Solve

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La vista que brindaba la ventana del avión era majestuosa, podía apreciarse el alba que se iba asomando por el cielo, con tonos naranjas mezclados con los azules de la noche que estaba por desaparecer. Lauren estaba tallando sus ojos con el puño de su mano, despertando al instante, mirando con ternura a la chica morena que descansaba plácidamente sobre su hombro. No pudo evitar dejar un ligero beso sobre su cabeza, inhalando su dulce aroma y sonriendo al saber que estaba junto a su lado. Miró la hora en su teléfono, aún quedaba dos horas de viaje para llegar a su destino paradisíaco; así que, volvió a cerrar los ojos para continuar su siesta, porque al llegar, descansar sería lo último que harían.

—¿Ya me vas a decir dónde estamos, Lo?—Camila estaba impaciente, cargando su maleta y observando a su alrededor para tratar de adivinar en qué lugar habían aterrizado

La castaña era un oso hibernando cuando se trataba de dormir, por eso fueron las últimas en bajar del avión y recoger las maletas. Ahora caminaban por el aeropuerto directo a la salida. La ojiverde agradecía al cielo de que el encargado de emigración haya hablando en inglés y no haya dado indicio del lugar en el que se encontraban para no arruinar su sorpresa. 

Ya se encontraban en la puerta principal del aeropuerto en busca de un taxi. Bueno, por lo menos con ver el exterior, la latina se daba una idea de dónde podían estar. Era una ciudad calurosa, habían palmeras y las estructuras algo antiguas, podría ser una isla ¿pero cuál?, se preguntó.

Lauren estiró su mano para detener al primer taxi que vio, tuvo que pedir ayuda al guardia de seguridad para que pudiera cargar el equipaje al maletero del auto.

Ya está todo adentro, sean bienvenidas a La Habana, Cuba—se despidió el guardia en español y Camila saltó de emoción hacia Lauren

—¡Lauren! No he venido a Cuba desde que era una niña

—Ni yo—sonrió con autenticidad al ver lo feliz que estaba la menor

—¿Dónde nos quedaremos?

—Con mi tío y mis primos—Lauren abrió la puerta del vehículo para que Camila pudiese entrar y seguido, ella—Nos están esperando para desayunar al buen estilo cubano, chica—pronunció con un remarcado acento cubano

No recordaba lo caliente que eres hablando español—la animadora se acercó a besar sus labios lentamente, hasta que se vieron interrumpidas por el carraspeo del conductor que las hizo reír sonrojadas

...

El taxi se detuvo enfrente de una casa bastante bonita y elegante, parecía la zona de mayor prestigio por el número de casas que parecían palacios a un costado de la ciudad, rodeadas por la orilla de la playa y la brisa del mar. Simplemente un paraíso. La beisbolista ayudó a bajar a la menor, se acercaron a la entrada de la casa y ahí estaba su tío, sentado en una mecedora leyendo el periódico local mientras se fumaba un puro. 

—¡Tío Gustavo!

—¡Lauren!—el hombre corpulento dejó a un lado su periódico y corrió hacia su sobrina para acogerla en un abrazo, desprendiendo su típico aroma de colonia antigua y puro. Rompió el abrazo y caminó hacia el taxi, tomando las maletas de ambas—¿Y quién es esta señorita? No dijiste que venías con compañía, pequeña Lauren

Soy Camila Cabello, señor Jauregui—se presentó Cabello ofreciendo su mano

¡Y habla español!—Gustavo aceptó su mano gustoso en un breve saludo—¿Eres de aquí, mija?

En realidad, nací en Cojímar pero mi infancia la viví en México

—Planeaba venir sola en un principio, tío. Pero se me ocurrió de que podría traer a Camila conmigo—se excusó la ojiverde

Remind Me |CAMREN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora