~ (y) Algo sobre nosotros

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Algo sobre nosotros

Cuauhtémoc López ha logrado cada una de sus metas políticas. Se mantiene en el embate y sabe que lo seguirá haciendo.

Aristóteles Córcega ha logrado cada una de sus metas como cantautor. El público lo aclama y la prensa lo aprovecha.

Solo les queda un asunto pendiente.


🎶🎵🎶🎵

Soltó los papeles y un largo suspiro. El cerebro pedía una tregua que estaba dispuesto a darle por mucho que le costara hacer pausas.

Aquella predilección por cumplir en exceso con sus obligaciones lo tenía preso en la oficina con asuntos que en realidad no eran tan importantes, ni urgentes ni nada de eso. Podían esperar, era él el que no soportaba tener algo pendiente.

Sin embargo, ya no aguantaba más. Guardó todos los folios y cerró los documentos en su laptop. Los estatutos de las visas estaban en orden, los acuerdos bilaterales con Venezuela gozaban de aprobación, y la presentación oficial de la versión de El principito en náhuatl* era un hecho.

La realidad era que todo saldría estupendo y él no dejaba de saturarse. Sabía que debía desacelerar sus acciones, destensar la agenda y disfrutar de las ventajas de vivir fuera de su país con los beneficios que él disponía.

No había subido El Ávila, no conocía las exquisitas costas de Ocumare, no se había deleitado con los hermosos paisajes desde el Pico Espejo, en Mérida. Si no fuese por su gusto por comer cuánto platillo tradicional le invitaran, nadie creería que llevara casi cuatro años viviendo en Venezuela. Entendía que su rigidez estaba mal. Él podía cumplir a cabalidad su papel de representante diplomático y de igual forma entretenerse con lo que sea le ofrecieran en el país caribeño.

De hecho, hacia varios años había dejado de impresionarse por las cosas que hasta la fecha había logrado, solo  ocupándosd en contentarse con la experiencia laboral. Aunque de vez en cuando, sobre todo en las llamadas con Papancho, se daba cuenta de lo real de su situación: él, Cuauhtémoc López Torres, actual embajador de México en Venezuela, exrepresentante ante la Organización de los Estados Americanos, exdirigente del Senado, exdirigente estudiantil.

Su salto a la palestra pública era de esas historias difíciles de creer. Lejos de los contactos, lo suyo fueron golpes de suerte uno tras otros. O eso había creído él hasta que Mateo Symanski, el único amigo que hiciera en la universidad, le hizo ver que de no ser por su carácter, nadie lo hubiese tomado en cuenta.

Quizá pertenecía a una familia con mucha suerte, pero él bien sabía cómo la vida te podía cobrar los favores com una que otras desgracias. Entonces, ruborizado y desviando la mirada, aceptó las palabras de Mateo.

Él se había ganado a pulso todo lo conquistado.

Había llegado tan lejos que a estas alturas ya no sufría esa corrosiva ansiedad de no dar la talla, de fracasar y ser desechado. Comprendía que cada acción emprendida, cada persona que en el pasado se sumó a su causa y de la que pudo aprender, le habían conducido hasta el escalón actual, uno que, con toda seguridad, estaba seguro de que no sería el último porque aún tenía mucho que dar a su gente y a este mundo.

Pero tal certeza no lo desligaba de esa necesidad de estar ocupado, de seguir trabajando. De entregarlo todo. De ser útil.

Salió de la oficina y se embarcó a su propio espacio en la sede diplomática. En esos instantes, su cuerpo necesitaba un descanso. Debía terminar de creerse que el asunto más importante ya estaba más que cubierto, y así podría estar tranquilo.

~ BACKSTAGE [Aristemo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora