Billy acaba de llegar a Hawkins y ya es la comidilla del pueblo. El hace lo que quiere, cuando quiere y con quien quiere.
Eleven, después de cerrar el portal el año pasado decide intentar tener una vida normal, esto es difícil cuando llega Billy.
T...
Me desperté a las 6 de la mañana, aunque podría haber dormido una hora más, la verdad es que nunca he sido una chica a la que le encantase dormir. Salí de la habitación con cuidado de no hacer ruido porque a estas horas Hooper no solía estar despierto, para mi sorpresa lo encontré en la cocina tarareando mientras ponía en la mesa una montaña de waffles.
- ¿Que haces despierta a estas horas El?- me preguntó Hooper, podía notar el tono de nerviosismo en su voz.
- No podía dormir, ¿y tu que haces despierto?, estas raro no me sueles dejar comer tantos waffles, ¿ha pasado algo malo?
- No, no pasa nada malo... la verdad es que te quería decir algo...- notaba en su voz miedo y nerviosismo.
- ¿Qué me querías decir?- ahora tengo mucha curiosidad
- Puede que quiera casarme con Joyce y...- no le deje acabar la frase.
- ¿Al fin le has pedido matrimonio a la madre de Will?, esto es genial, la verdad es que Will y yo sospechábamos que algo pasaba, estabais los dos muy raros
Hooper no sabía qué decir, solo asintió sonriendo, siempre ha sido un poco torpe con las palabras así que decidí que lo mejor que podía hacer era disfrutar del desayuno mientras hablábamos de cosas cotidianas. Me recordó que ayer se había mudado una familia al pueblo y que tenían una hija de mi edad, la verdad es que nunca le ha gustado que todos mis amigos fueran chicos, lo ponía algo nervioso y solo me dejaba quedarme en casa de Will hasta tarde muy de vez en cuando, y todo se lo debía a Joyce, que lo tranquilizaba. Los últimos años había intentado que mi relación con Nancy fuera más estrecha y la verdad es que cada vez nos llevábamos mejor, era la única con la que podía hablar de cosas de chicas, aunque tampoco me dejaba quedarme a dormir en su casa porque era la hermana de Mike.
Entre los dos nos acabamos todos los waffles por lo que era el momento de arreglarme para ir a clase, me pare en el umbral de la puerta, mire a Hooper y le dije:
- Me alegro muchísimo por Joyce y por ti, de verdad- una sonrisa enorme se dibujo en su rostro y yo cerré la puerta, a ninguno de los dos se nos daba bien eso de hablar de nuestros sentimientos y el lo sabía.
Cuando salí de la ducha me dirigí al armario y me decanté por unos vaqueros negros rectos y una camisa blanca con topos negros, me puse un poco de maquillaje, unas zapatillas blancas y estaba lista para empezar el día. Cuando miré la hora me sorprendió ver lo poco que había tardado en arreglarme, normalmente me tomaba mi tiempo, así que decidí ir andando a clase en lugar de en bicicleta como hacíamos mis amigos y yo desde hace años.
Cuando llegué a los primeros a los que me encontré fueron Jonathan y Will, por cómo me miraban supe al instante que ya estaban al tanto de la noticia.
- Tardaron menos de lo que pensaba en decírnoslo- me dijo Will mientras yo seguía acercándome.
- La verdad es que llegué a pensar que nos enteraríamos en la boda- dijo Jonathan totalmente en serio.
Yo me reí pero la verdad es que había pensado lo mismo que él, o que no se casarían nunca por miedo a nuestra reacción. Antes de que pudiera decir nada escuchamos el rugido de un motor que entraba en el parking a demasiada velocidad, del coche salió primero una chica pelirroja, no me sonaba así que deduje que era la chica de la que me había hablado Hooper esta mañana. Después, salió un chico mayor de pelo rubio y ojos azules, se apoyó en el capó de su coche y se encendió un cigarrillo, la verdad es que era atractivo, pero demasiado egocéntrico, se le veía a leguas, aún así vi como un grupo de chicas se lo comían con los ojos descaradamente.
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- ¿Quién es ese?, no lo había visto nunca- dijo Will devolviéndome a la realidad.
- Debe de ser el chico nuevo, Hooper me dijo que ayer se había mudado una familia al pueblo y que tenían dos hijos.
En ese momento vimos a los demás llegar en sus bicicletas y a Nancy bajar del coche de Steve. En el tiempo que tardó la campana en sonar para que entrásemos a nuestras clases nos dio tiempo a darles la noticia de la boda de nuestros padres y Nancy tuvo la gran idea de prepararles una fiesta sorpresa para que supieran que de verdad nos alegrábamos por ellos y que dejasen de preocuparse por nosotros.
Mi primera clase era la de gimnasia, la verdad es que nunca he entendido las clases de gimnasia a primera hora y eso que tenía muy buena forma física ya que desde los 13 años, cuando Hooper me adoptó he hecho deporte, la verdad es que de lo que más le he agradecido nunca a Hooper ha sido que me enseñara a defenderme, gracias a eso he conseguido sentirme más segura en este pueblo, ya no vivo con miedo y todo se lo debía a él.
Entré en el vestuario para cambiarme pero había llegado tarde así que ya estaba vacío, la verdad es que solía llegar tarde a gimnasia a propósito, nunca me he sentido cómoda con los demás chicos y esta clase era la única que no tenía con mis amigos, así que no me hacía especial ilusión.
Mientras me quitaba la camisa para ponerme la camiseta holgada que había traído para esta clase vi como una chica preciosa con una gran melena roja se hacía una coleta.
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- Hola, me llamo El
- Yo soy Max, encantada- se notaba que estaba nerviosa pero estaba intentando parecer indiferente, en ese momento supe que seriamos buenas amigas.
- Has hecho una gran entrada para tu primer día- dije intentando romper el hielo, y de paso llegar un poco más tarde a clase.
- Joder espero que no me haya visto mucha gente con Billy- vio en mis ojos que no sabía de que hablaba- Billy es el chico rubio que conducía, es mi hermano pero no nos llevamos demasiado bien.
En ese momento llamaron a la puerta del vestuario.
- ¡Ya vamos señor Turner!- grité sabiendo que era él porque nadie llama a la puerta de un vestuario.
Después de correr durante 10 minutos y estirar, debido a que seguía habiendo temperaturas muy veraniegas, el señor Turner decidió que lo mejor sería que hoy jugáramos un poco al bádminton así que Max y yo jugamos juntas, o lo intentamos porque las dos éramos muy malas a este juego.
La clase de gimnasia se acabó y en e vestuario decidimos mirar qué clases más teníamos en común, y nos sorprendimos al ver que las dos teníamos clase de tecnología justo después de gimnasia. Cuando llegamos a el aula de tecnología vi a todos mis amigos y les presenté a Max, la verdad es que me hacía ilusión tener una amiga chica, además de Nancy, después de todo Nancy era dos años mayor que yo y me daba vergüenza hablarle de como me sentía respecto a ciertas cosas.
Tal vez Max sea esa amiga a la que le podré contar al fin que no me siento yo misma, que me gustaría hacer locuras ya que siempre me han controlado quiero sentir que tengo el control de mi vida, quien sabe, tal vez Hooper tuviese razón cuando decía que podíamos ser buenas amigas.