Capítulo 27

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El miedo, la duda y la inseguridad es el peor regalo que podemos darnos a nosotros mismos.
A🌙A



—¡Qué diablos es esto?! —cuestiona George, cerrando la puerta detrás de él. Me levanto rápido de mi silla y ayudo a Iliana a cubrirse con el abrigo. Lo último que quiero es que la vea desnuda.

—Hablaré contigo, pero Iliana se va —declaro firme. George descompone su rostro un segundo, pasando de confundido y luego nuevamente coloca su cara seria. Me dirijo ahora a Iliana—. Iré después de aquí, ¿de acuerdo? —Iliana asiente y se baja del escritorio, antes de que se aleje, la tomo de la mano y la beso. Si ya nos descubrieron y George va a darme en la madre, mejor darle más motivos para que lo haga bien. Iliana sale rápidamente de la oficina, sujetando con fuerza su abrigo. Escucho que le pide perdón antes de salir.

—¡Xavier! —sisea George. Suspiro y me siento de nuevo en mi silla. Mejor hay que poner distancia prudencial.

—¿Qué esperas que te diga? Creo que es bastante obvio lo que sucede entre Iliana y yo. —Creo que si intento ser directo, esto terminará antes, ¿no?

—Quiero saber desde cuándo sucede algo entre ustedes. ¡Es que no entiendo cómo fui tan tonto! Por supuesto que debe estar desde antes de la boda. Claro, esas miradas furtivas, el como te ponías tenso cada que estaban juntos y como no te enfureciste cuando ella lo dejó. ¿Estaba contigo ahí? Es que ni siquiera sé para qué lo pregunto. Por supuesto que estaba ahí —habla todo tan rápido que ni siquiera está formulando las preguntas para mí. Él mismo pregunta y se responde solo.

—Nunca tuvimos algo antes de que Iliana dejara a James. El hecho de lo que lo insinues no me ofende por mí, sino por ella. Sí, me atraía desde antes y no la conocí ese día en casa de James, ya la había visto antes. Y sí, puede que ella también se sintiera atraída por mí, pero jamás traicionó a James antes de que él lo hiciera con ella. Y tú y yo sabemos que la traicionó mucho antes de esa vez que ella lo vio. La diferencia es que esa es la única que ella conoce —miento para defender a Iliana, no porque necesite cubrir algo. Simplemente quiero evitar que la vean de mala manera por tener un amorio estando comprometida.

George niega y camina hasta mi minibar.

—No puedes hacer esto, Xavier. Sé muy bien que de seguro lo evitaste , pero eso no quita el hecho de que tu hermano esté enamorado de ella —argumenta. Niego con la cabeza.

—La última semana no me ha parecido que James esté enamorado de alguien más que no sea la vagina de su secretaria. Vamos, George, me conoces, sabes que no estaría con Iliana si de verdad no hubiera un sentimiento de por medio —declaro. George se deja caer en mi sofá con un vaso de whisky en su mano.

—¿La amas? —Niego rápidamente con la cabeza.

—Por supuesto que no, pero si la quiero, la quiero de verdad. Me gusta mucho y ella gusta de mí. Sé que no será bien visto, sé que James va a evitarme y probablemente me golpee, pero yo voy a aceptar lo que él tenga que decir y hacer, siempre y cuando no ofenda a Iliana. Somos adultos, él eligió acostarse con esa mujer y arruinar su matrimonio empezando, no puede juzgarme por atender mejor a Iliana —respondo firme. George se frota el rostro con fuerza.

—Esto va a ocasionar un caos en nuestras vidas y la empresa, lo sabes, ¿no? —in quiere. Asiento, suspirando.

—Lo sé y estoy listo para asumir la responsabilidad de mis acciones, pero sabes que haré que él también asuma las suyas —declaro. George se levanta de su asiento y camina hasta la salida.

—Debes hablar con él pronto. No puedes seguir viéndole la cara —pide. Asiento y sale.

Me dejo caer contra el respaldo de mi silla y golpeo con fuerza mis piernas.

¡¿Qué mierda hice?!

Sabiendo que no podré concentrarme en más nada, tomo mi saco, mi abrigo y salgo de la oficina para ir a ver a Iliana. Sé que no va a quedarse tranquila hasta que le cuente lo sucedido. Ella también debe responder a varias preguntas mías.

Tiro todo al lado del copiloto en el auto y conduzco hasta el edificio donde se está quedando.

No sé si esto ya debería de formalizar las cosas. No sé ni qué debo hacer con mi vida justo ahora.

Estaciono en la plaza correspondiente y bajo, tomando solo mi celular y las llaves del auto. Subo por el elevador externo y llego en solo 13 segundos al piso número 9.

Iliana abre antes de que toque.

—¿Qué te dijo? —susurra. Tiene los ojos rojos, por lo que deduzco que ha estado llorando. No deja de culparse.

—Dulzura, no quiero verte llorar más por esta situación, ya te dije que no es tu culpa. Yo voy a solucionarlo todo, ¿sí? —Asiente, aceptando el abrazo que le ofrezco. Saca mi camisa de mi pantalón e introduce sus manos por dentro, tocando libremente mi espalda.

—¿Qué te dijo, George? —insiste. Suspiro y caminamos hasta la sala de estar.

—Que debo hablar con James. Le aseguré que no teníamos nada antes de que te casaras, que todo empezó después de que lo dejaste, ¿bien? —Asiente con una mirada agradecida—. Me gustaría saber qué hacías en la empresa, algodón —admito. Quien suspira ahora es ella.

—Fui a llevarle la solicitud de divorcio a James. Mi abogado dijo que él se encargaría de hacer que le llegara, pero yo quise hacerlo para dar la cara, la cosa es que me encontré con la cara de una mujer contra el escritorio mientras él la embestia desde atrás —sisea. Cierro los ojos. James cada vez es más idiota—. Ni siquiera sé porqué entre si desde afuera se oían los ruidos, pero como no había nadie en el puesto de su asistente para que me lo impidiera... —Se calla un momento y luego abre los ojos sorprendida—. Claro, esa era su asistente, ¿no? —inquiere atando cabos.

—¿Pudiste hablar con él o no? —Cambio de tema.

—No me cambies de tema, tú sabías que se ha estado acostando con ella y no me lo dijiste —se queja. Me levanto del sofá, caminando hasta la cocina para servirme agua.

—No me dijiste que querías saber los informes de su vida, Iliana —hablo molesto. La escucho bufar.

—No me interesa su vida, pero tampoco me venía mal saber que estaba teniendo sexo con ella. Me hubiera evitado la mala escena, ¿no? —Está parada justo a mi lado. Dejo la jarra nuevamente en la nevera después de servirme el agua.

—Admitiste que lo oíste desde afuera, no entraste sin saber qué esperar, entraste y sabías de antemano lo que estaba sucediendo adentro. Por eso lo hiciste, o te interesaba verlo así de nuevo, o simplemente querías darle más motivos para que firme el divorcio, dejando claro de esa manera que el idiota es él, no tú —declaro. Suspira, mordiendo su labio al final.

—Eres demasiado inteligente para tu propia salud —reconoce. Sonrío—. Está bien, sí, me imaginé lo que está haciendo y por eso entré, quería agarrarlo con las manos en la masa por segunda vez y ahora con los papeles de divorcio en la mano, darle más seguridad de que eso era lo que quería —admite. Asiento, eso fue lo que imaginé.

—¿Y qué te dijo? —cuestiono lo que me importa. Iliana hace una mueca.

—Los rompió, pero no me importa, de ahora en adelante que se entienda con mi abogado —sentencia.

—Yo hablaré mañana con él sobre lo nuestro —suelto. Iliana forma una O con su boca.

Mr. White. [Completa]✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora