y no puedo evitar enojarme, me está viendo la cara el muy idiota.

—Si hubieras visto tu cara —dice aun riéndose, aunque yo no le veo la gracia— solo te faltó arrodillarte a mis pies pidiendo perdón—vuelve a reír y yo le suelto una bofetada que le cruza la cara.

—Quien rayos es usted para burlarse de mi de esa manera— su expresión cambia automáticamente y yo siento miedo, ahora parece mas alto y fornido que hace unos minutos y sus ojos canelas pasión se tornan tan intensos que parecen negros.

La idea de salir corriendo pasa por mi mente una y otra vez, pero y Poop aún no lo encuentro, va acercándose a mi con su mirada aún fija a la mía y yo me dispongo a correr.

Corro pero no por mucho, siento sus brazos rodearme y levantarme del piso como si fuera una pluma, soy delgada pero no creo que sea peso pluma, al parecer para el si, siento mi espalda chocar levemente contra un árbol y me di por muerta.

—Diosito cuida de mi madre y mi familia— digo en voz alta en forma de plegaria y mi próximamente asesino me aprisiona más si es que eso se puede, al ver que me muevo un poco en un intento de juntar las manos.

—No sólo invades mi propiedad, también me golpeas sin yo dar señales de ataque— estamos demasiado cerca, no puedo evitar sentir su aliento a mentas, mi piel se eriza y siento una sensación extraña en mi garganta, su voz ahora es más profunda y ruda, suena muy molesto, aunque sus ojos se suavizaron un poco —no volverás a responder igual que antes enana.

Ahh!! No, eso sí que no, me cabreo, no se meterá con mi estatura.

—Yo no soy Enana!!! —digo casi gritando, escucho una carcajada y de repente caigo de nalgas al pie del árbol—¡¡AUCH!!— el muy idiota me soltó de repente y no me dio tiempo a estabilizarme, estoy llena de fango.

Me pongo de pie intentando limpiar mi pobre pantalón y con el mi dignidad, mientras el troglodita sigue riéndose de algo que para nada es gracioso.

—Cuidado si te meas idiota—digo sin pensar y veo que eso solo aumenta su risa, no voy a lidiar más con el y me dispongo a seguir mi camino a casa, me doy la vuelta para irme y su voz me detiene.

—¡Espera!— no puedo evitar mirarlo mal—quita esa cara no puedes negar que fue gracioso— dice y yo vuelvo a girar para irme— aún no te vayas!—dijiste que estabas buscando algo no?

La Dulzura En Lo AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora