Introducción.

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Los días de lluvia me hacen sentir menos débil. Miro por la ventana empañada y pienso "si un cielo con esa inmensidad a veces llora, yo también", y creo, que el solo hecho de pensar que tengo permitido llorar, me quita las ganas de hacerlo.
No niego que en ocasiones yo también me largo a llover, porque todo lo que sube tiene que bajar, y demasiado calor en la cabeza hace mal.
O eso dicen.
Pero dicen tanto.
La cuestión es que las personas somos parte del mundo, de la naturaleza; y funcionamos como tal.
Somos árboles que pasan por cada estación, creyendo en cada verano que ya somos lo suficientemente maduros, pero sintiendo morirnos en cada invierno.
Somos semillas, que vuelan por todos lados, hasta encontrar en qué tierra echar raíces.
Somos olas, viento, soles y lunas.
Somos las estrellas, los planetas y algún que otro cometa.
Somos montañas, fuego y flores.
Estrellas fugaces, nubes, nieve.
El cielo y la tierra.
Somos seres pidiendo un manual de instrucciones para vivir, cuando la naturaleza nos tira todos los trucos.

Secretos de la tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora