❣️Elixir❣️

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La tercer princesa de Liones, Elizabeth, caminaba por las calles del reino; iba sola, ya que no quería que nadie supiera a donde se dirigía.

Llegó a su destino, le quedaba de paso antes de ir al Boar Hat; tocó la puerta y escuchó un "pase", al entrar se encontró a la maga más poderosa de toda Brittania.

- Señorita Merlín... -Saludó con algo de pena.

- Princesa -La maga colocó un líquido rojo en un pequeño frasco- Justo acabo de terminar lo que me pediste.

- De verdad se lo agradezco -Elizabeth tomó el frasco que le ofreció Merlín.

- ¿Estás muy segura de usarlo? -La peli-plateada asintió- Bien, pero debes saber que no puedes arrepentirte.

- ¿Por qué?

- Hice justo lo que me pediste, el resultado fue un afrodisíaco muy poderoso; si lo tomas sus efectos no se irán hasta que tengas sexo.

-... -La princesa miraba el frasco.

-Ya sea vaginal, oral o anal, cualquiera sirve; si te arrepientes y decides masturbarte, el efecto no se irá, al contrario, va a aumentar. Así que ten cuidado con el elixir.

- E-Entiendo...

- Suerte con el capitán.

- G-gracias -La princesa salió de ahí con un fuerte sonrojo.

Llevaba ya un tiempo pensando en que quería llegar a algo más con Meliodas, pero simplemente no se atrevía, por lo que decidió pedirle a Merlín que le creará un afrodisíaco, una sustancia tan poderosa que fuera capaz de hacerla llegar a su meta.

- Señor Meliodas, ya vine -Dijo en cuanto entró a la taberna.

Estaba vacío, a excepción de que ahí estaban todos los demás pecados, Elaine Hawk y Oslo.

- Hola Elizabeth, llegaste temprano -Dijo Meliodas mientras le tocaba los senos.

- ¡Capitán! ¡No sea pervertido! -Le regañaron los pecados.

- Elizabeth, consuelame -El rubio puso su rostro debajo de la falda de Elizabeth.

- Ya ya -Lo consoló y luego lo hizo separarse- Iré a cambiarme.

Salió de ahí para ir a la habitación de Meliodas y cambiarse a su uniforme.

Dejó su ropa acomodada en la cama, entre sus prendas estaba el frasco con el líquido rojo. Volvió ya con su uniforme, encontrándose ahí a los demás, ahora ya también estaba Merlín quien también traía puesto el uniforme de la taberna.

- Que raro, ¿Por qué decidiste ayudarnos, Merlín? -Le preguntó Diane mientras se acomodaba el uniforme.

- Hoy no tengo nada interesante que hacer.

King, Ban y Escanor miraban embobados a las chicas, aunque dos de ellas enseñaban más con los atuendos que usaban normalmente, ese uniforme traía algo que los enloquecía, se limitaron a ver, al contrario de su capitán que comenzó a tocar a Elizabeth.

- ¡S-Señor Meliodas!

- Sólo confirmo que el uniforme esté bien.

- ¡Quítate pervertido! -Hawk hizo que Meliodas se quitara.

Sólo atendieron a unos cuantos clientes por la mañana, después la taberna quedó totalmente vacía.

- ¿Por qué casi no hay personas? -Se preguntó a si mismo Meliodas- Y hoy que si tenía a las cuatro chicas...

- ¿Será porque hoy es el festival? -Dijo Merlín algo obvia.

- Ah cierto... Bueno, tienen el día libre todos.

- ¡Sí! -Diane se levantó de su asiento pero su estómago rugió un poco- Creo que antes debería comer un poco...

- Oye, Ban; ¿Puedes cocinar algo?

- Estoy en eso, Capitán. Aunque me faltan unas cosas.

- Pues vamos por ellas -Los demás decidieron acompañar a Ban, para dar un pequeño paseo por el reino.

Todos se habían ido a excepción de Hawk y Oslo. El sabueso negro empezó a recorrer toda la taberna, cuando un dulce aroma llamó su atención, se acercó al cuarto de Meliodas, husmeó entre la ropa de Elizabeth y sacó el frasco.

- ¿Qué haces, Oslo? -Hawk lo miró.

De un momento a otro Oslo hechó a correr y Hawk lo siguió; llegaron a la cocina, Hawk se abalanzó sobre Oslo haciéndolo caer, y con él, cayó el frasco que terminó abriéndose dejando salir el elixir cerca de la comida.

Ambos se miraron y salieron corriendo en dirección al reino, esperando que nadie notara lo que habían hecho.

❣️❣️❣️❣️❣️

Luego de poco más de una hora los pecados volvieron a la taberna, Ban comenzó a cocinar con unas cosas que ya tenían y otras que faltaban. Mientras él hacía esto, los demás conversaban.

- ¿Dónde están Hawk y Oslo? -Preguntó Diane mientras comía unos dulces que había conseguido en el festival.

- Seguro salieron a jugar -Le respondió King sin tomar mucha importancia a la ausencia de los otros dos.

Luego de unos minutos la comida estuvo lista y comenzaron a comer.

- Esto está delicioso, señor Ban -Dijo la princesa.

- Como siempre -Meliodas le dio un bocado a su comida.

- ¿Qué sería de nosotros sin la comida de Ban? -Dijo Diane dramatizando un poco.

- Yo podría cocinar -Dijo Meliodas con una sonrisa.

- ...

- ¿Qué?

- Nada, Capitán -los demás siguieron en lo suyo.

- Elizabeth, ellos son malos conmigo... Consuelame -Ahora puso su rostro en los pechos de la chica y ella le acarició su cabellera rubia.

Pasaron un rato más conversando, contándole a Elizabeth y a Elaine una de sus muchas misiones hace 10 años. Hasta que la princesa comenzó a sentirse un poco mal.

- ¿Estás bien Elizabeth?

- S-sí... Sólo me duele un poco la cabeza.

- Ya veo -El rubio la cargó con cuidado- Será mejor que descanses un poco.

Dicho esto se la llevó a su habitación, los pecados continuaron charlando cuando todos comenzaron a sentirse un poco extraños.

- Seguro fue mucho dulce -Dijo Diane- Yo igual iré a descansar.

- Te acompaño -King no se explicaban porque tan de repente su temperatura se elevó un poco.

Elaine le pidió a Ban que la llevará a su habitación, mientras que Gowther se fue a la suya, dejando en la parte de abajo de la taberna solos a Merlín y Escanor.


Elixir -  Nanatsu No TaizaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora