Los juegos del amor.

Capítulo 12: Invitación.

(Pov Ian)

Estoy nervioso, hoy mismo empiezo con el plan y estoy muy preocupado por como puedan resultar las cosas, nunca he hecho esto antes pero según Vladimir esto fue lo que hizo para poder tener algo con Grace, se supone que hoy la tengo que invitar a salir, pero eso requiere un esfuerzo sobrehumano, y no por que no disfrute de su compañía, si no que su  mera presencia me intimida, me hace sentir pequeño, pero si quiero lograr mi cometido tengo que hacerlo aunque eso suponga hacer el ridículo de mi vida.

Después de que terminara de hablar con Vladimir y de que me contara acerca de la ida de Grace y  lo mucho que la extraña, regrese a la oficina a revisar algunos contratos que es necesario que firme para poder renovarlos, de lo contrario perdería mucho dinero y no sería bueno para mi empresa, después de tanto pensarlo decidí que lo haría otro día, ahora me encuentro  demasiado ansiosos como para siquiera poder leer los contratos, estoy tan distraído que sería capaz de firmar un documento en donde seda la empresa y eso sería una idiotez, por ahora solo necesito pedirle una cita a Daenerys, una vez que la obtenga estoy seguro de que estaré más tranquilo, el problema es que no tengo la suficiente confianza como para invitarla a una cita privada, tal vez a algo más público.

 La fiesta de disfraces es una buena opción, abra gente pero igual puedes tener algo con ella como una plática y avanzar un poco en tu cometido.

¡Eso es!, con ánimos renovados salgo de mi oficina y me dirijo a la de Daenerys, voy a salir de esta empresa con una cita, así sea lo último que haga.

La invitare a la fiesta de disfraces que se encarga de organizar Vladimir cada año, la fiesta en si es para los trabajadores de la empresa, también para algunos de los inversionistas y accionistas de la misma, Vladimir se encarga de la organización porque, aunque no trabaja en la empresa, es un gran aficionado de las fiestas y además le gusta despilfarrar el dinero que tenemos.

Sin darme cuenta como, me encuentro afuera de Daenerys así que toco la puerta y espero un momento.

-Adelante- abro la puerta, Daenerys está parada frente al ventanal de su escritorio, lo que me da una vista impresionante ya que puedo ver el perfil de la ciudad que en conjunto con la espalda de Dany es una vista digna de admirar.

- Señorita Rose, perdone el atrevimiento pero he venido a invitarla a una fiesta que se hace cada año, es de disfraces y me gustaría que fuera como mi acompañante, si no quisiera ir yo lo comprendería- esto es muy difícil, me siento como una gelatina y eso no es muy bueno para ser un hombre maduro encargado de una empresa.

- Bueno la verdad es que tengo mucho sin ir a una fiesta así que, claro, con mucho gusto voy con usted- me da una sonrisa un tanto torcida pero que en ella se ve hermosa, ella siempre se ve hermosa.

- La fiesta da inicio a las 9 de la noche pero como presidente es mi obligación estar ahí antes, ya sabe, para ver que todo esté en orden y que no suceda algún imprevisto, podría pasar a recogerla pero tendría que ser temprano.- la miro esperando su respuesta, parece un poco pensativa, creo que no le gusta mi propuesta.

Después de pensarlo un poco me dice-¿Por qué no mejor nos vemos en la fiesta?, el que usted me recoja me parece un buen acto de galantería –esta mujer no se guarda nada- pero preferiría que nos encontramos allá -me da una hermosa sonrisa- para que usted pueda llegar puntual y yo tenga tiempo para arreglarme- y como no, otra vez me sonríe.

-Me parece perfecto, entonces nos vemos en la fiesta, los invitaciones serán repartidas por el muchacho del correo, creo que ya lo conoce –asiente con la cabeza- así que bueno entonces supongo que hasta mañana, puedes retirarte si así lo deseas, solo falta media hora para que se acabe la jornada  –me despido y le tiendo la mano.

- Si, hasta mañana –de nuevo me sonríe y me estrecha la mano, y como hace muchas semanas vuelvo a sentir la chispa electrizante, como un pequeño toque de energía.

Parece que a ella no le afecta ya que sigue con su sonrisa, pero hace un movimiento inesperado,  se acerca a mí de manera lenta y  me da un beso en la mejilla, se separa de mí y yo aún sigo en shock mientras que ella toma su bolso y sale de la oficina dejando completamente estupefacto pero con el pensamiento de que mañana pasara algo especial.

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EN MULTIMEDIA IAN PAYNE