Zyan: Andas En Mi Cabeza

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No sé en qué diablos estaba pensando, pero es obvio que no estaba en mis cabales, no pude soportarlo, nadie había sido capaz de calmarme como ella lo hizo, en segundos ya estába respirando con normalidad, su mirada su tacto, sus palabra, como diablos pudo calmar mis demonios tan rápido.

Me sentí descubierto, demasiado vulnerable para mi gusto y frente a una extraña!!, justo cuando la lluvia sacaba sus garras para llevarme a ese lugar donde solo puedo encogerme y Llorrar llegó ella con su luz y con solo tocarme se disipó todo lo que se estaba formando en mi mente.

No pude, simplemente no pude quedarme más, si me quedaba no sabia lo que pasaría, era escapar lo más rápido posible o quedarme y entregarle mi vida para estar en calma.

No sé que me hizo esa cría, sus besos no salen de mi mente, ese arrebato que me dejó perplejo no sale de mis pensamientos, su sabor no sale de mis labios, su tacto inexperto no sale de mi cuerpo y quema, quema como la mierda cada vez que lo recuerdo, no quiero sentir eso, la última vez que sentí algo parecido me hicieron pedazos y no pienso permitir eso otra vez.

Se quedó toda la noche dando vueltas en mi cabeza, sus labios hinchados por mis besos, su rubor y su mirada espectante hacia mi, no podía con esa sensación, es como si me hubiera embrujado, no hago más que pensar en ella cada maldito día a cada maldita hora.

Tocan la puerta de la oficina y veo a Marta entrar —Señor afuera está esperando el Sr. Fajardo, le dije que usted no está disponible pero insiste e insiste y me pareció que llamar a seguridad era muy extremo—Marta está visiblemente nerviosa y yo no puedo evitar bufar, este hombre está buscando lo que no se le perdió.

—Dile que pase Marta, y que nunca te parezca extremo llamar a seguridad si alguien se pone muy insoportable, lo haces y luego me lo dejas a mi— Marta asiente y sale de la oficina para darle paso a Fajardo.

—Se.. Se.. Señor necesito que me escuche—la escoria tartamudea nervioso, aún no ha empezado bien y ya me puso de un humor de perros- yo... yo necesito otra oportunidad señor, no se volverá a repetir un error— no puedo tolerarlo más, lo fulmino con la mirada y la cara del hombre frente a mi pierde todo su color, sabe de lo que soy capaz, se que asusto a la gente y no lo pienso dos veces para hacer uso de eso.

—Te haré una pregunta Fajardo, ¿tu sabias que en esta firma no toleramos los errores, verdad?

—Si señor per...

—¿También estás perfectamente consciente de que este no es el primero que cometes? — lo interrumpo y vuelvo a preguntar, veo como sus ojos se abren como si quisieran salirse de sus cuencas, está asustado y tiene motivos para estarlo— que..., ¿pensabas que no lo sabía? , ¿pensabas que podías eliminar evidencias y no me daría cuenta?, ¿a caso me ves la cara de idiota?— mi sangre bulle y no sé en qué momento me pare de mi escritorio y mucho menos se en que momento llegué frente a Fajardo y lo tomé del saco Prada¹ falcificado, se que estoy descargando mi frustración en quien no debo, pero la escoria pensó que me podía ver la cara de idiota y salirse con la suya, y eso no lo permitiré— en lugar de venir aquí y hacerle un escándalo a mi secretaria deberías estar lamiendo mis zapatos para que no te demande o le de pruebas a la policía de lo que hiciste, mejor agradeceme que solo te despedí por respeto a la memoria de tu padre, solo por eso, no por ti, así que lo que harás ahora es salir de aquí y no aparecer nunca más por que la próxima vez que te vea me importará una mierda el legado de tu padre.

Suelto a Fajardo de imprevisto y veo como cae al suelo, no me mira y más le vale, se levanta tembloroso y sale de mi oficina como alma que lleva el diablo, mi sangre no deja de bullir estoy molesto, estoy más que furioso, necesito soltar toda esta furia en algo, necesito olvidar la cara de una bruja que sabe derretir barreras, un nombre llega a mi mente, Melania, si ella, ella me sacará a esa cría de la cabeza y del cuerpo.

La Dulzura En Lo AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora