- ¿Qué pasó anoche que llegaste tan raro? -Tom hacia el desayuno.
- Nada. -Tome la caja de cereal y lo deje caer sobre mi plato.
- Te conozco querido amigo, tú no puedes mentirme.
- ¿Porqué hacen tanto ruido? -Adam bajo con una gafas puestas.
- Vaya resaca con la que te levantas. -Adam rió.
- Creí que tú amiga la latina se quedaría.
Se sentó enfrente de Dominic.
- La lleve anoche a casa. -Dijo serio.
- Creo que alguien se levanto de mal humor. -Adam tomó una botella de vidrio y vacío el jugo de naranja sobre su vaso.
- Por cierto, no me pude despedir de Jeon.
- Adam, estabas tan ebrio, Jeon se despidió de todos nosotros, idiota. -Tom rió.
Dominic se levantó de la mesa y subió a su habitación para darse una ducha, 15 minutos después bajo y se encontró con los chicos en la sala.- No terminaste tu desayuno. -Tom lo miro serio.
- No estoy de humor.
- No me digas... -Adam y Tom se miraron.
- No me interesa. -Dominic se dejó caer sobre el sillón.
- ¿Estás enojado porque tú amiga latina estuvo toda la fiesta con JK?
-No. -Dominic no despegaba la vista del televisor.
- Menos mal. -Adam subió sus pies a la mesa de centro- Me temía que estuvieras celoso, pero ellos harían bonita pareja. -rió burlón.
- Ahora que lo dices Adam, creo que serían un excelente partido, una latina con un coreano, wow.
Tom rió al unísono con Adam.
- Idiotas, ¡Paren ya! -Gritó alterado.
- Oye, relájate un poco hermano. Pareciera que estás celoso. -Tom reía.
- Ya les dije que no, y si fuera así a ustedes no les importa.
- De hecho -Adam lo interrumpió- Si nos importa, porque tenemos que soportar tu mal humor.
- Ya me hartaron.
Dominic se levantó y subió las escaleras, Adam y Tom rieron.Los rayos del sol penetraron mi ventana, iluminando toda la habitación, abrí mis ojos aún adormilados, me senté sobre la cama, me estire y me levante. Fui al baño para darme una ducha, me maquille y busque unos jeans negros, un top cruzado en V negro con mangas holgadas, por último me puse mis botas.
Fui hacia la cocina, me preparé unos huevos revueltos y jugó de naranja acompañado de un café.
Miraba los correos en mi laptop, aún no me habían escrito del trabajo ni de la escuela.
Mi celular comenzó a sonar y lo levante para contestar.- Querida, ¿Porque no me has llamado? Tu hermana y yo te hemos extrañado mucho.
- Lo siento mamá, he tenido mucho trabajo, pero prometo llamarte más seguido.
- Entiendo corazón, por favor cuídate mucho y llámame más seguido.
- Prometo hacerlo mamá. -Hablé con bocado.
- Cariño, sigues haciendo lo mismo de hablar con bocado. -Rió a través de la línea-
Te llamaba también para decirte que tengo una sorpresa para ti.
-¿Qué cosa madre?
- Se que estos meses desde que te mudaste has sido muy responsable pero quiero obsequiarte algo de dinero para que te compres lo que quieras, está en tu cuenta bancaria.
- Dios, mamá. No es necesario yo...
- No discutas conmigo cariño, por favor acéptalo.
- Esta bien mamá, eres la mejor.
- Tengo que colgar cariño, te amo, háblame pronto y disfruta tu regalo.
- Te amo mamá, gracias.
Nos despedimos y colgué la llamada.Termine mi desayuno, tomé mis llaves y mi pequeño bolso para salir de la casa.
Hoy quería tomar aire fresco, así que cogi mis audífonos y subí camine hasta la estación de metro, fui hacia el centro comercial más grande de Los Ángeles.
Pase a varias tiendas a comprar un poco de ropa, no quería gastar todo mi dinero, me llevo toda la tarde elegir ropa y accesorios.Salí del centro comercial aproximadamente a las ocho de la noche, había comido un poco en el centro comercial mientras paseaba por todo el lugar. Disfrutaba mi tiempo a solas.
Me había llegado un mensaje de Dominic, le conteste en cuanto iba caminando por la calle.(Reproduzcan el video que está arriba del título del capítulo mientras leen esta parte, usen audífonos para una mejor experiencia)
ESTÁS LEYENDO
Die A Little. (YUNGBLUD y tú)
Fiksi PenggemarLo mire a los ojos, eran tan grandes y brillosos , con un color tan vivo y diferente a todos los que había visto, solo me miraba atento esperando mi siguiente pregunta, pero sentí la tensión extraña que había entre nosotros. Era como morir un poco...