Playa Uva - (One Direction)

Harry

Harry

El corazón se me va a salir por la boca, Liam me pasa una mano por la espalda intentando relajarme. No puedo dejar de pensar en Catherine. Se la llevaron y no pude hacer nada para impedirlo, me siento frustado.

Me alejo del grupo y me dirijo a una zona de la isla en donde suelo ir a despejarme un poco de la cruda realidad que vivimos día a día en esta isla.

Es inevitable una vez que estoy bajo la sombra de la palmera no cerrar los ojos y acordarme de mi familia, de mi madre, de mi padre, y sobretodo de mi hermana Gema. Nosotros somos unos hermanos muy unidos, nunca nos hemos separado. De hecho creo que el tiempo que llevo en esta isla es el máximo de días que llevo separado de ella.

Los recuerdos siguen llegando a mi mente sin ningún control y recuerdo un día caluroso de verano en el que fuimos a la playa con mis padres. Yo tenía 8 años y mi hermana tenía 12 años. Estábamos los dos jugando en la orilla, ella era muy protectora conmigo siempre estaba cuidándome y enseñándome cosas. Ese día me quería enseñar a meterme por debajo de las olas ya que a mí me daba un poco de miedo el agua, sobretodo las olas ya que me daba pavor que una ola viniera y me revolcara.

Como confiaba en ella completamente, la seguí hasta que el agua me llegaba a la cadera, ella estaba al lado mío dándome la mano. En un momento dado cuando venía una ola hacia nosotros, mi hermana me soltó la mano y me alentó para que nadara hacia la orilla, yo hice caso a mi hermana y al hacerlo la ola rompió justo en mis piernas causando que me revolcara hasta terminar en la orilla.

Años más tarde cuando Gema se sacó el carnet de conducir, nos fuimos los dos a una pequeña cala en la que no había nadie ya que era poco conocida. Una vez allí, nos metimos en el mar y como si fuéramos niños otra vez estuvimos por largo rato dentro del agua.

Mi hermana solía retarme según ella para que me fuera superando cada vez más, y esa vez no fue menos, me retó a una carrera nadando hasta unas rocas que sobresalían y volver a la orilla. A pesar de que mi hermana era cuatro años mayor que yo, a mis 14 años era lo bastante fuerte y alto para nadar a gran velocidad.

Llegué a las rocas en primer lugar y cuando iba de vuelta me di cuenta de que Gema no estaba detrás mía, cuando miré la vi intentando salir de una corriente fuerte que estaba justo donde ella estaba pasando. No me lo pensé dos veces y volví a ayudarla, pero no sé qué fue lo que pasó porque de un momento a otro mi hermana desapareció.

Me volví loco, grité su nombre un montón de veces y nadé y buceé pero no la encontré. Salí del mar y me dirigí a la arena, llamé a emergencias y puedo jurar que casi muero hasta que llegaron los servicios de emergencias y empezaron a buscar a mi hermana. Finalmente, tras largos minutos la encontraron inconsciente flotando unos cuantos metros por detrás de las rocas.

Después de eso estuvo dos semanas ingresada en el hospital recuperándose, y yo no me despegué ni un instante de ella.

La sensación que tuve ese día con Gema es la misma que sentí antes cuando se llevaron a Catherine. La impotencia de ver que algo grave está sucediendo y que no puedo hacer nada por evitarlo.