Siempre intentamos lidiar con nuestras diferencias:
-¿Qué haces aquí?
Mi voz no sonaba como la misma.
-Vine a verte ¿no puedo hacerlo?
JoonHyuk se levantó y miró a YoonGi sorprendido.
-¿Tu eres...
-Su novio- confirmó con un tono elevado y firme. Jamás lo había visto así.
-Suga- completó JoonHyuk. Sus ojos se fueron hacia mí. -¡¿Tu novio es Suga y nunca me lo dijiste?!
-Ehm, no.- contesté aturdida.
-¿están saliendo?
-No
-¿no?
-¡Sí, sí!
-¿Si?
-No sé...- comenté agarrándome la cabeza con fuerza. Necesitaba un respiro.
-¿No sabes?
Estaba tan nerviosa, no podía hablar bien, y mucho menos con la cara inexpresiva en el rostro de YoonGi.
-Sí, estamos saliendo. Es mi novia- habló YoonGi.(...)
Y ahora me encontraba entre estos dos, viendo una película en Netflix. Solo que no recordaba el título ni prestaba atención a lo que se trataba, la tensión en el ambiente me lo prohibía.
YoonGi me tenía rodeada con su brazo, mientras que miraba con una energía indescifrable a cualquier movimiento que hacía JoonHyuk. Y mi pobre amigo, solo se limitaba a hacer lo mismo, tras haber pasado los primeros minutos intimidado. Ahora la intimidada era yo.Después de un par de horas, la película terminó. Por suerte.
-Bien- dijo JoonHyuk levantándose del sofá.- Creo que tengo que irme, ya es algo tarde.
-Adiós- lo cortó YoonGi caminando hasta la cocina.
Suspiré cuando acompañé a JoonHyuk a la puerta. Nos detuvimos.
-Lo siento, él no suele comportarse así solo que...
-Lo entiendo- me sonrió- Él esperaba encontrarse contigo y obviamente no fue grato verme.
Reí incómoda.
-Me sigo sintiendo algo culpable.
Llevó su mano a mi cabeza y sonrió alborotándome el cabello.
-No pasa nada.- hundió las manos en los bolsillos de sus jeans.
-Ah, y... JoonHyuk.
-¿Si?
-¿Podrías por favor no decirle nada de esto a nadie?
Comenzó a reír.
-Ni me lo digas.- me guiñó un ojo- Soy una tumba.
-Gracias JoonHyuk
Me acerqué a abrazarlo antes de que se fuera.
-Nos vemos en el trabajo.
-Adiós.
Y me adentré a la casa.Caminé con pasos tímidos hasta la sala dónde YoonGi me esperaba con sentado, y con la pierna cruzada. No supe qué decir.
-Así que él es JoonHyuk
-Sí- contesté intentando sonar calmada y sin prestarle atención.
-No me agrada.
Reí con sorna
-¿Qué?
-No me agrada- repitió.
-Pues a mí sí me agrada- dije levantándome y llevándome la caja de pizza y los vasos sucios a la cocina.
-Mitchel.- me habló YoonGi pero lo ignoré- Mitchel- repitió cuando estaba frente mío.
Suspiré y dejé caer los vasos en el fregadero.
-¿qué? ¿qué sucede YoonGi?- abrió los ojos, sorprendido por el tono de mis palabras- Es el único amigo que tengo y te cae mal. Es ridículo.
-Claro que no, tienes más amigos.
-¿Quién?- grité. Estaba comenzando a fastidiarme- ¿Taehyung? ¿JiMin? ¿Hanna? ¿a quién te refieres? ¡¿A tus amigos?! ¡¿o a los que dejé para venir aquí?! -estallé.
-Mitchel...- me habló suave. Intentando tocarme, pero se lo prohibí pasaría lo de siempre. Me convencería de que él tiene la razón.
-Nada.- bufé, sin darme cuenta que lágrimas se habían acumulado en mis ojos- Estoy tan cansada... Hoy iba a pasar una noche agradable con un amigo.
-Pero yo iba a estar aquí.
-¡No me dijiste nada!- chillé- revisé mi teléfono. No me avisaste que vendrías.
-Pero, es que tampoco son horas de que haya un chico en tu casa.
-¡¿Y tu?! Él solo me hacía un favor.
-¿Cuál?- YoonGi también estaba comenzando a molestarse.
-Hacerme compañía- sus ojos se abrieron. -Llevo tres meses aquí, y en esos meses solo te he visto cinco veces. No he salido con nadie, no tengo con quien hablar. E hice lo que dije que no iba a hacer, me quedé aquí, esperándote como un perro, viendo cuando podías venir o mandarme un mensaje. Pero...- sorbí mi nariz- intenté salir hoy, intenté divertirme un poco.
-¿Y lo arruiné? ¿no quieres que venga?
-¡No! No es eso... solo, que, no fuiste capaz de hacer un intento, un intento por mí.
-¿A qué te refieres?
-Aprendí tu idioma, me salí de mi casa, de mi país y dejé todo atrás, soporté que me cancelaras muchas veces por teléfono, pero... tú no pudiste ser amable con un amigo del trabajo.- tomé aire- No me parece justo YoonGi.
Él me evitó la mirada y se rascó la nuca.
-Te lo voy a compensar.
Alcé la vista, y la sangre mi hirvió.
-Esto es increíble- dije antes de irme de ahí. YoonGi me detuvo, sujetándome de la muñeca.
-Mitchel, lo siento ¿sí? Simplemente... reaccioné mal. Me puse celoso...
-¿Qué? ¿de qué?
-De él, de ti... Él puede pasar tiempo contigo en el trabajo, y también después... yo, no. No puedo hablar contigo ni con llamadas porque no tengo tiempo de hacerlo. Y cuando vine, quise que fuera una sorpresa y que pasáramos algo agradable, pero solo me encontré con él, aquí, en tu casa... Solo... no pensé.
Su rostro cayó hasta su pecho. Y me sentí mal. Caminé hasta él y lo abracé.
-Ambos reaccionamos mal. No pensamos y dijimos cosas...- me hundí en su pecho cuando me correspondió el abrazo.- Solo... dejemos esto ¿vale? Finjamos que nunca pasó.
Le acaricié el rostro sonriendo, el me miró apenado y me besó.
-No, no finjamos que nunca pasó. Simplemente, hay que saber que no volverá a pasar.
(...)
Eran las tres de la mañana cuando sentí algo removerse en la cama. Abrí los ojos y me encontré con YoonGi intentando salir de mi agarre. Quité mis brazos, dejándolo en libertad.-Perdón, no quise despertarte.
-¿Sucede algo?- YoonGi negó mientras se acomodaba la chaqueta.-¿Entonces?
-Me dio hambre.- se quejó haciéndome reír.
-¿Y tanto para eso? Pudiste haberme despertado y te hubiera hecho algo.
-Pensaba en ir a la tienda que está cruzando la calle y comprar ramen.
-¿Ramen?
Asintió.
-Con esto del comeback llevo casi un mes comiendo cosas sin grasa y orgánicas. Ahora solo quiero llenarme el estómago de harina procesada e inflada con agua y volver a la cama.
Reí por sus palabras. Y me levanté caminando a la puerta. YoonGi me siguió hasta la sala.
-¿A dónde vas?- me preguntó.
-A comprarte ramen.
-Yo iré a comprarlo- me contestó haciendo que yo, me cruzara los brazos. Cuando había que salir a comprar algo yo lo hacía, pues él no podía ser descubierto por estos lugares- Son las tres de la mañana, está desierto afuera. Mira- me tomó la mano- deberías acompañarme.
-¿Qué?
-Vamos Mitchel, la última vez que salimos juntos fue en México. Vamos, no pasará nada.
Me mordí el labio inferior dudando sobre lo que tenía que hacer. Me asomé a la ventana y vi la calle completamente vacía.
-Bien, vamos.- me rendí en un suspiro.
Reí al ver una sonrisa complacida en su rostro.
Salimos a la calle tomados de la mano, mentiría si dijese que no era agradable hacerlo. Caminar tomados de la mano, con un apacible aire alborotándonos el cabello, por cada paso que dábamos. Hace mucho que no hacíamos esto. Y lo más entretenido es que todo este bienestar me lo producía una escapada a la madrugada para comprar sopa instantánea. Y YoonGi tenía razón, las calles estaban vacías, demasiado, y yo no podía sentirme más segura de estar a su lado. Entramos a la tienda, y nos encontramos con el chico que atendía la caja. Me detuve por unos segundos algo asustada. Pero la risa de YoonGi me calmó.-Tranquila, está demasiado dormido.
Fruncí el ceño y junto a él, me adentré a la tienda. YoonGi fue a un estante a tomar dos paquetes de sopa, y caminó hasta uno de los refrigeradores del fondo a tomar una lata de cerveza, me la mostró y agitó.
-No, gracias.
Caminamos hasta la caja y aquel chico solo se dio cuenta de nuestra presencia, cuando YoonGi le palmeó el hombro.
-Buenas noches- bostezó y comenzó a pasar las cosas por el escáner.
YoonGi no me había mentido. Ese chico estaba trabajando de modo automático, y un instinto malicioso en mí me dijo que bien pudimos haber salido sin pagar, y siquiera lo habría notado, pero
YoonGi pagó y nos fuimos de regreso al apartamento.