David
Hoy le volví hablar de ti de nuevo a mi cuaderno... Y me pregunto ¿sigues amandolo?
Yo solo me reí y no le contesté.
El vino que estaba bebiendo tenía un sabor amargo y me recordó aquella noche donde yo busque problemas contigo era tan amarga esa noche como el vino que estaba bebiendo. Al paso de la noche le seguí contando de ti y me volvió a preguntar si aún te amaba y le contesté; no es obvio, no crees que es bastante obvio, yo ya estaba entoxicada de tanto vino, mi cerebro estaba ebrio y mi alma se sentía quebrada.
De nuevo volví hablar de ti, pero se lo dije a mi ser, le dije aún sigue habitando en mi alma a pesar del tanto daño que supo hacer a la perfección también supo hacer tanto bien que me alegraba el alma ¿lo volvería hacer? Yo creo que no, pero que curioso y tan nefasto es recordar.
Recuerdo todas esas carisias que David me daba, recuerdo la melodía de su risa y de sus palabras, su cabello largo y lizo, su cuerpo grande lleno de fuerza y su alma, su alma la más única de todas las que e conocido siempre era tan impredecible, llena de ira, llena de odio y muy poco de amor.
Pareciera que odiar a la vida pero las pocas veces en el que amaba algo o alguien lo amaba tan puramente y era tan leal a lo que sentía supongo que por eso lo aprendí a querer poco a poco.
Las noches de amor eran odio, amor, beber odio y de nuevo volver hacer el amor siempre terminabamos ebrios y con un poco de odio.
Nos maldeciamos pero al final mi pequeño, mi pequeño amor siempre estaba fuerte como el de el hacía mi.
Supongo que ahora esta maldiciendo a otras más, odiando y pocas veces dando amor como a mi me lo dio, como me encantaba que me abriera las piernas y me estrujara los pechos y me jalara del cabello y dijera mi nombre y con sus enormes manos me tocara violentamente. También extraño que me dijera que me amaba me encataba hacerlo llorar porque sentía más su amor y prácticamente que pagará el daño que luego me hacía ya se que estaba mal pero en cierto modo me causaba placer.
¡Ay David! Fuiste y serás el mejor cretino de mi vida.