El sol se colaba por la ventana despertándome. Me giré fruciendo el ceño y vi a Luis dormido.Sonreí mirándole. Acaricie su mejilla y besé sus labios con lentitud. La noche de ayer fue genial sin duda, mejor que el sexo. Estuvimos desnudos besándonos y hablando.
Poco a poco él fue respondiendo a mi beso y acariciando mi espalda desnuda.
-Buenos días. -Murmuró con una voz ronca.
-Hola... - Murmuré también.
Él me estrechó entre sus brazos volviendo a besarme con ganas. Yo se lo seguí. Noté como volvía a empalmarse. Empecé a reírme.
-¿Qué clase de brujería es esta? Me besas y se levanta – Bromeó entre risas.
-Hice el primer año de carrera de magia. – Bromee.
-Ahora haz que baje, ¿no, Señora Maga?
-¿De verdad quieres que haga eso? – murmuré poniéndome sobre él a horcajadas. Acarició mis caderas observando mi cuerpo desnudo sobre él.
-Me conformo viéndote así. – Susurró.
Él sabía que yo prefería ir poco a poco, seguía con la cabezonería de que yo no era fácil. Y aquí estaba: frente a un hombre que se puede comparar con un Adonis y aguantando las ganas de tener sexo con él.
Pero mi orgullo me impedía entregarme a él. Y el que no hubiera condones en la casa, también.
-Estás preciosa. – Murmuró Luis acariciando con suavidad mi vientre.
Abrí mis ojos y le miré. Su bonita sonrisa estaba ahí presente.
-No creo que sea el mejor ángulo para mirarme. – Susurré
-Sin duda es genial. – Dijo besando mi canalillo.
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Salí a comprar comida ya que solo tenía la comida justa para una persona en una semana. Ahora éramos dos y ya estaba el armario de la cocina vacío.
Compré lo necesario y lo que Luis me pidió. Aproveché y compré varias botellas de alcohol también. Fui a pagar y miré al joven. Me lanzó una tímida sonrisa.
Él me ayudó a meter las cosas en las bolsas de la compra.
-Menuda fiesta, ¿no? -Preguntó el cajero.
-¿Es por el alcohol? – Pregunté riendo. Él asintió.
-Es demasiado para una sola persona, incluso para dos.
-Me gusta tener provisiones. – Respondí.
-¿Y qué será? ¿una fiesta de disfraces? – Sonrió el joven.
Me dio una idea buenísima con eso.
-No te importa, pero gracias. – dije pagando y poniendo las bolsas en el carrito y fui hacia mi coche, que estaba en el aparcamiento. Guardé todas las bolsas en el coche y conduje a un lugar de disfraces profesionales donde trabajaba una antigua compañera de instituto.
Al verme ella sonrió ampliamente y me abrazó.
-Ágata, ¿Cómo estás?
-Pues la verdad es que bastante bien. – sonreí de lado. – De hecho voy a una fiestas de disfraces en algunos días.
Ella asintió y sonrió. Me llevó a los sitios donde estaban todas las pelucas, lentillas y ropa.
-Voy a disfrazarme de hombre. -Le comenté, mintiendo. – Mi amigo se va a disfrazar de mujer.
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Cuando el sol caiga
Teen FictionLa vida de Ágata se ve llena de adrenalina cuando se encuentra obligada a esconder en su casa a uno de los mayores criminales buscados por la Interpol. ❤️Portada hecha por @Alexa_Henao❤️