- Te he dicho el buen culo que te hace estos pantalones- dijo sonriendo mientras ponía un mechón de pelo detrás de mi oreja e ignoraba completamente mis preguntas.
Le lancé una mirada cargada de enfado y pasé de largo mientras le sacaba el dedo del medio, a mis espaldas podía escuchar la estruendosa carcajada que estaba saliendo de su garganta, ahora que lo pienso nunca lo había escuchado reír así.
Me uní al resto de mis compañeros en una carrera en círculos al rededor del gimnasio, odio correr, no tiene sentido hacerlo si no estás huyendo de nadie. Ví a Billy salir del pasillo de los vestuarios con una sonrisa de oreja a oreja, la cual no podía descifrar si era una sonrisa perversa o era una sincera. Aceleré mi paso cuando localicé a Mike no muy lejos de mi, ya que tenía que correr por lo menos lo haría acompañada. Cuando llegué a su lado me miro con el ceño fruncido, pero pronto su expresión lo traicionó y se le escapó la risa, cosa que no entendí en lo absoluto.
- ¿Mike que pasa? ¡Dime que no te ríes por que tengo algo en la cara por favor!- a medida que decía lo último me tocaba la cara de manera apresurada.
- No, no tienes nada. Pero sabes que saliste con cara de querer matar a alguien del vestuario y llegaste con una sonrisa súper tonta en la cara ¿no?- dijo levantando una ceja de forma inquisitiva
- No estaba sonriendo- volví a acelerar mi paso, me vendría bien correr sola.Pasaron los minutos y empezaba a sentir el cansancio apoderándose de mí, busqué con mi mirada a la entrenadora pensando en cuando tocaría el silbato indicando que era hora de parar, pero me crucé con la mirada de Billy y ahora si podía ver una sonrisa claramente perversa mientras se ponía a mi altura.
- ¿Que pasa estás cansada? Si necesitas a alguien con quien ponerte en forma fuera de clase solo tienes que decirlo.
- Ya... gracias pero no gracias- después de decirle eso con una sonrisa sarcástica aceleré el paso hasta que la entrenadora nos mandó parar.
- ¡Chicas volleyball, chicos baloncesto!- gritó la entradora.Odio que nos separen a los chicos y a las chicas, y no es porque todos mis amigos, hasta este año que llegó Max, fueran chicos. Estoy completamente segura que les daría una paliza a los chicos si nos dejaran jugar juntos, y soy demasiado competitiva como para no desear que el día llegue y pueda patearles el culo.
La clase acabó sin más incidentes, a parte de un muy agresivo Billy jugando al baloncesto. Hubo un momento en el que tiró a Mike al suelo en una de sus jugadas sucias y quise pisarle el cuello, con Mike no se mete nadie.
Max había notado que había pasado algo entre Billy y yo pero decidimos hablarlo en otro momento, con más tranquilidad y privacidad. Cuando salimos del vestuario nos encontramos a tres chicas de nuestra clase de gimnasia hablando muy animadamente con Billy que disfrutaba de esa atención. Nuestras miradas se cruzaron y pude ver como su boca se curvó de lado formando una sonrisa perversa, traté de ignorarlo pero la voz de Max llamándolo me sacó de esa tarea.
- Billy hoy va a venir El a comer a casa, nos tienes que llevar a las dos- si mis ojos pudieran salirse de sus cuencas, en el momento en el que oí esas palabras salir de la boca de Max, definitivamente lo habrían hecho.
- Claro, las amigas de mi hermanastra son mis amigas.Bajo la atenta mirada del rubio arrastré a Max por el brazo hacia nuestra siguiente clase.
- ¿Max que ha sido eso?- le pregunté una vez me aseguré de que nadie pudiera oírnos.
- Me habías dicho que Hopper hoy no estaría en casa, supuse que preferirías comer conmigo a hacerlo sola- hizo un puchero gracioso pero no pudo contener su risa- además será divertido, no sé si lo has notado pero Billy ya está loquito por ti, al parecer eres su amiga- añadió entre risas.La hora de salir del instituto llegó, en cuanto salí del recinto vi a Billy fumando junto a su Camaro azul. Max me agarró del brazo y empezó a arrastrarme hacia su dirección, pero antes de llegar en mi campo de visión apareció un ansioso Will.
- Max voy ahora tengo que hablar un momento con Will- mis ojos no se apartaban de la figura de Will, notaba algo realmente extraño en el.
- Vale pero date prisa, Billy odia esperar- bufé cuando escuché eso.Me acerqué apresuradamente a Will, estaba pálido, parecía realmente enfermo.
- ¿Will estás bien?- pregunté preocupada.
- Si solo me siento un poco enfermo- me miró a los ojos- ¿tú no estás enferma?
- No... ¿por qué es un virus?
- Eee... si eso creo... oye tengo que irme ya.
- Cuídate.Me giré y me dirigí hacia el famoso Camaro con mi mente vagando en que podría pasarle a Will, pero salí de mis pensamientos cuando sentí una gran mano tirar de mi brazo.
- Llegas tarde princesa, y me gusta la puntualidad- el susurro de Billy en mi oído me dio escalofríos.
- Podíais haberos ido sin mi- mi giré para mirarlo desafiante- no me habría importado- su agarre en mi brazo se fortaleció pero no llegaba a hacerme demasiado daño.
- Sube- mientras me soltaba y abría la puerta para que entrara, su voz sonó brusca, ronca y con un matiz de enfado. Que fácil es enfadar al hermanastro de mi amiga.Después de llegar a la casa de mis amigos y llamar a la comisaría de modo que Hopper supiera dónde estaba, llegó el momento de comer. Me encontraba sentada al lado de Max, mientras que Billy se encontraba frente a mi, en las cabeceras de la mesa se encontraban la madre de Max y el padre de Billy, este último me daba mala espina, tenía un mal presentimiento sobre el.
La comida se desarrolló entre conversaciones ordenarías entre Max y su madre, conversaciones en las que no participaba a menos que me preguntaran directamente, no podía evitar sentir que algo iba mal y eso me asustaba. Sentía como los ojos de Billy viajaban a mí una y otra vez a lo largo de la comida, y no pude evitar notar como se tensó cuando su padre empezó a hablarme directamente.
- Así que eres la hija del sheriff- no era realmente una pregunta, era como si quisiera demostrar algo con esa afirmación.
- Me adoptó cuando era pequeña así que si es mi figura paterna- esperaba que la conversación muriera ahí, ya que este hombre no me caía bien y tenía otras preocupaciones.
- Se nota que has tenido una educación muy estricta, tendré que preguntarle a tu padre como lo ha hecho porque aún no he conseguido enderezar a mi hijo- lo dijo con una sonrisa malévola hacia su hijo, como si estuviera contando un chiste que solo ellos entendieran.
- Hay una gran diferencia entre ser estricto y ser sobreprotector, Hopper siempre ha sido lo segundo conmigo- a medida que lo dije note como su frente se fruncía, como si no entendiera lo que decía.
- ¿Y cuál es esa diferencia, querida?- no me gusta que me llamen de forma cariñosa, sobre todo las personas que no me agradan.
- Cuando era pequeña pensaba que era estricto porque no entendía todo lo que hacía por mí, pero siempre trató de que lo entendiera. A veces, muchas veces la verdad, se le olvida que yo también sé protegerme- esto lo dije con ojos desafiantes, como si se tratara de sobrevivir- y es en esos momentos en los que solemos discutir, normalmente cuando se nos pasa en el enfado a ambos, lo hablamos tranquilamente y nos entendemos, siempre me ha dejado claro que todo lo que hace es para protegerme de lo malo que hay en el mundo, y siempre me ha dejado ser yo misma, siempre y cuando eso no signifique irme de paseo por algún callejón oscuro en medio de la noche.- cuando acabe de hablar me llené la boca de comida para que no me hiciera más preguntas, y cuando levante la vista vi a un Billy mirando hacia su plato mientras sonreí de lado, se me dibujó una sonrisa a mi también.
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Quiero odiarte (Billy Hargrove x Eleven)
FanfictionBilly acaba de llegar a Hawkins y ya es la comidilla del pueblo. El hace lo que quiere, cuando quiere y con quien quiere. Eleven, después de cerrar el portal el año pasado decide intentar tener una vida normal, esto es difícil cuando llega Billy. T...