Los juegos del amor.

Capítulo 1: ¡Genial!

(Pov Daenerys).

- ¡No me puede pasar esto! ¿Por qué? - Otra cita de trabajo, la había pedido desde hace una semana, pero al parecer tenían muchas más candidatas ya que no se habían dignado a recibirme hasta el día de hoy, todo ese tiempo preparándome para esa maldita entrevista, probándome la ropa adecuada para parecer una persona formal y capacitada para el trabajo, pero aquí estaba yo, luchando por entrar en un vestido que había comprado la semana pasada, pero que ahora parecía haberse encogido por lo menos 5 centímetros y lo mejor de todo es que llevaba 5 minutos de retraso para la entrevista, de esta manera no me contratarían nunca.

- Dany, solo vas a romperlo- Esa era Grace, cuando la conocí supe que me caería muy bien, usaba vans de color negro, pantalones ajustados hasta las caderas de color rosa deslavado, una blusa entallada y de tirantes color blanco y una chaqueta de cuero, además tiene un carácter que puede encantar a cualquiera, es súper graciosa y dulce y sobretodo, es mi compañera de apartamento, como aun no tengo empleo, no tengo ingresos para para poder pagar un departamento decente para mi sola, así que estuve un buen tiempo buscando un departamento decente, con un precio de alquiler que pudiera estar dentro de mis posibilidades, gracias a dios, encontré a una amiga a la que le comente acerca de mi búsqueda y me dijo sobre el departamento que su prima estaba rentando, aunque en realidad solo rentaba la mitad de su "departamento", que básicamente consiste en una cocina del tamaño de una caja de zapatos, dos habitaciones que comparten un mísero baño al fondo del pasillo y una sala de estar en la que solo caben 5 personas (si es que se quiere conservar el espacio vital), pero era mejor estar aquí, que vivir en casa de mi hermana - Mejor usa uno mío.

Grace tiene un armario enorme, no sé cómo rayos hace para guardar tanta ropa, su abuela tenía una tienda de ropa vintage pero después de un tiempo decidió que sería mejor dejarlo de lado ya que se encontraba muy cansada para seguir, así que le dio la tienda a Grace y esta decidió vender el local pero quedarse con toda la ropa.

-Te lo agradezco demasiado- Me dirijo a su cuarto y como siempre me quedo embobada, su cuarto es más grande que el mío y tiene una ventana con una vista hacia la avenida, la ventana tiene cortinas rosa pálido con decoraciones de pajaritos de color amarillo pastel, las bardas están decoradas con franjas rosas y amarillas, tiene posters de sus grupos musicales favoritos: Guns N' Roses, Nirvana, Miranda y HIM, tiene repisas de cristal con cuadros de París, Francia, Inglaterra y Roma, su cama es de tamaño matrimonial con sabanas de satén blancas con cojines rojos y rosas y por si fuera poco también tiene una foto tamaño gigante de su novio Vladimir, en el fondo del cuarto, justo debajo de la ventana, tiene un escritorio de madera de color blanco repleto de rotuladores y lapiceras de colores, a la izquierda de este, esta su armario, del mismo color que el escritorio, me armo de valor, me acerco al armario y.... ¡pam! Como era de esperarse, toda la ropa se me ha venido encima, no sé cómo Grace es capaz de sacar ropa de ese armario día tras día sin causar el alboroto que yo he hecho.

Después de buscar por un rato, me decido por un vestido color verde entallado de manga corta y largo hasta un poco menos de llegar a las rodillas, con una hilera de botones negros en el costado izquierdo y un cinto negro delgado, además, me calzo unos tacones altos con cintas en los tobillos, me pongo un poco de maquillaje y dejo mi cabello suelto.

Salgo del cuarto de Grace y me dirijo al mío, que es mucho más mísero que la casa en conjunto, me fijo en mi espejo de cuerpo completo y debo admitir que el vestido me queda fabuloso, no sé cómo fui capaz de gastar tanto dinero en un vestido que ahora no me queda.

-¡Genial!- Grita Grace después de verme bajar por los escalones, le doy una sonrisa de agradecimiento, tomo mi cartera y salgo corriendo por la puerta de la casa-¡El trabajo será tuyo Dany!

-¡Eso espero!- Le contesto a gritos desde la acera de enfrente.