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HoSeok observaba con gran temor aquel joven que se encontraba en el suelo de aquel denso bosque.
Algo, no sabía qué lo motivó a acercarse al cuerpo del ángel.

- No te preocupes - susurró cerca de su rostro - yo te voy a cuidar y sanaré tu ala

Entonces se acercó un poco más para apreciar su rostro.
Con el movimiento más suave que su mano le permitía debido al miedo y sus nervios, le apartó unos mechones que le impedían verlo más detalladamente.

Aquel ser era hermoso.
Bueno la palabra hermoso se quedaba pequeña al lado de tan bello ser. No había palabra que pudiese describir su belleza.
Estaba mudo y completamente sorprendido de que existiese una belleza tal cual la de aquel joven.

Se refregó los ojos y volvió a observarlo. Sí, definitivamente era real.

No podía llevar a aquel joven hasta su casa y decirle a su padre, que era aquello a lo que había logrado derribar con su escopeta, ya que lo tomaría por loco y lo enojaría un poco más que antes.

Entonces pensó en lo único que podría estar más cerca que su casa. Una pequeña cabaña lo bastante alejada de su padre, pero no lo bastante como para cargarlo hasta allí.

Cómo pudo pasó el brazo del joven por sobre su hombro. Viendo que era imposible llevarlo de aquella manera debido a que no obtendría ayuda del cuerpo del joven decidió cargarlo de manera distinta.
Aunque luego sus brazos le dolerían, no lo dejaría allí.

Cargó al ángel sobre sus brazos para ver cómo sus alas se arrastraban por el suelo y cómo la sangre del ala lastimada manchaba una de las mangas de su pantalón.
Aquello no le importaba en lo más mínimo en aquel momento; lo único que su cabeza lograba articular era que debía mantener a salvo a aquel ser.

Namjoon observaba atento la escena mientras Jimin un poco más calmado lograba que Yoongi lo soltara para acercarse al otro ángel.

- Permitirás que se lo lleve así nomás - argumentó observando como Namjoon no interfería en ningún momento.

- Yoongi - el nombrado lo observó y se acercó a su lado - ¿trajiste contigo tu arco y flechas? - preguntó mientras observaba el resto del bosque e ignorando por completo al pequeño ángel a su diestra.

- Sí - afirmó el ángel a su izquierda quitando el arco de su espalda - ¿Qué necesitas que haga? - preguntó observándolo aún más tranquilo.

- Necesito que le dispares a un animal - afirmó ante la mirada atenta de Yoongi y la mirada aterrada de Jimin - debemos de ayudar a ese joven para que su padre no indague el motivo por el cual estuvo tanto tiempo en el bosque - finalizó dándose vuelta hasta encontrarse de espalda a ellos.

Jimin miraba atento como el platinado divisaba su objetivo y acertaba sin vacilar ni un momento. Definitivamente Yoongi era muy bueno cuando de la caza se trataba. No por nada era el elegido de Gabriel.
Un brillo de admiración se hizo presente en sus ojos al observar como el ángel acomodaba el arco en su espalda y volaba para asegurarse que había acertado su disparo.

Las alas platinadas de Yoongi brillaban aún más con el brillo de la Luna. Se alejó del lugar, no porque dudaría de su puntería; ya que sabía que aún sin mirar había acertado su disparo. Sino que la mirada de Jimin lo estaba incomodando. Yoongi no era un ángel al que se lo intimidara fácilmente, pero había algo en la mirada de aquel ángel que lo hacía sentir nervioso y la sensación de ser observado por aquellos ojos no desaparecía aún estando alejado de él.
Aún podía sentir su mirada clavada en él. Y aquello no le gustaba.

HoSeok se acercó a la puerta de la cabaña cargando a un inconsciente joven en sus brazos y éstos ya comenzaban a dolerle.
La puerta se abrió suavemente y HoSeok tuvo que hacer maniobras para evitar que las alas del muchacho golpearan contra el marco de la puerta. Una vez dentro de la cabaña buscó con su mirada la habitación más cercana y para su suerte había una cerca de la puerta.

El ángel que espero [Vhope] Libro I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora