Capitulo cuatro: Ojos verdes.

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Un fino rayo de luz se filtraba por la ventana dándome a la cara, mis párpados pesaban pero hice el mayor esfuerzo para abrirlos poco a poco, todo seguía siendo borroso, sentí un codo en mi espalda y un bulto a un lado de mi. Al girar la mirada note que era Dominic que dormía sin cobijas boca abajo con sus brazos bajo su cabeza para apoyarse. Estuve a punto de soltar un pequeño grito ahogado después de sentir su codo sobre mi espalda, me había asustado, no estoy acostumbrada al despertar a lado dé alguien. Lo examiné en silencio y detenidamente, dormía tan pacíficamente que ni si quiera quise despertarlo. Estire lentamente mi mano, acaricié muy suavemente su cabellera que aún se encontraba despeinada, su respiración era lenta y pacífica, su expresión era tranquila y solo lo observaba mientras acariciaba su cabello negro con mechones de color. Es hermoso, pensé y saqué lentamente mi mano de su cabello, su perfume aún era muy fuerte y llegaba a mis fosas nasales aún teniendo un poco de distancia.
Moví con cuidado el edredón blanco para sacar mis piernas de las sábanas, Aún me encontraba con el vestido del día anterior.
Me levante y mis pies sintieron el suelo frió, tome mi celular de la mesa de noche, mire la hora, 8:00 am.
Salí de mi habitación y fui caminando al baño para tomar una ducha, desabroche mi vestido, y me desnudé para poder entrar a la regadera con agua caliente, minutos después salí y envolví mi cuerpo mojado con una toalla blanca, cuando volví a mi habitación Dominic seguía dormido en la misma posición con la que lo encontré cuando desperté.
Camine suavemente y fui a mi armario, saqué ropa interior, unas medias, un short de mezclilla rasgando, una blusa lisa negra de tirantes y unos converse negros.
Fui al baño y me cambié, tome un cepillo y cepille mi cabello húmedo, me puse un poco de mascara de pestañas, delineador y bálsamo de labios, al salir del baño me encontré a Dorian, mi gato negro que estaba acostado sobre su tapete donde descansa, estaba comiendo. Fui a la cocina y fui a la nevera para revisar y pensar en algo para desayunar.

- Eres tan silenciosa como un gato.
La voz de Dominic me hizo pegar un pequeño salto y me giré cerrando la nevera para verlo parado sobre la barra observándome fijamente.
- Pensé que dormirías todo el día. - Le dije burlonamente-
- Dormí excelente.
- Por su puesto que dormiste excelente, en mi cama. -Resalte la palabra Mi cama y reí-
- Tú dijiste que podía dormir en tu cama - Dijo divertido- ¿porqué estás revisando la nevera?
- Estaba a punto de hacer el desayuno.
- No es necesario, te invito a desayunar. -Dijo entusiasmado-
-¿De verdad? -Dije y me acerque un poco- Esta bien, iré por mi celular y cartera, ahora vuelvo.
Fui a mi habitación y encontré mi cama ya tendida. Tome mi celular y mi cartera, me perfume y me puse una chaqueta de mezclilla negra que me quedaba grande.
Volví a la sala y estaba Dominic cargando a Dorian.
- Le agradas. - Dije sonriendo-
- ¿Cómo lo sabes?
- No deja que nadie lo toque, desde que lo tengo no le gusta que lo carguen mucho, solo me deja a mi y a ti al parecer.
- ¿Cómo se llama? -Ponía al gato en el suelo-
- Se llama Dorian.
Soltó una pequeña risa.
- Si que te gustan los libros. - Giro para mirarme y sonrió al instante-
- ¿Qué? -Pregunté algo confusa-
- Te ves muy linda. -Metió sus manos a la bolsa de sus jeans negros-
-  ¿En serio? - Dije sorprendida y reí nerviosa-Pues, Gracias Dominic, y gracias por hacer mi cama. - Sentí que mis mejillas ardían-
- No puedo molestarme contigo por decirme Dominic, suena mejor mi nombre cuando lo dices tú. -rio-
Le regrese la risa para que no notara que estaba nerviosa y más ruborizada. Camine hacia la barra de la cocina y tome mis llaves del auto.
- No te lleves las llaves. Iremos caminando a mi casa, tengo que ducharme y cambiarme y te llevo en mi auto.
- ¿Caminando? -Dije sorprendida- ¿Qué no vives lejos?
- No he mencionado vivir lejos, linda.
Me volví a ruborizar. Mierda.
- Bueno, vamos.
- Adiós Dorian. - Dijo Dom detrás de mí y cerro mi puerta-
Salimos del departamento y nos encontramos caminando por el pavimento de la calle, estaba húmedo por la lluvia de anoche, el sol brillaba muy ligeramente y la brisa soplaba mi cabello, no hacía frío.
- Oye, ______.
- ¿Si? -Respondí-
- Anoche la pase muy bien, fue divertido. Tenía mucho que no sentía diversión y calma al mismo tiempo.
- Creí que eso de ser una estrella era divertido -Le sonreí ligeramente-
- Es demasiado divertido - Río- Amo todo lo que me ha dado mi carrera musical hasta ahora, Pero también me canso, soy humano ¿Sabes?, pero estoy agradecido por los fans que me han apoyado siempre. - Seguía sonriendo-
A veces me preguntaba cómo hacía para que todo el tiempo estuviera sonriendo, pero a decir verdad su sonrisa y su risa me contagiaban tanto.
- Entiendo, creo que es tan difícil pero vale la pena.
- Exactamente, Por cierto, el tatuaje de tu pierna está muy lindo.
- Deja de mirar mis piernas, tonto. -Dije riendo y el comenzó a reír más fuerte-
- Lo siento, es inevitable.
Lo mire con una mirada amenazadora y reí.
- Tú tatuaje es muy bonito, es a lo que me refiero, rayos linda, que cosas sucias pensabas. - Me empujó con su codo y me tambaleó un poco y el ríe más-
- Eres demasiado divertido, ahora me caes mejor.
- Espera, ¿No te caía bien? -Levantó una ceja-
- Tal vez no. -Dije divertida-
- Eres perversa y complicada _______.
Ambos reímos.
Dominic me platicaba acerca de su concierto de la noche anterior, como sigue sintiendo nervios cada vez que sale al escenario, reíamos y realmente se sentía bien. Entre risas y platicas llegamos a su casa, estaba a tan solo 10 minutos de mi casa caminando o tal vez sentí que los minutos pasaron volando mientras caminaba a mi lado.
Su casa era color crema, tenía ventanas grandes, faros muy elegantes a los lados de su puerta de madera gruesa.
Saco un juego de llaves y abrió la puerta de la entrada. Entramos y había un auto negro estacionado en su jardín.
- Pasa y sígueme, linda.
Lo seguí, subimos unas escaleras y al entrar estaba su cocina y sala de estar las paredes eran blancas algo parecido al mío, estaba todo en silencio, caminamos en un pequeño pasillo y volvimos a subir unas escaleras, entramos a su habitación.
- Disculpa si mi habitación está hecha un desastre, no había estado hace semanas en ella.
No dije nada, solo miraba su cuarto. Su cama estaba tendida con un edredón blanco, sus paredes eran blancas y había un espejo grande al rincón de la habitación, había prendas negras y rosadas en el suelo de la habitación, su guitarra acústica estaba sobre su cama y tenía un pequeño sillón donde tenía más ropa ahí.
- ¿Podrías esperarme? Seguramente Tom y Adam siguen dormidos pero puedes hacer lo que quieras, entraré a la ducha y no tardaré nada, lo prometo.
Tomo de diferentes cajones prendas de color negro.
- Seguro, yo te espero. -Sonreí-

Die A Little. (YUNGBLUD y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora