No hagas con el amor, lo que un niño hace con su globo, que al tenerlo lo ignora, y al perderlo lo llora.
~Pablo Neruda.Después de lograr que Iliana se diera una ducha y se acostara en mi cama con una camisa mía de pijama, ahora duerme tranquilamente. Veo sus ojos hinchados de tanto llorar y me siento culpable por eso. Tal vez si hubiera sigo egoísta le hubiera evitado este dolor ahora. Suspiro y salgo de la habitación, intentando no hacer ruido. Justo cuando estoy por bajar el último escalón, la puerta principal se abre de golpe y entran James y George, discutiendo. Inmediatamente miro hacia arriba, donde Iliana duerme en mi habitación
—¿Qué sucede? ¿Qué haces aquí? —cuestiono, mirando directamente a James. Suspira, desplomandose en el medio de mi sofá.
—Iliana se fue —suelta.
—¡El idiota se le ocurrió la brillante idea de tener sexo con una mujer en su luna de miel! —George poco a poco va alzando la voz hasta que termina gritando. Hago una mueca con el rostro.
—¿De verdad hiciste eso? —Finjo no tener idea. James se toma el rostro entre sus manos mientras asiente y llora.
—Estaba borracho. Yo no quería hacerlo. Me resistí, le dije que estaba casado, pero ella insistió y yo no sé cómo terminé cediendo —admite entre lágrimas. Cierro los ojos. ¿Por qué se siente tan mal estar en el medio de este dilema?
—¿Qué vas a hacer ahora? —pregunto, sentandome frente a él en el otro sofá. George me imita y se sienta en el siguiente. Nana aparece con una bandeja y nos ofrece té a todos. Le agradezco—. Nana, por favor entra a mi habitación y verifica que todo esté en orden —pido. Ella entiende a lo que me refiero y sube rápidamente las escaleras.
—No sé qué voy a hacer. Si Iliana se fue, es lógico que no quiere verme. ¿Y si me pide el divorcio? —exclama claramente asustado.
—¡Es lo más sensato que puede hacer. Es que ninguna mujer puede estar contigo mientras tengas pura mierda en la cabeza! —espeta George. James se ve terrible.
—A ver, no pensemos solo en divorcio. Quizás Iliana se fue porque tenía que aclarar su mente, dale unos días y estoy seguro que irá a la empresa para hablar contigo. No puedo decir qué va a decirte, pero estoy seguro que va a darte la cara. No es de las que se esconden —sentencio. Ambos hombres asienten.
—Tienes razón, pero no quiero esperar a que eso suceda. Necesito verla y explicarle todo. No puedo perderla —solloza. Tomo aire de nuevo.
—Debiste cuidarla entonces —declaro. James me mira con dolor.
A🌙A
Después de un rato, James y George se van de la casa y subo de nuevo a mi habitación. Nana está peinando el cabello de Iliana con ternura. Me quedo en la puerta admirando la escena con una sonrisa en el rostro. Iliana me mira por el espejo de mi consola y sonríe triste.
Nana termina su peinado y se da vuelta para verme.
—Iré a preparar la comida —anuncia y se retira, pasando por mi lado. Veo que Nana le hizo una trenza completa a Iliana y dejó solo dos mechones suelto al frente. Recuerdo cuando le hacía el mismo peinado a Arianna para ir al colegio.
—Te ves preciosa —halago. Iliana sonríe más.
—Tú te ves ardiente —admite. Río, acercándome a ella. La levanto de la silla para alzar su rostro y tomar sus labios en un beso dulce. Acaricio su rostro al separarnos.
—No quiero presionarte, dulzura, pero, ¿ya decidiste qué hacer? —cuestiono. Iliana suspira y se sienta en la esquina de la cama. Coloca sus manos en el medio de sus piernas y me mira con ojos de cordero asustado.
—No puedo seguir casada, Xavier —susurra como si el solo decirlo, la atormenta. Busco en mi mente la mejor manera de decir lo que pienso.
—No creo que fuera una buena idea haberte casado en primer lugar. Entiendo lo de tu hermano, pero si ibas a casarte sabiendo que no serías feliz, debiste detenerlo a tiempo y evitar todo esto. Sí, tal vez ibas a lastimar a James, pero iba a superarlo mucho mejor que como va a superar un divorcio. Sé muy bien cómo es James, no es la clase de hombres que se compromete con una mujer y, por algún motivo, decidió hacerlo contigo. Ser sincera desde antes hubiese sido lo mejor —sentencio. Iliana me mira triste e inmediatamente pienso que debí quedarme callado.
—Tal vez tengas razón, pero no sabía cómo ser sincera sin admitir que tengo sentimientos por otro hombre. Yo quise hacerlo —asegura—, lo llamé con la intención de cancelar la boda, hablar y explicarle lo que siento por ti, pero tú no me dejaste. Básicamente me tiraste a esa boda sin un chaleco antibalas y dejaste que ese peso callera sobre mí como miles de balas —zanja. Niego con la cabeza.
—No, yo no te lancé a ningún lado. Colgué la llamada, sí, pero no me quedé con tu teléfono o te dije que te casaras obligada. Me fui, Iliana. Dejé que fueras tú quien tomara la decisión por ti y no por mí. Ahora no me culpes, por favor. —Añado a lo último para no ser tan duro. Vuelve a llorar. Cierro los ojos. ¿Por qué tengo que ser tan débil con las lágrimas?
—Tienes razón, es mi culpa. Yo fui la que se casó, yo fui la que dejó de sentir cosas por él y empecé a quererte a ti sabiendo que no era lo correcto. Sabía que tú jamás ibas a preferirme por encima de tu familia y, sin embargo, no pude detenerme —murmura contra mi pecho. Acaricio su espalda mientras la abrazo, dejando que diga lo que quiera y sintiéndome cada vez más miserable.
—No es una cuestión de preferirte por encima de mi familia, dulzura. La cosa es que no puedo preferir ser feliz por encima de James. No de él —admito—. James es el menor de mis hermanos y el más inestable, por así decirlo. Sé que hacerle algo de esto a George, no le ocasionaría más problema que una disputa entre nosotros y listo, quizás me dejaría de tratar por unos días, pero rápidamente él recordaría que soy su hermano y volveríamos a ser normal. Pero James, no. Él enloquecera, va a perderse en alcohol, mujeres y voy a perderlo. Ya lo he perdido en una oportunidad y no quiero que eso vuelva a suceder. He visto el hoyo que cava cada vez que algo afecta su vida. No quiero ser el causante de que ese hoyo sea tan profundo que no pueda salir —explico.
—¿Qué debo hacer, entonces? —interroga en un susurro.
—No lo sé, hermosa, pero creo que si no querías casarte con él en un principio, no tiene sentido que lo sigas estando. Si James decide no ayudar más a tu hermano, que estoy seguro que eso no sucederá, entonces yo cubriré todos los gastos. Si no está mejorando aquí, buscaremos los mejores doctores en cualquier otra parte del mundo. No voy a abandonar a tu hermano —prometo. Iliana solloza con más fuerza. Siento mi camisa húmeda, pero no me importa.
—Te quiero, pelirrojo. Gracias —susurra. Me tenso por un segundo, pero rápidamente me relajo de nuevo.
—También te quiero, algodón de azúcar —reconozco. Sonrío al aire porque se siente bien admitirlo.
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Mr. White. [Completa]✨
Storie d'amoreDécimo mandamiento: NO CODICIARÁS LA MUJER DE TU PRÓJIMO. Pero, ¿qué pasa cuando ella desea ser codiciada? ¿Qué sucede cuando el deseo entre ambos es imposible de esconder o evitar? ¿Quién dice que lo correcto es siempre el abstenerse? A veces, es m...