capitulo 4

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La noche comenzaba a acechar-Otro día, otra hermosa pelea-dijo Vegeta para si mismo, mientras se preparaba para salir, le gustaba lo que hacia, no solo por el hecho de cumplir su plan, sino que también, disfrutaba el lastimar a aquellos que se creían mas fuertes que él

Hace ya dos semanas que peleaba. Nadie podía ganarle, y sin darse cuenta, se convirtió en el nuevo juguete de Turles.

El dinero cada vez era más, era lo único que importaba, y aunque más de una vez lo golpearon, jamás lo tiraron al suelo, su amor por la pelea era muy grande, y su voluntad inquebrantable. Todos conocían a Vegeta, pero aún, no llegaba donde quería, al jefe, pero esto no lo desesperaba, tiempo era lo que tenía de sobra, ya no le quedaba nada en la vida para perder, su meta era solo una.

Llegó a uno de los galpones, donde se organizaban las luchas clandestinas.

-Era hora de que llegaras-Dijo Turles.

-No molestes-contesto Vegeta, mirándolo con desprecio.

Turles sonrío-Ésta, es tu gran pelea. Así que, ya sabes que hacer. Gana-

-Va. Otro insecto insignificante.-Dijo mientras se dirigía al improvisado ring.

Un joven solo se paro frente a Vegeta. No parecía mas grande que el, en edad, su cuerpo estaba bien formado, a causa del obvio entrenamiento. Su pelo era corto, y dos cicatrices adornaban su cara.

Miro a Vegeta de arriba hacia abajo-¿A si que, tu eres el chico, con el tatuaje en la nuca? ¿Como era tu nombre?, ah, si Vegeta.

Vegeta se dio cuenta de las intenciones de su contrincante-¿Y tu eres...?ah claro, el don nadie, que no conozco.-Sonrío con malicia-Al menos has oído de mi, pero tu, solo eres basura-

-¡Maldito fanfarrón! ¡Yo soy el gran Yamsha!-Gritó el joven de la cicatriz, arrojando un puñetazo que dió en el rostro de Vegeta.

El golpe lo tomó desprevenido, pero no le hizo mucho, solo un pequeño hilo de sangre salió se su labio, el cual seco con su mano derecha.

Vegeta se eufórico al sentir su propia sangre aunque sea solo un poco, se acercó rápidamente a su atacante, tirando un golpe con su puño, a sus costillas, pero fue detenido por la pierna Yamsha. -No puede ser- dijo Vegeta, a la vez que recibía otro golpe en el rostro que lo hizo retroceder. Estaba realmente sorprendido, nadie jamás fue un buen contrincante para él, y este maldito no se daría el lujo de serlo, así que sonrió lleno de orgullo, decidido a dejar de jugar, como un gato con su comida y pelear un poco mas en serio.

Se incorporo rápidamente, solo para sentir la rodilla del otro joven, clavándose fuertemente en su estómago, seguido de un codazo en su nuca.

El suelo, comenzó a llenarse con la sangre que escupía, estaba de rodillas, pero una patada directo a su cabeza lo hizo reaccionar, logro atajarla con ambas manos, alejando de un empujón a su atacante. Se paro con firmeza, lento sus ojos dejando ver aquellos negros abismos profundos que llenaban su vacía mirada y sonrío, sus labios reflejaban maldad pura, tanto odio reflejado en tan pocas y simples expresiones. Yamsha pudo sentir como un escalofrío recorría su espina de punta a punta.

Comenzó a caminar lentamente-Es mi turno-dijo casi en un susurro. Rápidamente, estaba lo suficientemente cerca del joven que lo golpeó, y sin borrar aquella expresión de placer en su rostro, lo arrojó al suelo, con un fuerte gancho en su mandíbula. El golpe fue tan inesperado, que Yamsha apenas si pudo reaccionar. Pero Vegeta no estaba satisfecho, y se lanzo a él, clavándole el codo en la espina.

Estaba completamente ciego, Yamsha apenas si se movía, pero esto no evitó que Vegeta lo tomara de la ropa, para ponerlo de rodillas, tomo su cabeza, con ambas manos, y busco los ojos en el rostro ensangrentado del asustado joven, que comenzó a derramar lágrimas en silencio-Es hora de que sea tu sangre, la que manche el suelo-no sintió, ni la mas mínima lástima. Comenzó a golpear con la rodilla una y otra vez el rostro del ya inconsciente hombre sin soltar su cabeza, para el golpe fuera más fuerte y doloroso.

Su pantalón estaba rojo, pero no podía detenerse, lo estaba disfrutando, lo estaba matando. Lo arrojo al suelo, necesitaba calmas su ira, y con una patada, como quien patea una pelota, directo a la cabeza, acabo con la luz, en la vida de Yamsha.

El cuerpo de Vegeta templaba por la adrenalina, sabia que lo había matado y n le importaba, se sentía tan bien, vio al joven tirado frente a él, sobre un charco de sangre, con su rostro totalmente irreconocible por los golpe. La imagen, del día de la muerte de sus padres, apareció frente a él. No sabia que hacer, no podía permitir que el pasado lo inquietara, no podía ser débil, su rostro se reflejaba algo completamente diferente lo que era hace unos segundos atrás, pero una mano en su hombro, lo volvió a la realidad.

-No te preocupes. Lo hiciste bien muchacho-Le dijo Turles. Estaba complacido de la repugnante escena, era justamente lo que quería. Un despiadado asesino. -Estas listo, para pelear para el jefe-

Turles llevó a Vegeta, en un auto negro a un gran club nocturno.

-¿A que me has traído aquí?-Pregunto Vegeta, muy malhumorado.-No juegues conmigo- No tenía intereses tan insignificantes, como los placeres carnales, en su mente solo había una sola cosa que priorizaba su día a día, venganza.

-Descuida chico, nosotros entramos por la parte de atrás-Le contestó Turles, guiándolo a una puerta en un callejón, detrás del club.

Era hora, cada vez estaba más cerca, pronto vería la cara de la persona que acabo con toda su vida. Pronto estaría frente a frente con el jefe, aquel ser que por unas simples monedas destrozó todo lo que importaba para él. Se sentía nervioso, pero trató de no mostrarlo, quería correr hacia él y cortar su garganta con sus propias manos, dejando caer lentamente su sangre y hacerle pagar por quitarle lo poco que tenía en su vida.

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