Me sentía fatal. Sin quererlo, había jugado con los sentimientos de una persona. De una amiga. De Alicia. Llevábamos una semana sin hablar y la echaba de menos. Estaba siempre mirando el móvil por si me llamaba o me enviaba algún mensaje. Tenía la esperanza de que algún día me pudiera perdonar.
Cuando estaba sumergida en esos pensamientos (una vez más), mi móvil empezó a vibrar y fui corriendo a mirar si era ella. Pero no, era Sergio.
— ¡Hola! — Él no sabía nada, obviamente yo no se lo había contado pero me notaba rara. Sabía que me pasaba algo desde hace unos días pero nunca me había preguntado el qué. Sergio respetaba mi espacio y sabía que cuando quisiera hablar con él, lo haría.— ¿Cómo está hoy mi chica favorita? — Siempre intentaba animarme cuando me llamaba.
— Bien, — Mentí una vez más. — hace poco que me he levantado. ¿Y tú?
— Pues mira, dentro de unos cinco minutos vendrá mi hermano con su novia a casa. Hemos quedado para dar una vuelta, ¿quieres venir? Hace días que no nos vemos y te echo de menos. — No era la primera vez que intentaba sacarme de casa pero yo siempre rechazaba la propuesta inventándome alguna excusa.
— Es que... tengo que cocinar. He quedado con mi madre y viene a comer hoy. — Fue lo primero que se me ocurrió.
— Está bien. Te quiero.Ni siquiera me despedí y le colgué. Cada vez que me decía "te quiero" no era capaz de decirle "yo también". No después de lo que le hice.
Necesitaba hablar con alguien, que alguien me escuchara, así que decidí llamar a Mónica.
— ¡Raquel! — Dijo ella eufórica. — Dios, me estaba empezando a preocupar. No me contaste a los mensajes.
— Ya, ya. Perdón. Es que, verás, me ha pasado algo. Algo con la chica del cine, ¿te acuerdas?
— Sí, claro.
— Por favor, Mónica, necesito desahogarme y no puedo hacerlo con Sergio.
— Estoy aquí para lo que necesites, ya lo sabes. ¿Qué ha pasado?Le conté todo y, como siempre, consiguió tranquilizarme un poco y distraerme hablando de otras cosas.
— Raquel, si tanto te importa Alicia, intenta recuperar su amistad. Aunque no te haya contestado a los mensajes ni te haya hablado, insiste un poco más. Se dará cuenta de que lo sientes de corazón.
— Gracias, de verdad.
— No te guardes estas cosas para ti sola, ya sabes que estoy aquí para lo bueno y lo malo. Si quieres que nos veamos o quedar, avísame.Cuando acabé de hablar con ella me sentí un poco mejor conmigo misma. Mónica sabe cómo usar las palabras adecuadas en los momentos adecuados. Y, lo último que me dijo, me hizo pensar. Decidí mandarle un mensaje a Alicia. Total, no perdía nada.
Cuando le daba al botón de enviar, en cada mensaje, me ponía nerviosa pensando en si habría dicho algo mal. Intentaba ser muy cuidadosa, no quería volver a hacerle daño.
Y ahora ya solo faltaba esperar. Seguramente esos mensajes no servirían para nada pero, tenía que volver a intentarlo.///////////
¡Hola!, por fin he vuelto. Siento haber tardado tanto en retomar esta historia. Si habéis llegado hasta aquí, muchas gracias <3. Intentaré actualizar más a menudo.