CAPÍTULO IX

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La casa estaba frente a mí, era pequeña, pero con tan solo verla, una corriente fría de viento te calaba hasta los huesos, haciendo erizar hasta la más mínima parte de tu piel.

Justo como en las películas de terror, la puerta se abrió lentamente rechinando, tenía miedo y mucho, pero tenía que descubrir al culpable de todo esto.

- Muy bien, Hannah, es hora de entrar –dije a mi misma, ajuste mi mochila y entre a la cueva del lobo.

En realidad, la casa por dentro parecía una escena de Harry Potter porque había un pasillo sin fondo con puertas de cada lado de las paredes, las pocas luces que habían en el lugar, eran de un color rojo intenso, como el de las alarmas, mi miedo aumentaba cada vez más, pero no me dejaría vencer por él.

Caminé lentamente, abrí la primera puerta y no había nada, así seguí consecutivamente, abriendo puertas con un vacío en el interior... Al final del pasillo, había dos puertas de cada lado que se diferenciaban de las demás.

La puerta del lado derecho era de color negro y la del lado izquierdo era de color rojo... y la del lado derecho tenía mi nombre en letras dorada. Me acerque a ella y gire la perilla, mire y todo estaba oscuro, hasta que sentí que me empujaron y caí...

-x x x-

El reloj clásico de la casa de mis abuelos sonaba fuerte, eso quiere decir que es medio día... Me levante aún con un poco de sueño y estaba en mi habitación, o sea, ¿Qué me paso?

- Hannah, dice mamá que... -mire hacia la puerta y estaba Carlos, ¿Qué está pasando? Un momento, ¿mamá?

- ¡Carlos!, ¿Qué haces aquí? –Carlos está muerto, él no puede tocar nada, y las cosas que toca... la atraviesa. Me acerqué a él y lo toqué...

- Hannah, ¿Qué te pasa?

- dijiste que me habla mamá

- Si Hannah, mamá dice que bajes...

- Pero Carlos, tú... tú... estás muerto...

- ¿Estás bien? Sí que estás loca hermana... -Bueno, entonces si Carlos es mi hermano, ¿Dónde queda Jesús Omar?

- Nada Carlitos, solo tuve una pesadilla, dile a mamá que bajo en un momento.

- Entendido... –y sin más mi ahora hermano salió de mi recamara. Entre al baño, me di una ducha y me arreglé, salí de mi cuarto y bajé rumbo a la sala de estar, pero no había nadie.

- Hola mi amor, ¿cómo amaneciste? Porque anoche saliste con tus primas, y llegaron directo a dormir –dijo mi mamá entrando a la sala de estar.

- Oh vaya, ¿y desde cuando llegamos?

- Llevamos apenas 3 días, ¿segura que estás bien? –mi mamá puso una cara de extrañeza.

- Si mamá, es que desde que estoy aquí perdí la noción del tiempo, pero regresando al punto, ¿para qué me mandaste a llamar? –revisé mi celular, eran las 9:30 am de un 24 de diciembre.

- Oh, es cierto, te tengo una sorpresa... ¡Ya puedes pasar! –miré hacia la puerta, al abrirse, miré a ese chico de cabello castaño oscuro y ojos color miel sonreírme

- Je... Jesús Omar –murmuré...

- Hola princesa –Me sonrió y justo en ese momento corrí a sus brazos y me levantó en el aire.

- Me tomé la libertad de invitarlo a él y su familia a que pasen las fiestas con nosotros.... –me volví hacia mi mamá y la abracé tan fuerte

HANNAHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora