Los juegos del amor.

Capítulo 16: Verdades.

(Pov Ian)

Pasmado, así es como estoy.

Es ella.

La chica que bese hace ocho años en la fiesta de un tío al que ni siquiera conocía, es ella, y el tipo es Estefan, soy el amigo del ex novio de mi novia, woa, esto es maravilloso, hice que terminaran y lo peor de todo es que no me siento culpable por ello, si no hubieran terminado quizá todo hubiera pasado de distinta forma, quizá nunca hubiera vuelto a ver a Daenerys, tal vez  estaría casada con Estefan, la mera idea de ellos dos juntos me produce escalofríos, el no tenerla a mi lado como la tengo en estos momentos me resulta inconcebible, atormentado por el rumbo de mis pensamientos la abrazo con más fuerza contra mi pecho.

En algún momento tendrás que decirle la verdad.

Si, lo sé, pero yo decidiré el cuándo y el donde.

Entre más te tardes peor será su reacción, ¡tú lo has oído!, era su mejor amigo y su primer amor y lo peor de todo es que tu hiciste que perdiera ambas cosas, tal vez de manera inconsciente, pero al fin y al cabo lo hiciste.

Tienes razón, pero si se lo digo, yo, no podría soportar el dolor de perderla, y sé que cuando se lo diga estará horrorizada.

Sonare como un imbécil pero, si de verdad se aman van a reconciliarse, todo mundo se da cuenta de que están hechos el uno para el otro, hasta Vladimir que es un imbécil se ha dado cuenta.

Se lo diré, pero no ahora.

Miro hacia abajo y me encuentro con sus ojos escrutando, como si supiera que estoy escondiendo algo, me inclino hacia ella y la beso en la frente, es la forma de asegurarme de que todo irá bien.

*****

Han pasado ya 3 semanas desde aquella noche, y no he dejado de darle vueltas al asunto, temo su reacción, temo lo que pueda pasar entre nosotros, pero tengo que hacerlo, estas semanas han sido maravillosas pero, se nota la tensión entre nosotros, la tensión sexual es presente, aunque me gustaría hacerla mía, me es imposible, porque en mi fuero interno sé que lo que le escondo es importante para ella, me tomo mi tiempo razonando acerca de los pros y los contras de esta situación, al final llego a la conclusión de que, por más que intente esconderlo, ella se enterara, sea como sea la verdad siempre sale a la luz, y no puedo seguir e esta manera consumiéndome al pensar en su reacción.

Con paso decidido y  un tanto taciturno me dirijo a la oficina de Dany, si habláramos de esto en un lugar más privado estoy seguro de que al no tomarse bien la noticia, su reacción pueda ser caótica, en cambio en un lugar más publico tendría que reprimir sus impulsos violentos, en la puerta  frente a mí se lee: LIC. EN ADMINISTRACION “DAENERYS ROSE”, tímidamente toco a su puerta y se escucha un:

-Adelante – abro la puerta de manera lenta, como si en cualquier momento la perilla pudiese explotar ante mi tacto – Ah, eres tú, ¿Qué pasa cariño? – aunque por dentro este muriendo de nerviosismo no puedo evitar sonreír ante esa simple palabra, y disfrutarla, por que quizá sea la última vez que me lo diga.

- Emm, yo, no sé cómo decir esto, ¿Tienes tiempo para una charla seria matutina?

- Ah, sí claro, solo termino de acomodar esto – teclea algo en el ordenador y se vuelve hacia mí – Ahora sí, ¿Qué es lo que pasa? ¿De qué quieres hablar?

-Es sobre tú y yo y…. bueno.

- ¿Quién más? – su cara refleja confusión.

- Estefan - He inmediatamente su rostro se descompone.

- ¿No prefieres hablar de otra cosa?, no me apetece hablar de él, ya te lo he dicho, el forma parte de…- la interrumpo antes de que pueda terminar.

- Es sobre la fiesta de hace ocho años – su cara se contrae aún más.

- No es importante, ya te lo he contado todo, he sido sincera contigo.

- Tu sí, pero yo no, recuerdo perfectamente todo lo que me dijiste, lo recuerdo porque… yo estuve ahí – espero para ver su reacción y una vez más solo noto confusión – te preguntaras quien era o en donde estaba – ella asiente e inhalo profundamente antes de decírselo – yo fui el “tipo” que te beso.

- Estas de broma – su cara refleja en poco de… ¿Dolor?

- No, por mi culpa perdiste a tu mejor amigo y tu primer amor – y como el hombre que soy, valiente y osado, salgo de esa oficina sin darme tiempo siquiera para ver su reacción.