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El alemán suspiró pesadamente, estaba haciendo su papeleo, pero no uno normal, era uno impuesto por la ONU, de casi más de 100 hojas, y trataba sobre diferentes acontecimientos que han ocurrido en el país europeo, cosas sobre «Neonazis» que han pasado.

Agarró su taza de café mientras seguía leyendo, pero notó que estaba vacío en cuanto vió el interior, subió la mirada hacia la cafetera que estaba allí, también estaba vacía, bufó y llamó a una criada y esta sin problemas fue a preparar más.

Iba seguir con lo suyo, pero su teléfono vibró, revisó de este notando que era Rusia, su pareja.

Se emocionó por ese mensaje, pues no mucho hablaban ya sea por trabajo o porque Alemania creía incomodar a Rusia con solo escribirle, ya que este era muy indiferente, obvio.

Al parecer quería hablar con él, en persona, eso alteró al alemán y lo hizo sudar frío, pero en el fondo hizo un intento de calmarse, quizás esto tenía que ver solo con sus relaciones comerciales.

Al parecer querían que se encontraran esta noche en casa del ruso, su corazón comenzaba a acelerarse, empezaba a temblar por el miedo a lo que pasaría, estaba tan sumergido en su pesimismo que no notó cuando le trajeron su café.

La criada le avisó para sacarlo de sus pensamientos, agradeció por el café y se sirvió, bebió de este y al sentir su sabor levantó una ceja, este era diferente al que siempre tomaba.

—— Adalia, welchen Kaffee hast du dieses Mal benutzt? {Adalia, ¿qué café utilizaste esta vez?}

La mujer lo miró ciertamente confundida —— Entschuldigen Sie, Sir Deutschland, aber ich habe nicht bemerkt, welches ich gepackt habe. {Perdone señor Alemania, pero no me fijé en cuál agarré.}

—— Oh ... nun, das spielt keine Rolle.
{Oh... Bueno, no importa.}

Le restó importancia al café para seguir firmando, ese café de cierta manera lo hizo sentirse más calmado y pudo seguir con su trabajo.

∘˚° ͡ノω\

Estaba en frente de esa gran casa, estaba sudoroso, y se dispuso a tocar el timbre y en poco tiempo fue recibido por aquel gran sujeto de ushanka.

Entró con una sonrisa nerviosa y odiandose a si mismo por ser tan evidente. El ruso le ofreció unas pantuflas como hace de costumbre, luego fueron a la sala donde se sentaron a conversar un poco más.

Pero llegó tal dicha, incomodidad, la tensión se sentía en el ambiente y el silencio no ayudaba, el alemán apretó sus puños esperando no llegar a ese punto de “Necesitamos hablar” pero lastimosamente pasó.

—— Alemania ——. Escuchó esa voz gruesa subiendo su mirada —— Hace tiempo quería hablar contigo, espero que comprendas.

Un nudo se formó en su garganta, y como pudo dejó salir alguna palabra —— P-por supuesto...

Ante la afirmación del alemán el oji-azul se acomoda en su silla para tomar una posición más ajuste a esa situación.

—— Llevamos 3 años en esta relación, pero estos últimos meses no han sido los mismos ——. Suspiró —— Y la verdad, lo he estado pensando y creo que deberíamos... Terminar.

Apretó sus puños con desesperación, su amor le estaba terminando, no podía procesar nada estaba estático, debía admitir que se esperaba esto, pero no se preparó cuando el momento llegara.

—— Y-yo ——. Su propia voluntad lo traicionó, y comenzó a soltar lágrimas que retenía —— L-lo siento...

Y salió rápidamente de esa casa, el ruso intentó detenerlo pues no quería que esta relación terminara de esa manera, pero el alemán ya se encontraba corriendo por esas frías calles.

—— Lamento no haber sido el indicado para ti...

My boy, my boy, my boy„

Don't love me like he promised.

🇨🇴≈ ❝My Boy❞ ≈🇩🇪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora