Juntos cometimos decisiones no del todo favorables:
Después de nuestra pequeña discusión, todo había regresado a la normalidad, cambiando el detalle de que, ahora, YoonGi venía aquí cada fin de semana para pasar las noches conmigo. Y esas escapadas en la madrugada se hacían realidad una vez más. Ya no solo era a comprar cosas, ahora subíamos a camiones que nos dejaran en diversos lugares, y regresábamos caminando a mi casa. Nunca nos habían sorprendido, ni alguien en la calle, ni personas de su empresa. Todo estaba bien, y hoy era sábado, día de hacer lo mismo, pero por primera vez en tres semanas, cambiaríamos de planes.Tomé aire cuando dejé pasar el cepillo por mi cabello. Y miré por encima del buró mi boleto para el Music Core de esta noche. Estaba muy emocionada, y mi corazón latía con entusiasmo cuando pensaba en que hoy, por primera vez, vería a YoonGi hacer lo que le gusta; hacer música estando en un escenario. Y sonará estúpido, pero jamás había visto a YoonGi ensayar, si quiera. Pues porque conmigo... me supongo que era simplemente Min YoonGi, un chico con sueños y amante de la música, no Suga, un rapero famoso en todo el mundo.
Me pasé el suéter por los hombros, quitándomelo desesperada. Siempre sabía qué usar, pero ahora me dio por tener una de esas crisis, justo en el momento menos apropiado. Bufé alborotándome el cabello. Me quedaba sin tiempo. Caminé de nuevo a mi closet y saqué todos los ganchos con prendas a montones. Pero al fondo de esto, me topé con una falda negra corta, en corte tubo, una que mi madre me había dado en un regalo de cumpleaños, pero nunca me había puesto. La saqué y deseé que ella estuviera aquí. Añoré que la gran doctora cirujana Esmeralda se encontrara enfrente mío diciéndome lo patética que era por estar estresada por algo tan banal.
Me saqué los jeans y puse en mis piernas esa falda, ahora todo se veía tan armonioso, con mi camisa blanca asimétrica de botones, y mis botas de tacón ancho. Me alisé el cabello una vez más antes de atreverme a tomar ese boleto y ponerlo en mi bolso en forma de cráneo.
-No regresaré muy tarde Salem, así que no te alteres- le dije a mi gato negro, con ojos azules, que Taehyun me había regalado hace unos días. Reí al verlo mirarme con pereza, antes de seguirse lamiendo las patas.
Suspiré antes de salir del apartamento.
(...)
Aprovechándome de la amabilidad de un chico del Staff me coloqué en mi lugar, uno que no era del todo definido, pues un montón de chicas ya se encontraban ahí, empujándose unas con otras para llenar a la barandilla. Me estaba asustando. Y fue ahora cuando mi cerebro me jugó una mala broma y me hizo recordar todas esas noticas de gente que muere aplastada en lugares así. La pantalla se encendió, haciendo un eco bestial con los amplificadores, un grupo de chicos estaban ahí, dando la bienvenida y los gritos se hicieron presentes, volvieron a correr hacia enfrente con diversos letreros y fotografías cuando el primer grupo salió a relucir. "AOA" Y volví a ser aplastada.
Dios, no quería morir. No aquí, no así...
Pero apenas la canción comenzó el ambiente se aligeró y todos se mantuvieron atentos a cada paso de aquellas chicas, gritando en el momento justo un coro universal. Me sorprendí al verlo, porque bueno, aunque mi novio sea parte de un grupo surcoreano, de más está decir que yo no escuchaba su música de otro modo que no fuera al reproducir los discos en mi estéreo. Mala fan, lo sé.
Y tras irse bajando un grupo tras otro, me sentí más relajada y feliz de mi lugar, hasta me daba el lujo de gritar por personas y canciones que jamás había escuchado. Pero eso cambió cuando en los monitores se vio con enormes letras: BTS. Y ni siquiera pude moverme.
Los gritos se hicieron presentes cuando el inicio de la canción comenzó, y cuando, tras el humo, se notaban seis cuerpos esperando el verdadero inicio de la canción.-Ardiendo.
Luces. Gritos. Y yo, impresionada.
Y lo vi, vi a quien todas estas chicas amaban y elogiaban. Vi a quien JoonHyuk consideraba uno de los mejores músicos. Vi por primera vez, a Suga. Moviéndose con una energía asfixiante y con una cosa es sus ojos que jamás había visto: Poder.
La canción terminó, con sus pechos agitados y sorpresivamente, él mío igual. Ellos bajaron y otra vez, en las pantallas volvieron a aparecer un grupo de chicos diciendo cosas agradables acerca de BTS. No tardó en llegarme un mensaje en Kakao talk.