Hakuna matata

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Por fin habíamos salido y recién íbamos para afuera.

- Fue estúpido de tu parte no haberte quedado. - Evie.

- No me dijo nada. Sólo me vio con indiferencia.

- La primera vez que te castigan y literalmente es como si nunca hubiera pasado.

- ¿Suerte, quizá?

- No abuses de ese poder princeso.

- Mátame el sueño. Gracias. - La miré. Ella sonreía de una forma rara, pero era empalagosa.

- ¿¡Sabes!? - Ella dio una vuelta danzante frente a mí y se apoyó en mi hombros. Estaba frente a mí, algo inclinada. - La última vez que vimos a Shirlane dijo que tú cabello era lindo.

- ¿Y eso qué?

- Nada. Sólo me acordé.

Se seguía viendo rara.

Entonces llegó Clara, por detrás.

- ¿Se están besando sin mí?

Evie me soltó al instante. De repente nos hicimos polos iguales.

- ¿¡Qué te pasa!? - Reclamó Evie con su tono de niña.

- Nada, sólo describo lo que veo - Clara.

Ellas comenzaron a "discutir". Siempre hacían eso. Siempre imaginaba un satírico universo donde ellas eran novias. ¿Por qué? No lo sé. Sería muy interesante, sólo en el aspecto de que alguien tan dominante como Clara con alguien tan... ¿"dominable"? cómo Evie... sería una reacción muy interesante.

- ¿Saito? - Clara e Evie me veían fijamente.

- ¿Qué?

- Sobre ayer: no quería ir con Carl y ahora quiere matarte.

- ¿De casualidad también me gané una figura de una mona china encuerada?

- Esto es enserio (por desgracia). Le dije que estuve contigo y piensa que cogimos. No soporta la idea de que existen más hombres además de él. Y lo dejé por eso. Ahora él cree que tú eres el cuerno.

- Sonó bien pendejo. Dilo de nuevo. - Evie me veía como con el dedo en la tecla "F".

- No voy a decirlo de nuevo. Bueno, nomás quería que supieras que si llega una camioneta negra o blanca y te disparan desde la ventana: fue mi culpa.

- Perfecto.

- No los interrumpo más, "Saivie" - Clara nos abrazó a ambos. No sé sí del lado de Evie se estaba ahogando con su pechonalidad, pero yo sí. - Adióóós. - Ella se iba lentamente mientras noté sus zapatos que antes eran blancos con gatitos pintados en ellos. Sentí envidia.

- ¿"Savie"? - Preguntó confusa Evie.

- No sé leer.

Después de varias camionetas blancas llegamos a la casa de Evie, claro que estaba paranoico con eso de no recordaba si Zack tenía sus llaves o no. Entonces decidí culpar al grafeno para cualquier problema que tuviera. Mismo que usaría para solucionar éstos.

Entramos, saludé a la mamá de Evie. Su papá no solía estar hasta casi en la noche. Entonces subimos hacia su habitación. Siempre estaba ordenada, no tanto porque ella fuera así de ordenada, era más bien porque era el requisito para vivir en su casa. O eso siempre ha dicho.

Entonces ella buscó en un cajón sus películas. Yo estaba sentado en la cama mientras veía como ella buscaba y se le salían los zapatos, sus cintas estaban sueltas. Creo que las soltó y no me di cuenta.

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