Capítulo 3

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Con su ayuda pude dar grandes pasos en mi vida:
Me sobresalté al escuchar como algo caía.

-¡Lo siento!- se escuchó por toda la casa, con la voz de NamJoon.
Reí, mientras colocaba otra caja en un lugar más seguro. Me levanté y caminé hasta la cocina, dónde había salido ese ruido. NamJoon y Jin se encontraban agachados recogiendo algunos pedazos de un florero que se había caído. Reí, mientras me acercaba a ellos para ayudarlos
Hace dos semanas había llegado a Icheon, un lugar cercano a Seúl. Y tras una búsqueda intensiva, y una pequeña explotación hacia Hanna, quien me mandaba mis cosas por paquetería. Ya me encontraba mudándome a un pequeño apartamento no muy lejano al centro.

No todo fue fácil como pensé que iba a hacer, y bueno, eso ya no era sorpresa. Habían pasado casi cinco meses de ahorro exhaustivo desde mi graduación, y gracias a eso, y una suma generosa que me regaló el nuevo novio de mi madre, pude venir a estar más cerca de YoonGi.
Sabía que sería complicado, pero hay que aceptarlo, todo en esta relación lo es. Y claramente era más fácil dejar mi trabajo de asistente en esa empresa de importaciones, a que YoonGi dejara su trabajo.
Durante todo ese tiempo de espera, me negué a sus ofertas de mantenerme, pero a lo que no me pude negar era en que me ayudara con las cajas que me llegaban casi cada dos días de México. Sin embargo, no podía mentir con respecto a que me sentía culpable con respecto a que hayan cancelado un día de ensayo con el fin de ayudarme.

Después de algunas horas, los energéticos chicos ya se encontraban rendidos en mi nuevo sofá blanco. Me senté frente a ellos dejando una jarra con agua y muchos vasos desechables en la mesa de centro.

-Perdón, no pude encontrar los otros vasos en las cajas.
-No pasa nada.- me dijo suave Jin, vertiendo agua en los vasos que iban siendo tomados uno a uno.
-No es como si no bebiéramos en estos de igual modo.- rio JungKook llevándose el desechable rojo a sus labios.
-Deberías perdonarnos tú a nosotros- habló HoSeok- NamJoon se ha encargado de tirar cada caja en este lugar.
Reímos, tras el golpe que NamJoon le dio después.

(...)
-Adiós- los despedí en la puerta.

Ya era de noche, y su manager había venido por ellos. Casi cada cosa estaba en su lugar, por excepción a unos floreros y cuadros, al igual que algunas cajas con libros y ropa. Pero mi apartamento ya estaba completo. Con cada cojín sobre el sillón y cada vaso sobre su repisa. O bueno, menos esos que habíamos usado para la cena de pizza.

-Adiós BabyMitchel- me dijo Taehyung alborotándome el cabello.
Reí. Era agradable también tenerlo a él aquí.
Le sonreí agradecida a los chicos que ahora vestían cubrebocas y gorras. Lo cual, no dejaba de parecerme extraño, pero supongo que solo era cuestión de acostumbrarme. Sin embargo, uno, se mantenía detrás de mí.
-¿No vienes YoonGi?- preguntó NamJoon.
-No, me quedaré aquí. Mañana los veo en la sala de ensayos.
Respondió.
-¿Estrenarán la casa?
Preguntó JiMin antes de que una risa pícara salió de sus labios, haciéndome reír por su intensivo movimiento cejas, el resto no tardó en hacerlo después de un golpe que le propinó mi novio.
-No tengo problema con eso, pero no creo que al Manager le agrade.
-Casi nada le agrada- agregó YoonGi- Pero pasaré aquí la noche.
Los hombros de NamJoon se alzaron.
-Bueno.
Y comenzaron a caminar hacia el ascensor que se encontraba al final del pasillo.
-¡No quiero sobrinos!- gritó Taehyung antes de subir a los hombros de JungKook
-Son muy jóvenes para hijos.
Rio Jungkook subiéndose al elevador. Y eso fue lo último que se escuchó de ellos antes de que se fueran. Cerré la puerta riendo.

Suspiré cuando me hinqué a recoger los platos sucios. Por fin estaba aquí, en mi casa. Me levanté para dejarlos en el fregadero. Me arremangué el suéter holgado rosa para lavarlos. Estaba en eso cuando unos brazos me rodearon la cintura y segundos después una barbilla se recargó sobre mi hombro. Sonreí cómoda con la acción.

SABIA QUE ERA DIFÍCILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora